➥ Dos mejores amigos que desde pequeños se prometieron crear el circo más inigualable y famoso que haya podido haber en el planeta tierra, pero para eso, tendrían que encontrar personas únicas en su travesía.
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➺ Zodiaco BL/OMEGAVER...
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Leone ni siquiera se despidió de Einar como siempre lo hace lo cual le confundió bastante.
—¿Qué sucede?—le preguntó Gaelen cuando se puso a su lado.
—Leo no se despidió de mí...—murmuró con una mueca que intentaba no ser decepcionada pero lo era.
Gaelen suspiró con fuerza, sabía que eso le afectaba más de lo que dejaba mostrar.
También sabía que era demasiado frío con Leone, porque Gaelen sabía que realmente a Einar le encantaba Leone pero era testarudo y reacio a aceptarlo.
Esperaba firmemente que se diera cuenta antes de que fuera tarde y perdiera al pobre de Leone para siempre.
Hablando de éste, el joven alfa llegó a tirarse a su cama y largarse a llorar con fuerza.
Su lobo estaba de lo más triste y él también, se sentía miserable, tantos meses intentando enamorar a Einar y nada parecía dar resultado.
Apretando la almohada contra su pecho sollozó con suavidad.
No lo entendía, ¿qué necesitaba para que Einar lo amara? ¿Qué no tenía? No le gustaba su apariencia, su forma de ser, su...su forma de demostrar amor.
Volvió a soltar un gemido de dolor y abrazó con aún más fuerza a la pobre almohada que se terminó convirtiendo en su pañuelo de lágrimas.
Avery luego de haber ayudado a Phyllis con la cena se dispuso a encaminarse a su caravana donde un ruido desgarrador lo desconcertó totalmente.
Abrió y se asomó con cautela encontrándose al alfa rubio llorando de forma más amarga junto con el aroma que emanaba que se impregnada en cada rincón del lugar.
Su alfa zorruno se sintió mal por él, después de todo, Leone se había convertido en parte de lo que él consideraba su manada o "amigo" como se le decía entre los humanos.
Se acercó con lentitud a la cama sentándose en el borde de esta.
—¿Estás bien?—le preguntó con suavidad e inocencia típica de una persona que realmente aún no entiende del todo a los otros.
Leone lo miró con un puchero y volvió a ocultar su rostro en la almohada.
—¿Por qué estás tan triste?—preguntó nuevamente mientras jugaba con sus manos incómodo.
El alfa contrario vuelve a levantar su mirada y se acomoda mejor mirando al menor.
—Yo...es que...me siento...—realmente nada salía de sus labios debido a los sollozos constantes.
Avery ladea su cabeza algo confundido pero acerca su mano a la cabeza del contrario palmeando con suavidad intentando al menos reconfortarlo.
Leone al sentir esto volvió a romper a llorar con fuerza mientras se aferraba a la almohada, a pesar de esto Avery no alejó su mano de la cabeza del contrario.