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Los seis chicos junto al nuevo, Tailei, estaban en la pista de circo para probar las verdaderas habilidades del peliverde.

—La pista es toda tuya, muéstranos que puedes hacer—sonrió Cassian mientras apoyaba su espalda en el respaldo de una de las sillas de las gradas.

Tailei se sonrojó y jugó con sus manos nervioso.

—Si no puedes hacerlo, lo podemos hacer des...—el joven negó rotundamente a eso.

Sí, era muy tímido. Se ponía nervioso cuando tenía muchas miradas sobre él.

Había sido un joven solitario, debido a la ausencia de sus padres tuvo que aprender a sobrevivir por su cuenta, nunca recibió ayuda de nadie.

Antes de siquiera aprender a hablar, lo primero que aprendió fue a robar manzanas al señor gruñón que nunca le quería dar cuando se lo pedía como lo hacían las personas a las que atiende.

Lo segundo que aprendió fue a escapar de las garras de ese mismo señor que le gritaba palabras como: "mocoso del demonio", "ladrón", entre otras cosas.

Aunque había gente amable a la cual no le tenía que "robar" como aprendió que le decían a las cosas que él hacía.

Sin embargo, su infancia no fue triste. Se divertía haciendo enojar a las personas cuando le robaba cosas, amaba saltar, correr y deslizarse por los techos.

Se sentía libre y no tenía ninguna preocupación, más que las propias, claramente.

Pero cuando vió a ese joven de cabellos rubios, que fue el único que pudo seguirle el paso, se dio cuenta que tenía mucha curiosidad por saber a qué se dedicaba.

Tenía curiosidad por saber dónde aprendió todo eso y si se parecía a como él tuvo que aprender.

Y luego de conocer que también había omegas, como él, sintió mucha más curiosidad.

¿Podría tener eso que llaman "amigos"? o...¿una familia? Nunca entendió muy bien esa palabra, él nunca había tenido algo como eso y también, no creía que lo necesitara de todas formas.

Pero sintió su corazón cálido cuando ese hombre alto y extravagante le dio la bienvenida a la "familia".

Por eso aceptó, y como se dijo antes, es tímido pero no se echaba para atrás.

Así que demostrará sus habilidades a esos seis chicos y a cuantas personas deba para mostrar quién es.

Luego de cerrar sus ojos, respiró profundamente y demostró todo lo que tenía.

—Oh por Dios—soltó Phyllis con sorpresa al ver lo flexible que era ese pequeño chico.

No era el único sorprendido, todos lo estaban, ninguno nunca había visto a una persona así de flexible.

CIRCUS | ᶻᵒᵈⁱᵃᶜᵒ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora