De vuelta a casa

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Narra Aria

Ares se acerca a los hombres quienes le miran con terror, todo el mundo conoce y teme a la mafia rusa por las torturas que llevan a cabo.

Coge unas pinzas y las pone en las sillas metálicas, se acerca a una palanca y pregunta.

–¿Quien os ha mandado?

–Que te follen. –Escupe el desgraciado.

–Respuesta incorrecta.

Baja la palanca y los electrocuta, los hombres se tensan debido a la electricidad que se está metiendo en su cuerpo, Ares sube la palanca de nuevo.

–¿Sabéis cuantas descargas eléctricas aguanta un hombre? –Se escucha silencio y Ares continua –Como mucho cuatro, así que os vuelvo a preguntar ¿Quien os ha mandado?

–Nos matarías de todos modos.

–Que listo –Digo sarcástica, me mira con asco de arriba a abajo, Ares le mete un puñetazo haciendo que su cara se mueva violentamente.

–No vuelvas a mirar a mi mujer así.  –Le advierte. –Os mataré, si, no os voy a dejar vivos, pero si habláis no os haré sufrir.

Ellos se callan, solo el más valiente se atreve a escupir en el suelo.

Me muevo rápidamente hacia la mesa, cojo un cuchillo y me hacerco al hombre quien aprieta los labios.

–Abre la boca –Ordeno, pero no hace caso, entonces le clavo el cuchillo en su pierna, grita y yo aprovecho para sacarle la lengua, la verdad me da mucho asco meterle la mano en la boca.

Con un movimiento preciso le corto la lengua, lo que hace avivar su grito.

Me alejo y dejo el cuchillo en la mesa.

–¿Quien coño os ha mandado? –Dice Ares alzando la voz.

–¡Vale! Vale, hablaremos –Dice el que ha estado callado todo el tiempo.

–Nos ha mandado un hombre llamado Sergio, no sabemos quién es, el encargo fue por teléfono y nos dejó en dinero en un callejón, nunca le vimos la cara.

Sergio, ¿De que me suena ese nombre?

Recuerdos de mi secuestro aparecen en mi cabeza, había un hombre con Shaw cuando conocí a Drake, se llamaba... ¡SERGIO! Así fue como le llamó Shaw.

–Es la mano derecha de Shaw –Ares me mira por unos momentos pensando en algo, luego sus ojos se abren.

–Tienes razón  –Sonrie y vuelve a mirar a los hombres. –Vosotros dos recibiréis una muerte larga y dolorosa, pero tú –Saca su pistola –Te has portado bien –Dispara y la cabeza del hombre queda colgando con un perfecto agujero en la cabeza.

Pasa la hora siguiente torturando a los otros dos tíos hasta que sueltan su ultimo suspiro, se lava las manos y salimos de la bodega.

Nos montamos en el coche y volvemos a casa, mañana ya podremos volver a casa, por fin.

Salgo al balcón y admiro el anochecer, hoy a sido un día movidito la verdad, cierro los ojos concentrándome en el sonido de las olas, el olor del mar entra en mis fosas nasales, no hay otra cosa que me relaje más.

El olor marino es remplazado por uno mentolado y de hombre, siento sus manos pasearse por mi cintura hasta mi vientre, su nariz acaricia mi cuello donde deja un beso y sube hasta perderse por mi pelo.

Pongo mis manos sobre las suyas y echo la cabeza había atrás mirándole, sonríe y ambos nos reímos.

Me lleva a la cama, con cariño y demasiado cuidado tratándose se Ares, me quita cada prenda hasta dejarme en ropa interior.

Mi Reina (2° libro de la Trilogía Mia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora