El mercenario

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Narra Aria.

Después de comer me acuesto en el suelo y cierro los ojos, por el cansancio logro dormir.

Cuando me despierto escucho las voces de los niños, salgo de la choza y los niños estan jugando, me acerco a un grupo de mujeres que estan haciendo cestas.

Adrián me alcanza no sin antes tropezarse ochenta veces, el moreno se para al lado de mi colocándose las gafas.

–Hola –Saludo a las mujeres, al verme sonríen y me saludan una de ellas se levanta de una silla y me invita a sentarme, me niego pero la mujer insiste, me da su cesta y empiezo a copiar los movimientos de las mujeres, entrelazo las hojas y una hora después termino la cesta.

Que aberración comparada con las cestas de las otras mujeres, se ríen al ver mi cara mirando mi cesta.

El camarógrafo que es Apolo está filmando todo lo que hacemos se acerca.

–Sonrie Aria –Sonrio y me saca una foto con la mierda de cesta y con las demás mujeres.

De pronto se oye un ruido, las mujeres se levantan asustadas y me giro viendo que es un plato, se relajan y vuelven a sentarse pero el nerviosismo no se va.
Con ayuda de Adrián las conozco mejor, se levantan a las cinco de la mañana para hacer el desayuno, luego los hombres se van a trabajar al campo, ellas se quedan en el pueblo y hacen las cosas normales como limpiar o cuidar de los animales, a veces los hombres y mujeres cambian los roles y ellas se van al campo y ellos se quedan en casa.

Empieza a atardecer muy temprano, un niño se acerca a mi y me entrega una flor morada muy bonita, no sé cómo la ha podido conseguir ya que la tierra es muy árida pero tiene las rodillas ensangrentadas, cuando cojo la flor se va corriendo, sonrío y me pongo la flor en el cabello.

Las mujeres me arrastran a una casa y me entregan ropa igual a la suya, me pongo la falda larga que se ajusta a mi cadera dejando ver la curva de mi cintura, es de color marrón muy claro con dibujos rojos y al final de la falda el corte no es recto se me ve la rodilla de la pierna, me ponen un pañuelo de flecos en la cadera, el top es de una manga igual que la falda.

Salgo de la choza y veo una enorme mesa, Adrián se queda embobado mirandome.

–¿Y esto? –Digo señalando la mesa.

–Es-es que cenan todos juntos. –Asiento mirándolo.

–¿Estás bien? –Digo sonriendo.

–Si si voy a... Bueno yo... –Señala a diferentes lugares y al final se da la vuelta y se va, que hombre más raro.

Ares se me acerca por detrás, sus brazos me rodean la cintura.

–¿Y esto? –Pregunta en mi oído.

–Me lo han dado las mujeres de allí, son muy amables.

–Estas muy guapa –Dice mientras me giro y le miro, le sonrío y le agarro las manos.

–¿De verdad te gusta? –Digo moviendome jugando con los flecos.

–Me encanta.

Miro detrás de Ares, Elisa también está vestida como yo solo que ella lleva un vestido.

Hakim nos invita a sentarnos a su lado, la niña de antes está enfrente de mi.

Adrián está al lado de ella y traduce las palabras de Hakim.

–Esta es su mujer Kamaria y ella es su hija Jahzara –miro a la niña sonriendo pero ella parece triste.

Kamaria me saluda sonriendo, cenamos todos juntos, los niños se van ellos solos a dormir ya que mañana a las cinco hay que estar arriba.

Mi Reina (2° libro de la Trilogía Mia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora