Vengadores

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Narra Aria.

Veo como Ares cae al suelo, un miedo que no puedo describir con palabras me invade.

Corro hacia el, me arrodillo a su lado, intento evaluar los daños pero siendo sincera los nervios me bloquean.

Llegan rápidamente camionetas y subimos a Ares a ellas.

Viktor conduce entre los árboles a toda prisa temiendo por la vida de su hijo.

Miro hacia atrás y maldigo en todos los idiomas posibles, todoterrenos enemigos nos están persiguiendo.

"Ha habido una fuga" –Dice Apolo acelerado por el comunicador.

–Arreglarlo ¡Ya! –Grito furiosa.

Mientras tanto Viktor sigue conduciendo, y esquivar los arboles es una tarea que se le está complicando.

Medio hombre asoma por la ventanilla del coche enemigo y abre fuego contra nosotros.

La ventanilla trasera del coche cede y se convierte en miles de cristaliros que saltan directos a nosotros.

–¡No se suponía que eran blindadas! –Grito para que mi suegro me oiga.

–¡Estas balas no son normales, son balas de cañón, más grandes y el doble de peligrosas!

–¡Cojonudo! Nos persiguen los vengadores, ¿a lo mejor se sienten mal porque no les hemos pedido una autógrafo?

–¡Pues baja y pídeles uno a ver si se relajan! –Me sigue el juego.

Yo como siempre en momentos muy malos, bromeando.

Los disparos cesan y echo un vistazo hacia atrás, el hombre está sacando un puto lanzagrandas.

–¡Tenemos un problema!

–¿Que problema?

–¡Que como alguien no venga a quitarnos a estas lapas de encima nos van a meter un supositorio por el culo!

Como si algo me hubiese escuchado uno de nuestros todoterrenos arremete contra el enemigo.

¡Yijaaaaa! –Celebra Alex por el comunicador.

Imbecil. Pienso mientras sonrío.

No se cómo pero conseguimos salir del bosque, ahora mismo lo que me preocupa es la salud de Ares.

Llegamos a la aldea y nos ayudan a sacarlo, un médicolo examina dentro de una de las chozas mientras Viktor y yo esperamos fuera.

Cuando sale nos cuenta su estado.

–Sobrevivira, eso para empezar, se ha fracturado dos costillas, tiene un esguinze de muñeca y casi se rompe el cuello, pero está bien.

Por fin puedo respirar.

Sin pedir permiso siquiera entro a ver a Ares, y para mí sorpresa está despierto.

–¿Que tal? –Me acerco hablando bajo.

–Como si me hubiera pasado un camión por encima –Me contesta.

Empiezo a llorar, soy muy sensible cuando veo a la gente que quiero sufrir.

–Eh koroleva ya, no llores, estoy bien –Me agarra la muñeca.

Tiene un collarín puesto, el labio lo tiene roto y tiene una brecha en la frente.

Le beso con cuidado para no hacerle daño.

–Tranquila –Me susurra –¿Sabes lo que más me duele?

–No.

–Que no voy a poder follarte por unas semanitas. –Se ríe pero enseguida hace una mueca de dolor y se toca las costillas.

–Estas reventado pero aún sigues graciosillo.

–¿Que le voy a hacer?

–Nada, sigues siendo tu.

Me besa la frente y suspira.

–¿Mis hermanos?

–Estaran al llegar ya.

Fuera se empieza a escuchar ruidos de motores.

Las cortinas de la choza se abren dejando ver a un Apolo y a un Alex preocupados.

–Hermano ya sabemos que eres el diablo pero no hacía falta tomarte la historia al literal –Se burla Apolo.

Con su mano buena Ares le saca el dedo.

–¿Como estas? –Pregunta Alex.

–Bien, pero aquí lo importante es ¿Que ha pasado?

–Todo está reducido a cenizas.

–No quiero que haya ningún cabo suelto.

Alex asiente asegurando que todo está bien.

–Ahora lo que tienes que hacer es dejar eso a un lado y descansar, que te podrías haber matado.

–¿Este morir? –Señala Apolo a su hermano –Este tiene una puta flor en el culo, siempre se libra de todas, por desgracia estará dando guerra muchos años más.

Ambos salen de la choza, voy a salir yo también pero Ares me detiene.

–No, tú no te vayas, quedate conmigo moya koroleva.

Le sonrío y me tumbo a su lado.

Su nariz se entierra en mi pelo mientras lo acaricia con la otra mano.

–¿Como estás tú nena?

–Mejor que tú seguro  –Me burlo de él.

–No te aproveches de mi estado que aún puedo castigarte.

–Pues en ese caso, me aprovecharé todo lo que pueda de tu estado.

Se ríe en bajito con voz ronca.

–Eso lo veremos.

Mi Reina (2° libro de la Trilogía Mia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora