Lección

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Narra Ares.

El avión aterriza, Aria sale la primera y corre a saludar a mis hermanas, miro a mi alrededor, por fin en casa, lleno mis pulmones con el frio aire y bajo las escaleras.

Saludo a mi madre y mis hermanas me abrazan las dos a la vez, beso la cabeza de ambas, para eso vivo, ese es mi objetivo en la vida, proteger y cuidar a mi familia, mi padre desde muy pequeño me enseñó a proteger a mis hermanas, si alguien se metía con ellas a la salida le estaba esperando, mis hermanas han sido dos soles en mi vida con esas sonrisas inocentes que guardan a dos asesinas de sangre fria al igual que yo.

Las mujeres Volkov son peligrosas y temidas no solo por sus logros, sino porque todo el mundo sabe quién las respalda, mi bisabuela empezó con ese legado de mujeres valientes y sin escrúpulos que son los cimientos del Boss, si tienes a la reina, tendrás al rey y a los peones a tu disposición.

Aria me sonríe y se acerca despacio, los demás se montan en los coches y se van para dejarnos solos, me mira a los ojos y por primera vez, no veo dudas ni miedo en su mirada.

Nos quedamos congelados y el tiempo parece haberse detenido, la gente verá en sus ojos un simple marrón oscuro, pero yo veo mi salvación, mi balsa en medio de un mar de sangre, balas y droga, el mar de mi mundo.

Por un momento me olvido de lo que soy, de la sangre que bañan mis manos, de los demonios encerrados en mi y me centro solo en ella, la mujer que hizo que en el infierno hubiera luz.

Se acerca un poco más y alza un poco la cabeza para seguir mirándome, sus 1,78 metros de locura, terquedad, esquizofrenia y carisma me llenan.

"Igual que la lleno yo pero con otra cosa"

Mierda, ya se me fue lo poético.

Ignorando todos los pensamientos eróticos de todo lo que la quiero hacer, la sigo mirando, sonríe y me abraza poniendo su cabeza en mi pecho.

"Y yo pensando que nos iba a dar un morreo de esos que me gustan a mí"

No entiendo el porqué de estos pensamientos mientras Aria me abraza.

Nos separamos y me toma de la mano con una sonrisa infantil, nos montamos en el coche.

–No quiero sentarme aquí –Dice mientras se levanta como puede e intenta sentarse en mis piernas.

–Eres muy torpe mujer –La agarro de la cintura y la siento de golpe en mis piernas, pone una cara de dolor y se lleva la mano al coño.

–Con cuidado gilipollas que tengo el coño roto –Dice mientras me pega.

Agarro su mano antes de que impacte contra mi pecho, acerco mi cara a la suya y la amenazo como se que la gusta.

–Por cada ostia que me des luego te daré dos azotes porque se que te gustan los números pares.

Va a objetar pero no es capaz de formular palabra, parece que se le ha olvidado hablar.

Respira hondo y habla.

–No tengo problemas con eso, –una carcajada sale de mi, arranco y empiezo a conducir por las calles de Moscú.

Llegamos a la empresa y salimos del coche, la gente nos señala y se nos queda mirando, hace mucho tiempo que a Aria y a mí no se nos ve, y parece que la gente nos ha echado de menos.

Dejo que Aria entre primero al ascensor y entro yo también, antes de que las puertas del ascensor se cierren Alex consigue meterse.

–¿Que ya me echabas de menos verdad?

–Hermano hace solo media hora que no nos vemos.

–Di lo que quieras pero si Aria no hubiera aparecido yo hubiera sido tu reina.

Mi Reina (2° libro de la Trilogía Mia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora