Capitulo 9: No Confio En Ti

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Dos semanas después

Durante esas dos semanas su vida cambio de manera radical, su padre se convirtió en el nuevo soberano de Vitalia de Kereta, todos el país apoyo la decisión de su tío Pholeng de abdicar al trono para cederle el lugar que correspondía por ley a su hermano mayor. Su madre estaba más que feliz, de volver al palacio de nuevo. En cambio el decidió no acompañarlos, se negaba rotundamente aceptar su puesto como el Príncipe heredero. Su padre le habia dado el tiempo suficiente para que se hiciera a la idea que no podía escapar de su destino. El pertenecía a la familia real y ese era un hecho que nadie podía cambiar. Ava entro a la habitación con un pastel de fresa para darle ánimo a su principito. Los señores se lo encargaron de que lo cuidara hasta que tomara su decisión. Ella sabía lo mucho que estaba sufriendo porque tenía que renunciar a cada uno de sus sueños, si se convertía en el príncipe heredero.

Nunew se encontraba leyendo un libro, con tristeza en su mirada. Ava se acercó a la cama, ofreciéndole el platillo con el trozo de pastel. El cerró el libro y lo acepto.

—Gracias Ava, pero no tengo ganas de comer pastel — dijo desanimado, colocándolo en la mesilla de noche. — ¿No sé porque me está pasando esto a mí? Era muy feliz en Alemania y ahora tendré que vivir por el resto de mi vida en un palacio, siendo la persona más infeliz del mundo.

La mujer mayor palmeo su mano con cariño tratando de levantarle el ánimo.

— A veces no entendemos porque pasan las cosas, ahora no lo puedes ver con claridad. Pero estoy segura que en un tiempo determinado lograras entenderlo mejor. Tal vez conozcas al amor de tu vida y ser el príncipe heredero no sea tan malo del todo — bromeo Ava, sacándole una leve sonrisa de sus labios.

 No creía que lo iba a encontrar alguna vez, no mientras no se sacara de la cabeza a Zee, solo era un sentimiento absurdo y retorcido. Algo dentro de su corazón que no podía evitar. Ellos eran primos, vivirían bajo el mismo techo por muchos años y no sabía cómo lograría verlo con otra persona.

— ¿Te irías conmigo?, no quiero sentirme solo en ese lugar — pidió agarrando su mano entre la suyas con suplica.

Ava sonrió asintiendo ante su petición.

— Por supuesto que sí mi adorado principito, voy a estar a tu lado siempre.

Dos días después.

Decidió reunirlos a todos en la biblioteca para dejar sus puntos claros. Ava estaba en la habitación que iba a ocupar desempacando su maleta, en ese lugar ella era la única persona que lo iba a tocar y ayudarlo en lo que necesitará. Sus padres estaban felices que estuvieran en el palacio al fin. Su primo Ananda estaba de vuelta de su viaje y se moría de ganas de verlo, sabía que él iba a ser de gran apoyo en sus lecciones como nuevo Príncipe heredero. Camino por el corredor, lleno de monumentos históricos que representaban la historia de la familia real, los cuadros de sus antepasados colocados a la fina pared, era como si al caminar lo estuvieran observando. Abrió la puerta de la biblioteca y entro con pasos decidido dejando la puerta entre abierta.

Ananda se levantó del sofá sin darle mucha importancia a sus modales. Fue a saludar a su primo con un abrazo que pareció una eternidad para todos en la habitación, se saludaron y tomaron asiento al lado del otro. En frente de los otros presentes, miro fugazmente a Zee que se llevaba una taza de café a los labios con total naturalidad, como si nada lo afectará. Recordó sus palabras el día antes de irse Alemania cuando fueron a despedirse de su tío y primos. Se dijo que si volvía a Vitalia de Kereta bajo cualquier circunstancia de la vida. Iba a lograr que Zee se arrodillara ante él, estaba decidió a quitarle esa postura arrogante que siempre lo lastimaba.

— Tengo algunas peticiones que hacer a cambio de volverme el príncipe heredero de la nación. —Expuso con voz pausada mirando a todos — la primera es que por nada del mundo voy a volver asistir a la academia militar, quiero tener mi propio estudio de arte y hacer lo que tanto me gusta con el tiempo necesario para hacerlo. Y por último, que el Príncipe Zee Pruk me ayude en mis lecciones como Príncipe heredero, está lo suficientemente capacitado para hacerlo.

Todos se sorprendieron por la última petición, fijando la mirada en Zee que depósito su taza de café en la mesita frente a ellos con total calma.

—No Comprendo porque quieres al Príncipe Zee Pruk como tú instructor, ya tenemos a otra persona para que tus lecciones hijo —manifestó su padre extrañado por tan repentina petición.

—Él fue el anterior Príncipe heredero, todos admiran sus cualidades, elegancia, preparación. Estoy seguro que con él a mi lado voy aprender a comportarme como un príncipe acto, es mi decisión y espero que la acepten.

Pholeng estudio la reacción fría de su hijo y en su interior le dio gusto la petición de su sobrino. Lo que más quería en el fondo de su corazón, era que su hijo pudiera encontrar la felicidad y curará su corazón. Y al lado de Nunew podía hacerlo.

Zee clavo sus ojos intensos en los de Nunew, sonriendo dentro de sí lo audaz que era. No tenía la menor idea de lo que estaba pidiendo. La noche anterior tuvo tiempo para pensar lo que iba hacer al respecto con los cambios en el palacio que afectaron a todos. Ahora que ya no era el Príncipe heredero tendría tiempo para hacer lo que quisiera, pensaba divertirse un poco con Nunew, lo iba hacer sufrir una vez que su corazón fuera completamente suyo. Todo su ser lo envidiaba de pies a cabeza, por los padres que tenía, por robarle su posición, porque todos los adoraban y se preocupan por él. Incluso su padre y hermano lo querían mucho mas. Cuestionándose muchas veces si tenían ese mismo amor por él. Lo enamoraría y luego destrozaría su corazón. Una vez que su objetivo se cumpliera, se iría del palacio para siempre.

—No puedo negarme ante la petición de su alteza — pronunció con una media sonrisa —ten por seguro que te ayudaré en todo lo que necesites. Voy hacer de ti, un Príncipe perfecto.

Nunew no esperaba esa reacción por parte de Zee, pensaba que se iba a negar ante su petición, no que lo aceptara tan amablemente. Todos sonrieron aliviados porque Zee acepto volverse su instructor, Ananda conocía esa mirada en su hermano y tuvo un mal presentimiento. Solo rogaba al cielo que Nhu no se arrepintiera luego de su decisión.

— Me despido sus majestades — informo Zee con una reverencia a los reyes — tengo que volver a la academia militar, pero no se preocupen, su alteza va a estar en muy buenas manos. Será un honor para mí, educarlo como es debido. Nuestra primera lección comienza mañana — dijo refiriéndose a Nunew que estaba anonadado por su actitud — Buenos días.

Lo observo su figura alejarse con tanta elegancia, no era tan ingenuo como para no darse de cuenta que algo no estaba bien en su cambio tan repentino. No pensaba bajar la guardia ante su presencia. Zee podía ser peligroso si se lo proponía y no le iba a dar el gusto de salirse con la suya.

El Capitán Del PrincipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora