Capitulo 26: Acciones Y Consecuencias

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Dos de los guardias reales, cargaron a Zee a la habitación de su majestad, desvistieron su cuerpo, bajo la supervisión del rey que programa la cámara de su teléfono móvil, para llevar a cabo su plan. Unas cuantas fotos servirían, y las enviaría de inmediato al Príncipe. Despidió a los dos hombres y busco en el bolsillo del pantalón de Zee, su teléfono móvil, miro celoso el fondo de pantalla, en ella se encontraba al principe sonriendo sobre la cama con su bello rostro reposando sobre la almohada.  Era solo cuestiones de segundos y esa sonrisa, desaparecía para siempre. Abrió la bandeja de contacto, copiando el número nuevo de Nunew. El seguía manteniendo el anterior en la gaveta de su escritorio. Tal vez lo necesitara algún día.

Sin quitarle los ojos de encima a Zee, que yacía inconsciente en la cama desnudo, solo lo cubría su ropa interior. Se desvistió, cubriendo su cuerpo con un albornoz, posiciono la cámara desde un Angulo donde ambos pudieran visualizarse. Entro a la cama, poniendo la sabana por encima de ellos. Beso los labios del otro hombre, disfrutando de la suave textura de ellos, con una mano, tomo el brazo de Zee haciendo presión sobre su cuello para que se viera como que, correspondía a su beso. Dejo un reguero de besos sobre su cuello, posando ante la cámara con su cuerpo encima del de Zee.

La puerta  se abrió abruptamente y La escena que vio Liam. Lo horrorizo por completo. Ya no podían sorprenderlo más de las acciones de Miles, tanto era la obsesión por su amigo, que no se detenía a pensar en las consecuencias. Con rapidez, levanto la ropa del piso, yendo a la cama para vestirlo.

— Vas a tener que esperar a que despierte Liam — apresuro a decir, saliendo de la cama, dejando que vistiera a un Zee inconsciente. Cogio el teléfono celular entre sus manos, estudiando las fotos sonrientes, era mejor de lo que imaginaba. Las envió de inmediato al Príncipe, lamentándose de no ver su reacción, cuando las abriera. — Lastima que a pesar de que Zee tenga la intención de aclarar las mentiras que dije, el amor de su vida. No creo que vaya a creerle.

Liam escuchaba hablar a Miles, terminando de vestir por completo a Zee. Así tuviera que subirlo al avión inconsciente, no se quedarían allí, ni un minuto más.

— ¿Qué le diste? ¿Cómo que su alteza no va a creerle? — pregunto preocupado, tocando el pulso de Zee, aparentemente estaba normal.

Rowan mostro las fotos tomadas de ellos juntos, Liam miro a quien fueron enviadas y su corazón se paralizo. Si Zee estuviera consiente, sería capaz de matarlo con sus propias manos por lo que acaba de hacer. Desde un principio no le agrado la idea del viaje. En vez de solucionar las cosas definitivo, solo cabo un hueco a otro problema.

— Nunca te lo va a perdonar lo sabes ¿verdad? — expuso seguro de la decision de su amigo, porque lo conocia muy bien — La verdad siempre sale a la luz y aunque pienses que vas a destruir su amor. Te sorprenderías de lo que Zee, es  capaz de hacer por el hombre que ama.

Vería que tan fuerte es su amor el uno por el otro. Las fotos ya debían de estar en el teléfono celular del Príncipe. Zee se llevaría una gran sorpresa.

— No te preocupes, antes de que aterricen en Vitalia de Kereta, ya habrá despertado. Afuera hay un auto esperándolos. — su voz sonaban muy tranquila, cruzado de brazos.

Coloco el cuerpo grande de su amigo en su espalda, caminando hacia la puerta. ¿Cómo explicaría a Zee las fotos que Miles tomo y envió al Príncipe? Enloquecería por completo, de eso estaba seguro.

— Por cierto Liam.... Cuando despierte, hazle saber que no me pienso inmiscuir nunca más en sus vidas. Claro, si es que pueden ser felices en algún momento. — sus facciones reflejaban, el disfrute de lo que estaba por acontecer.


Las gotas de lluvia empezaron caer fuerte sobre toda Vitalia de kereta, el Príncipe venia bajando las escaleras del palacio, cuando reviso su teléfono móvil, abrió las fotos y sus pasos se detuvieron por inercia. Su corazón dejo de latir, partiéndose en muchos pedazos. No habia que ser adivino, para saber quién las envió. Esa fue la razón del viaje de Zee a Berbania, ¿Por qué la vida lo trataba de esa manera? Lagrimas se aglomeraron en sus ojos a punto de salir, no tenía intención de estar allí, cuando Zee volviera. Se las limpio con el dorso de la mano, iba a salir del palacio sin que nadie se diera de cuenta. Necesitaba estar solo, la unica ventaja de haber vivido en él, conocía a la perfeccion los pasaje secreto, y uno de ellos daba a la calle.

Guardo su teléfono móvil en el bolsillo de su pantalón, no importaba si se mojaba con la lluvia. Se llevó la mano a su pecho, las lágrimas picaban en sus ojos y ya no las pudo contener. Era un dolor tan grande que no creía soportarlo por mucho tiempo. Sus zapatos tocaron el pavimento de la calle y su ropa se empapo de inmediato. Se alejó lo más que pudo del palacio antes de que dieran voces de su ausencia. Mientras caminaba sin rumbo alguno, vinieron los recuerdos de ellos dos juntos, cuando por estúpido pensó que sería la persona más feliz del mundo a su lado. Los te amo de Zee, resonaban en su mente una y otra vez, atormentándolo aún más. Ya no deseaba vivir, odiaba su vida, lo patético que era. Solo se convirtió en el peón de un tablero de ajedrez para todos. Las lágrimas cegaban los ojos del joven príncipe, junto con la lluvia que caía como flecha sobre su débil cuerpo. Todavía no se terminaba de recuperar por completo, haber salido del palacio, ponía su vida en riesgo, pero era tanto el dolor, la desesperación acumulada que no se puso a pensar en las consecuencias.

Ni siquiera tuvo la oportunidad de quitarse del camino del auto que arrojo su frágil cuerpo contra un árbol. Con la fuerte lluvia no se podía ver absolutamente nada, y mucho menos al Príncipe, El conductor salió del auto asustado por el gran impacto. Sabía que habia chocado algo, por unos segundos pensó que era un perro. A lo lejos visualizo un cuerpo tendido sobre un charco de lodo. Trago saliva y se fue acercando para ver de quien se trataba, la lluvia no dejaba ver bien a la persona, pero ese rostro todo el mundo lo conocía, el hombre al que atropello era el Príncipe heredero.


Tal como le dijo Miles, Zee despertó una vez que el avión despego. Muy provechoso para que no lo matara por la maldad que hizo. Tuvo que calmarlo para que no hiciera una locura, su intención era volver a Berbania y dejarla sin rey. Una vez que llegara a Vitalia debian de hablar  con la verdad y aclaras los malentendidos. De esa manera podrían ser felices.

— Espero que con la grabación, pueda creer que fue una trampa. El no confía en mí, por más que le he dicho lo mucho que lo amo. Me duele que no lo haga Liam — manifestó con un tono de voz dolido y perturbado. — No sabría cómo vivir, una vida sin él.

Su amigo era muy importante para él, toco su hombro con afecto para tranquilizarlo. Haría todo lo posible para que el Príncipe creyera en Zee. Ya no quería ver a su mejor amigo sufriendo por amor.

— Tienes mi apoyo, yo tambien estuve allí. Tu adorado Príncipe, tendrá que creerte, sí o sí.

Se sentía cansado emocionalmente, recostó su cabeza con los ojos cerrados, contra el respaldo del asiento. En lo único que podía pensar, era en su amado principito. Necesitaba verlo, besarlo, abrazarlo. Decirle lo mucho que lo amaba, y que este creyera en sus sinceras palabras. Liam se puso a ver las noticias desde su teléfono móvil, para estar al día de lo que pasaba días tras días. Leyó espantado la noticia junto a los detalles del accidente del Príncipe heredero de Vitalia de kereta. Un auto lo atropello al no verlo caminar bajo la fuerte lluvia y ahora se debatía entre la vida y la muerte. Dudo en decírselo a Zee, porque sería un gran impacto para él. Pero no podía ocultárselo.

— Zee, hay algo que debes saber, promete que te vas a controlar cuando te lo diga.

Abrió sus ojos, enfocándolos en Liam, su rostro estaba pálido y contrariado. Le enseño la noticia a Zee. Sus facciones palidecieron por completo, cogió el teléfono celular entre su mano, leyendo la tragedia con sus ojos fuera de órbita, la angustia e impotencia se hicieron notable porque faltaban horas para aterrizar, si ahora mismo tuviera a Miles cerca. Lo asesinaría sin remordimiento alguno, si Nunew moría por su culpa, se encargaría de hacer su vida miserable. Rogaba a Dios, que se salvara, el tambien lo engaño, hiriéndolo muchas veces.

— Como quieres que me controle, si el hombre que amo,  fue atropellado y está gravemente herido, por culpa de un corazón resentido y malicioso — dijo enervante e impotente, nunca habia deseado matar a una persona, como estos momentos. — Si no hubiera sido por ese maldito hombre, Nunew estaría a salvo en el palacio Liam.

— Ya lo sé, pero la vida no puede ser tan injusta, Miles no va ganar. Demuéstrale que el amor que se tienen, es más fuerte que su maldad. No le den el gusto, mi buen amigo. Su alteza, es una persona fuerte, estoy seguro que sobrevivirá.

Deseaba creer en las palabras de Liam, era lo que más quería. Pero su corazón, se sentía angustiado, tenía miedo de perderlo para siempre, llamaría a su padre, para mantenerse informado de los avances, iba hacer una completa tortura estar dentro del avión por las horas restante de vuelo. En sosiego de no estar a su lado. 

El Capitán Del PrincipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora