Epilogo

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Un año después

Las coloridas hojas de otoño crujían bajo los pies del Príncipe que caminaba, con su cámara fotográfica y su guardaespaldas a una corta distancia de él. En todas partes de Berlín se podía respirar profundamente después de los meses de verano: los casi interminables paisajes de los parques berlineses, con praderas y bosques junto a ríos y lagos transparentes, invitan a dar largos paseos. Y a Nunew le encantaba hacerlo, sentirse libre sin cámaras que  estuvieran fotografiando cada actividad que hacía. Al principio era objeto de las personas y sus teléfonos móvil por haber sido el Príncipe heredero. Pero con el paso del tiempo, toda su atención se concentro en su Primo Ananda que estaba haciendo un excelente trabajo como futuro rey de Vitalia de Kereta. Mantenía una comunicación constante con su familia, sin embargo cada vez que hablaba con la reina, esta era un mar de lagrima, en una de las video llamada, le confeso que pidio perdón a Zee y Ananda por lo sucedido con su madre. Tomaría un tiempo que llegaran a perdonarla. Su primo llevaba una relación estable con Dao y se alegraba de que haya encontrado a una persona que lo amara. Su estudio de arte iba de maravilla, tenía muchos clientes y era un reconocido escultor como siempre deseo. A pesar de que se hallaba lejos de su familia y la extrañaba, Ava lo cuidaba bien y no se sentía tan solo.

Fotografió a las aves que se posaron sobre la fuente a tomar un baño, estudiando el magnífico resultado. Lo usaría como referencia para una obra que estaba realizando. Estaba tan absorto en su cámara que no se dio dé cuenta de la persona que se acercaba hasta que escucho la voz.

— Tiempo sin vernos, su alteza.

El Príncipe levanto la mirada de la cámara, encontrándose con el rey de Berbania que sostenía la mano de su pequeña hija con un algodón de azúcar. La persona que menos esperaba ver en toda su vida era a ese hombre. Rowan miro la cara de pocos amigos del Príncipe, debía odiarlo por las mentiras que le hizo creer. Kai se acercó de inmediato a Nunew para protegerlo, quedando junto a él.

— Yo no tengo nada de qué hablar con usted — dijo con acidez en sus palabras, — Ahora tengo que irme.

— Cómo pudiste venir Alemania y no traer a Zee contigo, de verdad eres tan ingenuo. Yo jamás hubiera dejado atrás al amor de mi vida. Estoy seguro que si le hubieses pedido que viniera contigo, él lo haría. Pero preferiste dejarlo en Vitalia de kereta y separarte de él.

Nunew muchas veces se arrepintió de no habérselo pedido ese día en el aeropuerto. Logro su sueño de ser un gran escultor reconocido, pero no con Zee a su lado, a mediado de ese año. Pocas veces hablaron porque ambos estaban ocupados, nunca fue a visitarlo y aunque nunca se lo dijo. Zee en el fondo sentía molestia porque lo abandono. En cierta parte ese hombre tenía razón.

— Mi vida personal no tiene por qué importarle, después de lo nos hizo, no me siento a gusto hablando con usted. — enuncio, molesto, mas consigo mismo porque fue un completo egoísta, prefirió seguir sus sueños a costa de su felicidad. — Adiós, su majestad.

Paso a su lado con Kai detrás de él y las palabras de Rowan detuvieron sus pasos.

— No me arrepiento de lo que hice, — declaro sincero — si me permites darte un consejo, llámalo y dile que venga. Vivan su amor y sean felices, hasta pronto su alteza. — sonrió a su hija que seguía comiendo su algodón de azúcar y se alejó con pasos lentos, seguido de sus guardaespaldas

Nunew volteo a ver al hombre que se alejaba y llevo su mano a su cadena de Saturno, apretándola con fuerza. Eso pensaba hacer, llamaría a Zee, solo deseaba que  todavía quisiera estar a su lado.

Kai lo llevo a la casa donde Ava los esperaba con el almuerzo, a mitad del camino, recordó que su teléfono móvil, se quedó la noche anterior en el estudio y pasó a recogerlo. Ordeno a Kai que lo esperara en el auto, saco la llave de su chaqueta introduciéndola en la cerradura, se sorprendió de que no tuviera pasador. Estaba seguro de que habia cerrado con llave. Entro desconfiado, cerrando la puerta detrás de él buscando con la mirada si faltaba algo, todo se encontraba en su lugar. Encendió las luces y fue a la mesa de trabajo, cogiendo su teléfono móvil. Busco el nombre de Zee para hacerle una video llamada. En el preciso momento que la campana de la puerta sonó, Anunciando que un cliente habia llegado. Era fin de semana y nunca trabaja esos días.

— Lo siento, hoy no estoy trabajando — giro su cabeza, para ver a la persona, y se quedó paralizado, procesando que lo que estaba viendo, no era un sueño.

Zee se encontraba a pocos metros de él, con un ramo enorme de tulipanes. El tiempo se detuvo para ellos, un año entero sin verse personalmente, era mucho para dos personas que se amaban. Zee camino hacia Nunew, estirando los brazos.

— ¿No piensas abrazarme, su alteza? — Pregunto con una sonrisa abierta — Este ramo de tulipanes pesa mucho. — haciendo una mueca de dolor, sosteniéndolo con una sola mano.

Nunew corrió feliz, envolviendo su cuerpo con sus brazos. Inhalando su aroma para asimilar que todo era real. Lo extraño tanto, las noche sin el eran una completa agonía. Zee apretó su  delgado cuerpo disfrutando del momento.

— Perdóname, debí pedirte que me acompañaras — enmarco el rostro de su esposo con su mano, su tono de voz estaba llena de arrepentimiento. — Separarnos no fue una idea inteligente de mi parte, te prometo que no lo volveré hacer, de ahora en adelante, no me voy a separar de ti, ni un segundo Zee.

Habia estado siguiéndolos desde la mañana, por un momento se alarmo al ver a Miles acercarse, pero una vez que se alejo, volvio a sentir alivio.  Kai sabía que se reuniría ese día con Nunew. El mismo fue quien le dijo donde guardaba una llave de repuesto para cualquier emergencia, por ese motivo la puerta se encontraba sin seguro. Deseaba ver su trabajo y estaba orgulloso de él. Tambien habia envió un mensaje de texto, informando que el Príncipe iría a su estudio de arte, dándole tiempo de comprar el ramo de tulipanes y sorprenderlo

— Esta vez no pienso separarme de ti, vas a tener que soportar tenerme todo el tiempo a tu lado, hasta que la muerte nos separe, su alteza — manifestó con tono aterciopelado, entregando el ramo a su dueño. Nunew oleo las flores y sonrió mirando de nuevo a Zee.

— Yo tampoco quiero que lo hagas, Capitán Zee pruk, debemos recuperar el tiempo perdido y tener la luna de miel que nunca tuvimos. Te amo, te amo mucho, voy a recompensarte

Zee beso los labios que extraño un año entero, ya no quería hablar, eso lo dejarían para después. Anhelaba volver a sentir el cuerpo del Príncipe contra el suyo, encima de él, no importaba de qué manera.  Ahora estaban juntos y seria para siempre. Nunew correspondió el beso más que gustoso, era un año que no se tocaban, que sus pieles no estaban en contacto con el otro. Zee quito de su brazo el ramo de tulipanes y lo dejo sobre un estante. Cogió la mano de su esposo y lo llevo a la mesa más cercana. Sentó su cuerpo contra la superficie, volviendo por un segundo beso apasionado, embriagando el sentido de ambos, sus cuerpos se añoraban y no dejarían pasar la oportunidad de satisfacerlos.

— Kai está esperando afuera, — dijo Zee con los labios rojizos por el beso, entre tanto Nunew hacia oído sordos, besando su rostro.

— Que espere un poco más, no voy aguantar a que lleguemos a casa Zee, — verbalizo, su cuerpo ardía de anticipación por sentir de nuevo las manos de su esposo sobre su cuerpo. — déjame complacerte, volver a ser tuyo.

Ese hombre se habia convertido en su debilidad. No podía negarle nada. Lo amaba demasiado y era muy feliz a su lado. Se encargaría de que nunca más se separaran, así tuviera que encadenarlo y tirar la llave al mar.

— Sus deseos son órdenes para mí, Su alteza Suwanwimolkul Panich. — hablo con tono melodioso, dando un beso en la frente del príncipe, lleno de admiración, amor puro y respeto — Amarte es como vivir en un sueño, donde todo es posible y nada es imposible, donde el amor lo llena todo, y la felicidad es eterna.

Nunew beso la mejilla de Zee, emotivo por el hermoso poema que acaba de recitarle. En sus ratos libre habia memorizados algunos con la intención de igualarse un poco a él.

— Eres la brisa que me hace volar, el fuego que me llena de pasión, mi corazón late por ti, mi vida late por ti, mi amor, mi felicidad, mi razón, mi capitán Zee pruk, solo mío y el único hombre que amare hasta el final de mis días.


Hasta aqui hemos llegado con el amor del Capitan del Principe, espero que les haya gustado y gracias por todo. Nos estaremos leyendo en proximas historias. Besos y abrazos.

El Capitán Del PrincipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora