15.

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Dominique abrió poco a poco los ojos con una sonrisa en su rostro, la cual atribuyó a algún sueño que no recordaba. Se removió en el lugar y llevó su mirada a Paul, quien aún dormía.

Una brisa la hizo salir del pequeño trance en el que había entrado al observarle, logrando que un escalofrío recorriera todo su cuerpo y haciéndola caer en cuenta de que no llevaba ropa puesta, al igual que el moreno.

Con cuidado de no despertarlo se deslizó suavemente hasta salir de la cama, envolviéndose en una fina sábana mientras recogía su ropa y se dirigía fuera de la habitación.

Antes de abandonar aquel espacio se detuvo por un momento, girándose para observarle.

Sus latidos se aceleraron mínimamente y una sonrisa involuntaria se dibujó en su rostro al notar la respiración del moreno relajada junto a una expresión de tranquilidad siendo sumergida en un suave tono anaranjado debido a los rayos del sol, el cual apenas comenzaba a salir.

Retomó su camino y se dirigió al baño para lavarse la cara y ponerse su ropa, volviendo a la habitación luego de eso. Se acercó a una repisa que había allí, donde tiempo atrás había encontrado papel y lápiz, volviendo a hallarlos en el mismo lugar.

Tomó ambos objetos y escribió una nota, la dejó en la mesita de luz del pelinegro y salió nuevamente de la habitación.

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Paul comenzó a despertarse algo molesto por la luz encandilando sus ojos, hacía mucho quería poner unas cortinas más oscuras pero no había tenido tiempo para ir a comprarlas, o eso decía.

Giró su mirada hacia el lugar que ocupaba Dominique en la cama, estaba vacío. Frunció levemente el ceño y raspó sus ojos, sentándose con calma.

Volteó su vista hacia su mesa de luz en busca de su teléfono, pero lo único que logró ver fue una nota. Con una ceja alzada se estiró para agarrarla y la leyó.

"La pasé muy bien anoche, Paul."

Se levantó con pereza, el hecho de haber despertado recientemente no lo ayudó a ser rápido. Tomó su pantalón del suelo y se lo puso mientras caminaba en dirección a la sala en busca de su teléfono.

Mientras avanzaba por el pasillo que conectaba ambos espacios detectó un aroma bastante reconocible en la cocina, era café.

Se dirigió allí y se paró en el marco de la puerta al observar a Dominique frente a la tostadora, de espaldas a él, con el teléfono en la mano mientras dos tostadas se hacían.

Sonrió brevemente y se encaminó hacia ella, sorprendiéndola al abrazarla de forma suave por detrás.

- Yo también la pasé bien. - dejó un beso en su mejilla.

- Buen día. - habló ella, girándose para saludarlo mientras apoyaba el teléfono en la mesa.

- Buen día. - dejó otro beso, esta vez en sus labios mientras la morena enredaba los brazos en su nuca.

- ¿Cómo dormiste? - preguntó peinándolo con sus manos.

- Bien, hasta que desperté y estaba solo junto a una nota, creí que me habías abandonado. - hizo una mueca de tristeza a modo de broma.

- No tengo aventuras de una noche, lo sabes. - respondió con tranquilidad mientras continuaba jugando con su cabello.

- Estuve a punto de ir a poner una denuncia. - asintió seguro.

Atracción Prohibida (Domisker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora