23.

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Paul estaba sentado en una silla de metal en la oscura sala de interrogatorios, frente a Nikolai.

Una lámpara colgante arrojaba un círculo brillante sobre la mesa, iluminándolos a ambos mientras se observaban con tranquilidad.

Nikolai disfrutaba de la situación mientras una risa irónica permanecía en sus labios y sus manos estaban esposadas.

Paul se inclinó hacia adelante con la mirada fija en quien tenía frente a él.

- Imagino que eres importante si se ha tomado el tiempo de entregarte. - habló con un tono relajado.

- ¿No te lo ha contado? - preguntó inclinando levemente la cabeza.

- ¿Qué debió contarme?

- Supongo que no te ha contado muchas cosas. - sonrió aún más.

- Deja los juegos y habla.

Nikolai se recostó en su silla, como si estuviera contando una historia divertida a un amigo en un bar.

- Digamos que Dominique y yo tenemos historia. - habló nostálgico. - Fuimos compañeros por algunos años... pero el destino quiere lo que quiere, y no podemos interponernos a eso. - lo miró fijamente. - Me vi obligado a traicionar al equipo. Bueno, a ella. - soltó sin dar mucho interés.

Paul lo miró con rabia, él era uno de los responsables de todo lo que había vivido la morena. Sería tan fácil acabar con él, pero eso era un camino demasiado simple, no le daría esa paz.

- ¿Por qué lo hiciste? - preguntó con un tono molesto, pero aún tranquilo.

- No tenía otra opción. - se encogió de hombros. - ¿Sabes su historia con Toni Miranda? Imagino que no, ni siquiera ella conoce toda la historia.

Paul apretó los puños bajo la mesa tratando de mantener el control. O Nikolai era muy bueno mintiendo o no tenía remordimiento alguno.

- Tú y ella eran una bonita pareja. - finalizó sin dejar de sonreír.

- ¿Qué sabes de Toni Miranda? - intentó cambiar de tema, si seguían hablando de la morena no lograría controlarse.

- Me encantaría ayudarte con eso, pero no sé nada.

- Mientes.

- Debo decir que Dominique siempre a sido una idealista. - habló observando cada reacción del moreno con interés. - Solía decirme que las personas deben ser castigadas, pero bajo la ley. - sonrió irónico. - Ella cree que ha cambiado, pero soy la prueba de que no, no pudo dispararme, es la segunda vez que le sucede.

Paul se inclinó más cerca y llevó ambas manos a la camisa del contrario, tomándolo con fuerza y levantándolo. - ¿Dónde está Toni?

- No lo sé. - sonrió tranquilamente. - Pero no debería preocuparte eso.

- ¿Ah no?

Por primera vez desde que lo habían encontrado en la isla, Wesker pudo ver una expresión seria en el rostro del rubio.

- Deberías centrarte en ella. No tienen idea a quién se enfrentan, si no la encuentras acabará muerta.

- ¿Te preocupa? - interrogó extrañado.

- Hay mucho que no sabes, Paul. - finalizó el rubio de forma seria mientras volvía a sentarse luego de que el moreno lo soltase. - Mucho más de lo que puedes imaginar.

- Por eso estamos aquí. - respondió levantándose para salir de la sala.

Mientras la puerta se cerraba detrás de él sintió como se intensificaba en su interior el temor con el que llevaba conviviendo desde que la antigua jefa del SNI se fue.

Atracción Prohibida (Domisker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora