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.Dominique estaba sentada en el sofá bajo la penumbra de la habitación, observando fijamente al hombre que una vez había sido su faro, su padre.
El dolor de su pérdida había moldeado su vida.
Cuando desapareció ella solo tenía quince años y los agentes que llevaron el caso lo acabaron cerrando, pero a la morena nunca le pareció suficiente, así que se volvió agente, aspirando a ser la mejor para contar con todos los recursos que existieran , todo con tal de hallarlo.
Luego de un largo período en el que no obtuvo nada, lo dejó ir, enterrando cualquier atisbo de esperanza en lo más profundo de su ser.
Y allí estaban veintiséis años después, sentados uno frente al otro sin lograr pronunciar una palabra.
La silueta del hombre era familiar, pero el tiempo había dejado su marca, resaltando a simple vista algunas canas y arrugas en su piel.
Lo que sí había cambiado completamente era su mirada, sus ojos marrones estaban apagados, sin la calidez que la pelinegra recordaba.
Continuaba observándolo mientras un torrente de emociones alteraba su mente. Por un lado estaba feliz, claro que lo estaba, pero una sensación amarga opacaba ese sentimiento.
Él estaba vivo, sentado frente a ella, pero había decidido desaparecer y dejarlos solos cuando aún lo necesitaban. Eso no le pesaba cuando creía que estaba muerto, pero ahora sí.
Su fortaleza fue tener a Ilhan, quien cuando escapó de su casa fue bien recibido por Andre, volviéndose uno más de la familia.
En su corazón se desencadenaba una batalla entre el amor y el rencor, la cual era tan feroz como lo había sido su lucha por sobrevivir sin él.
¿Cómo podía semejar la imagen del padre que habían idealizado con la realidad del hombre que los había dejado solos?
—No entiendo —dijo, con un tono tembloroso por la furia contenida—. ¿Por qué desapareciste?
—Lo hice por tu bien —suspiró Andre—. Sabía que si me quedaba te encontrarían y te usarían para llegar a mí.
Ella apretó los puños y su cuerpo se tensó como una cuerda a punto de romperse.
—¿Cómo podría ser por mi bien dejarme creer que estabas muerto por más de veinte años?
El mayor bajó la mirada, apenado.
—Creí que alejarme te mantendría a salvo —habló con un tono tan suave que apenas logró oírse—. Siento tanto que hayas tenido que pagar por mis errores.
Dominique lo observó con sus ojos llenos de lágrimas, las cuales se negaba a dejar caer.
No era el peligro lo que la enfurecía, sino el abandono. La había dejado creer que estaba muerto, había desaparecido sin rastro y la había condenado a vivir con esa pérdida.
—¿Y cuáles fueron tus errores? ¿Condenar a gente que lo merecía? —continuó mirándolo—. El problema no es tu sensación de culpa por cosas que escapaban de tus manos, sino por cosas que sí podías controlar, y lo sabes.
Su padre alzó la vista, reflejando en su mirada una mezcla de arrepentimiento y cariño.
—Pensé que si me alejaba no te encontrarían, pero me equivoqué.
La morena intentaba ponerse en su lugar, tiempo atrás fue ella quien alejó a su propia hija para protegerla, pero no así, jamás lo haría de esa forma.
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Atracción Prohibida (Domisker)
FanfictionLos dos altos rangos del Cuerpo Nacional de Inteligencia comienzan de la forma incorrecta. ¿Lograrán mantener el prefesionalismo?