12.

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Dominique se removió un poco en su cama sintiéndose presionada levemente contra algo, más bien por algo, o ambas.

Abrió los ojos levemente observando una figura pegada a ella, situación que la hizo exaltarse un poco.

La habitación estaba completamente a oscuras ya que las cortinas estaban cerradas, por lo que no le reconoció hasta que intentó apartarse con cuidado y las manos de quien la sujetaba no se lo permitieron.

- Buenos días. - habló el moreno.

Dominique se relajó al reconocer la voz de Paul, poco a poco las memorias de la noche anterior fueron llenando un espacio con muchas lagunas en su cabeza.

—💭—

Luego de haberse cambiado, Dominique recogió un par de botellas de Whisky de un minibar que tenía en la cocina y las llevó hasta la sala, sentándose en el sofá mientras apoyaba dos vasos junto a las botellas.

Paul la siguió con la mirada y se sentó junto a ella.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó observando como llenaba ambos vasos.

Ella lo miró de reojo y bebió todo el contenido de su vaso de un sorbo. - Prefiero no hablar. - volvió a llenarlo.

Tras media hora la morena ya había bebido una botella entera ella sola, intentó continuar pero Paul no se lo permitió.

- Sabes, creo que - hipó - me estoy enamorando de ti. - arrastró sus palabras la morena.

El rostro de Wesker se puso rojo rápidamente, sabía que no estaba en sí y que podría arrepentirse de lo que diría.

- Vamos, será mejor que te recuestes. - se levantó para dirigirse hacia ella, ayudándola a ponerse de pie.

- No lo creo - alzó su dedo. - estoy segura. Pero es complicado, hay demasiadas cosas detrás, no quiero que te veas involucrado. Da igual, de cualquier forma, me gustas. - continuó ignorándolo mientras él intentaba llevarla a su cama.

- Hablaremos mañana, estás ebria. - intentó no indagar, ya se sentía mal por estar escuchándola en ese estado, sentía que estaba violando su privacidad.

- Está bien. - se levantó rápidamente, quedando a escasos centímetros de él, quien aguardaba parado frente a ella mientras intentaba convencerla de ir a dormir.

Sus miradas se conectaron por un segundo, pero el alcohol en el sistema de la pelinegra interrumpió el momento.

Un mareo la desestabilizó levemente y Wesker la sostuvo con cuidado de no hacerle daño.

- Ven. - habló sujetándola de la cintura mientras se dirigía a la habitación.

Una vez allí dejó un hueco entre las sábanas y la acomodó luego de quitarle el calzado. Se inclinó levemente sobre ella para apagar la lámpara de noche y se estaba volviendo a poner de pie cuando ella lo tomó del brazo para frenarlo.

- Quédate. - susurró suplicante la morena.

Paul dudó por un segundo, hasta que oyó un "por favor". Asintió y se recostó a su lado mientras la sentía aferrándose a su torso.

Atracción Prohibida (Domisker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora