INEVITABLE ATRACCIÓN | JEON JUNGKOOK +21

Capítulo 9.

Jungkook

La cara de impresión con la que me mira hace que camine sin quitarle los ojos de encima a lo que tengo en las manos.

—¿Pero que...? —se acerca a mí quitándome rápidamente el peluche— ¿Que mierda haces aquí? ¿Como entraste?

—¿Por qué tienes un arma? —le pregunto tomando asiento en su cama— ¿Jared lo sabe?

—¡Que te importa! —recoge la caja de terciopelo llevándosela al pecho al igual que la carta. Me mira mal y mete todo de nuevo en el peluche— ¿Sabes que puedo denunciarte por invasión a la privacidad?

Bufo.

—¿Por qué guardas eso ahí? —ladeo la cabeza viendo como acomoda minuciosamente el peluche en la repisa.

—No te incumbe. Vete de mi casa, ¿Que haces aquí?

—Desbloquéame y me voy.

—¡Vete! —se desespera caminando al balcón— mi abuela puede venir en cualquier momento.

—Desbloquéame.

Gruñe entre dientes. Hermosa.

Toma su teléfono del bolsillo, teclea algo y me pega la pantalla al rostro viendo que el número ya está desbloqueado.

—¿Feliz? —gruñe— ahora largo de mi casa y no vuelvas a tocar mis cosas.

—¿Que ocultas?

El rostro se le suaviza y estudio sus expresiones cayendo en cuenta de que Anastasia Walker es un demonio en el cuerpo de un Ángel.

—Son recuerdos de mi madre... —dice en un hilo de voz— por favor no vuelvas a tocarlos.

Asiento mirando el peluche nuevamente.

—Vete por favor.

—¡Ana! —se escucha por el pasillo y espabila los ojos.

—¡Mi abuela! —se exaspera— no te puede ver aquí, escóndete.

—No me voy a esconder.

Anastasia

—Por favor Jungkook —le ruego— le dará un infarto si te ve aquí.

Me mira haciendo una mueca de fastidio.

—Por favor... —le explico— reza todos los días para que tenga un novio y si te ve aquí el infarto será por la sorpresa y...

Caigo en cuenta de lo que le cuento. Lo tomo empujándolo por el pecho y metiéndolo en mi closet.

—¡Ana! —abre la puerta de golpe— ¿Quieres un...? —comienza a olfatear el aire de la habitación— ¿Por qué huele a hombre?

Me tenso sin saber que decirle deseando que Jungkook no abra la puerta del closet o todo se va a ir al carajo.

—Es un perfume nuevo que compré —me aclaro la garganta yendo al tocador y tomando el primero que veo— huele delicioso, ¿Verdad?

Mira el balcón y yo hago lo mismo. Sonríe saludando a la vecina de al frente y abro los ojos corriendo hasta la puerta donde encuentro a la anciana no tan muda que le hace seña con las manos a mi abuela.

—¡Vigtoria! —le grita— tiede u ombe en du gasa 🤏🤏

«Tienes un hombre en tu casa» ¡Joder lo vió!

—¿Que dice? —mi abuela entrecierra los ojos para oír mejor.

—¡Nada! —la anciana sigue haciendo seña y cierro la puerta del balcón.