Capítulo 4 [INEVITABLE DESEO]

248 49 89
                                    


Anastasia

El ramo de calas que adorna la mesa es lo primero que capta mi atención al abrir los ojos. Sasha, con su devoción por la música romántica, me despierta cada mañana con una canción distinta.

—Buenos días —me dice mientras me besa la frente— ¿Cómo te sientes hoy?

Intento mover los labios para responder, pero sigo sin voz. Ella asegura que es normal y que poco a poco recuperaré a la antigua yo. Por ahora, me desplazo por el hospital en una silla de ruedas. Disfruto del amanecer a su lado y en este breve tiempo que llevo despierta, se ha robado por completo mi corazón. Me ofrece un cariño maternal que no sé si alguna vez he tenido, y eso me reconforta de alguna manera.

Nadie ha venido a verme y eso deja en claro que estoy sola en este mundo. Sash evita hablar de ello pero no hace falta preguntar lo evidente. ¿Quién soy? No lo sé. Por más que trato de recordar algo sobre mí, mi mente está en blanco. Solo me queda una última esperanza y esa es "JJ", ¿Quien puede ser? Si la llevaba conmigo es porque tiene algún valor sentimental para mí.

Dejo que Sash me guíe por las hermosas áreas verdes del jardín del hospital. La amabilidad de la gente que encuentro aquí me sorprende, y no puedo evitar preguntarme cómo terminé en un país que claramente no es el mío. ¿Acaso estaba de vacaciones? ¿O vine por trabajo? Son preguntas que divagan por mi mente día y noche.

A pesar del dolor que recorre mi cuerpo, tengo un deseo ferviente de recuperarme lo más pronto posible. Mi cuerpo me lo exige, y también siento una necesidad profunda de descubrir qué es eso que parece faltarme y porque siento esa presión en el pecho que me pone ansiosa a cada momento.

Al finalizar nuestro paseo, es hora de la rutina diaria: fisioterapia para ayudar a que mis músculos se relajen, seguido de unos reconfortantes baños calientes.

—¡Bienvenida! —me saluda Levi, el responsable de mis terapias.

Asiento en señal de saludo, sintiendo un ligero alivio al notar que puedo mover el cuello un poco más. Esa mejoría me llena de emoción, pues pronto podré bañarme sola. El resto de la tarde lo voy dedicando a ejercicios de rehabilitación pasiva y algo de yoga, aunque solo puedo hacer lo que mi cuerpo permite, ya que aún no he recuperado completamente mi movilidad. Pero, como dice Sash, la terapia más importante y a la que me debo aferrar es esa llamada Amor.

Así transcurren dos semanas más, sumidas en la misma rutina diaria. Ya puedo emitir palabras, aunque sean cortas, lo cual representa un gran avance, y ayer logré dar mi primer paso. Este proceso es tedioso porque es como renacer, ya que es necesario enseñarle al cerebro a generar nuevos estímulos, y me emociona saber que estoy progresando.

—Eso es... —me alienta Sasha mientras me sostengo de la baranda— un poquito más...

Avanzo, caigo; vuelvo a avanzar, vuelvo a caer. Río, y lo hago por primera vez desde que desperté, un acto que provoca lágrimas en Sasha.

—Vas muy bien —me dice mientras llena mi rostro de besos— muy pronto podrás...

Se detiene, y un silencio incómodo nos envuelve, pues intuyo lo que está a punto de decir.

—¿Ir...me? —pregunto lentamente.

¿A dónde podría ir si ni siquiera recuerdo mi nombre?

—Mi casa está... —susurra con suavidad— a tu disposición. No tengo una habitación disponible, pero puedo acomodarte en...

La abrazo, pese al dolor en mis articulaciones al extender los brazos, y la acerco a mí, devolviéndole todo el amor y los besos que me ha brindado.

—Gra...cias —digo mientras beso su mejilla— por... por todo.

INEVITABLE ATRACCIÓN | JEON JUNGKOOK +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora