Capítulo 25.

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Anastasia

Siento que estoy en un mal sueño, tiene que serlo porque todo lo que está sucediendo me parece irreal.

Jungkook permanece en silencio mirando por la ventana y saco mi celular con la mano temblorosa. Hay un mensaje en bandeja y me preparo mentalmente antes de abrirlo.

"3 días...

[UBICACIÓN]"

La mente se me bloquea por un instante ignorando la amenaza que me pone a pasar mil litros de saliva por segundo. Me siento en un túnel cargado de dagas que me apuntan advirtiéndome de la catástrofe que se acerca en las próximas horas porque todo esto es obra de él. Son advertencias.

Nos adentramos a la zona montañosa fuera de las vegas y las extremidades comienzan a tensarme cuando veo la infinidad de montañas a mi alrededor. Siguen siendo un trauma pese a que tengo meses sin tener la misma pesadilla que me atormentaba.

Me tranquilizo tomando la mano de Jungkook. No sé a dónde se dirige la camioneta pero se pierde entre pueblitos escondidos dándole paso a lo que parecen ser fincas, algunas se ven abandonadas, otras con exceso de lujo y finalmente nos detenemos en la que me hace bajar la ventanilla.

—Fue un regalo de mi padre, no me apetece estar aquí pero no hay de otra —Jungkook se adelanta a mi pregunta— pasaremos la noche aquí mientras veo cómo diablos salimos del país.

Bajamos, Mike llega con Taehyung quién se apresura a abrir el portón de color blanco en el que la camioneta entra, seguida de cuatro más.

Hombres armados bajan, y sólo sigo al hombre que suspira antes de abrir la puerta que da paso a la enorme sala rústica. Hay cuadros de caballos en la pared, y toda la decoración es a lo campestre sin perder el toque de lujo que siempre ha caracterizado a los Jeon.

Me siento en el sofá llevando las manos a los muslos donde paso una y otra vez las palmas sudadas. El remordimiento de conciencia no me permite mirar a Jungkook a los ojos y sólo dejo que planifique lo que sea que esté haciendo junto a su gente, mientras yo sólo miro el piso evitando un ataque de ansiedad.

Jungkook

Seis horas han pasado, estoy reventando en cólera. Parte de mi gente ha desaparecido dejándome en el limbo. Mi mejor cuartada siempre fue manejar mi mafia desde las sombras, siendo invisible ante los entes policiales porque si algo sabía hacer bien, era despistar y ahora todo está en la mierda.

—Tus cuentas... —Taehyung me llena de más malas noticias— han sido bloqueadas, confiscaron dos de tus edificios y diez de tus autos y... la cuenta sigue.

Siento que tengo una bomba de tiempo entre las manos. Algo feo va a suceder. Siena ha de estar reventándome el antiguo teléfono a llamadas pero ya habrá tiempo de explicar. Lo único que me interesa es mantener a los míos a salvo hasta que descubra quién es el malnacido detrás de todo esto. Dudo de Naoko y lo sigo haciendo de Leah.

Es alguien... cercano. Alguien que me conoce muy bien.

«Tenemos que salir de Las Vegas» es en lo único que pienso. El tiempo pasa volando y la noche llega en medio de preocupaciones y malas noticias.

—La prensa esta alocada y la gente no ha parado de especular cosas —comenta Taehyung sentándose a mi lado— estamos en el ojo de la hoguera, mi madre no ha parado de llamar y no quiero imaginar cómo estará la tuya, Jared...

Anastasia se acerca con dos tazas de café. Sus labios chocan contra los míos y sólo basta de eso para hacerme sentir más tranquilo.

—¿Que han investigado?

INEVITABLE ATRACCIÓN | JEON JUNGKOOK +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora