INEVITABLE ATRACCIÓN | JEON JUNGKOOK +21

Capítulo 11.

Jungkook

Siento la sangre caliente y los nudillos blancos cuando Taehyung sonríe viéndome.

—¿Que haces aquí Taehyung? —repito.

—Que haces tú aquí es la pregunta... —gruñe Anastasia— lárgate que nadie te invitó.

Me acerco a él y ella se interpone haciendo que la mire con rabia.

—¿Están saliendo? —me preparo para la respuesta.

—Sí —contesta ella y él la mira— ¿Algún problema?

—Ana... —Taehyung habla pero ella alza la mano para que se calle.

—¿Desde cuándo?

Da dos pasos a mí.

—¿Te importa acaso? Es mejor que te vayas —se cruza de brazos— tu plástica debe estar preocupada por su amore.

Toma la chaqueta de las manos de Taehyung y le hace seña con la cabeza para que se vaya.

—¿Follaron? —la agarro por el brazo pegándola a mí y el portero de su edificio nos mira de reojo.

—Que comes que adivinas —se ríe— y déjame decirte que...

La agarro por la nuca con la respiración agitada.

—Mientes... —pego mi frente a la suya— dime que no te lo tiraste Anastasia.

—¿Que pasa guapo? ¿Te duele?

—¿Desde cuando salen? —la suelto tratando de controlar lo que me enerva por dentro— ¿Te gusta?

—¿Como follamos? Sí.

—Basta —la acerco a mí inhalando en su cuello buscando indicios de él.

—Tranquilo que los besos me los da en otro lado.

Me alejo hiperventilando.

—Jodida niña —la cargo a las malas llevándola a mi auto. Se deja alzar sin arremeter contra mí, y la subo de golpe rodeando el auto.

—¿Me vas a secuestrar? —se ríe cuando subo.

—Sí.

Se pone seria.

Arranco el auto maldiciendo en todos los idiomas a Taehyung. Aparco bajo mi penthouse y ordeno a mis hombres que suban por mis cosas mientras rodeo el auto yendo por lo que necesito.

—¡Oye! —le da golpes al vidrio— ¿Que vas a hacer?

Saco la mordaza junto a la cuerda. Palidece cuando abro la puerta y la tomo por el brazo colocándola de espaldas al capó.

—Oye...

—Quieta... —le pego la pelvis a las nalgas y tomo sus manos amarrándolas.

—¿Que demonios estás haciendo Jungkook? —pregunta jadeante.

—La misma pregunta me hago.

Arpía.

—Súbanla al helicóptero —ordeno y me mira.

—¿Qué?

Asiento abordando el auto mientras mis hombres se la llevan. Patalea, brinca e intenta golpearlos. Mike baja con mis cosas y arranco hasta la pista donde ella espera de pie en la entrada.

—¡Eres un animal! —me grita— ¡Te odio!

—No creo —le guiño el ojo.

La suben y yo imito la acción sentándome frente a ella.