INEVITABLE ATRACCIÓN | JEON JUNGKOOK +21

Capítulo 17.

Green Resort.

1 semana después.

Jungkook

Bajo de la camioneta cuando Mike me abre la puerta. Siena, Jared, Taehyung y su acompañante, bajan de los demás autos.

Siena quiso hacer este viaje improvisado para celebrar "La vida" y aunque detesto estar rodeado de gente no podía negarme a su petición. Nunca puedo, no si viene de ella.

Green Resort es uno de los complejos turísticos más visitados fuera de las vegas, estamos en temporada de turistas por lo que la cantidad de gente que permanece dentro me causa jaqueca inmediata.

—Usaremos una cabaña todos —Jared como siempre encargándose de todo— descansen y bajen en media hora para el almuerzo. Hay una habitación para cada uno.

Todos se dispersan entrando.

—Me encanta este lugar —Leah me besa— ¿Como te sientes?

Ansioso, desesperado y deseoso de ver a cierto espécimen de cabello castaño.

—Bien.

Me toca el collarín.

—Que lastima que tienes eso —hace un puchero— quería hacer cositas.

—Sí, que lastima.

Taehyung me mira como si quisiera decirme algo y tomo camino a la cabaña. Es de dos pisos, todo huele a madera y está ambientado con cuadros rústicos y antiguos.

Me recuesto en la poltrona, el dolor en la columna sigue presente y tomo el teléfono entrando a su perfil de Instagram desde mi cuenta falsa, viendo que subió una historia hace quince minutos. Es un boomerang de dos jugos, «¿Por qué hay dos jugos?»

Me molesto bloqueando el teléfono mientras me armo una película en la cabeza. Seguramente el otro jugo es de Dana porque es con ella con quién va a venir.

—¿Nos duchamos? —Leah se me mete en la entrepierna— puedo moverme yo para evitar que hagas esfuerzo, ¿Sí?

—No seas indecente —le digo— ve y báñate tú.

Me mira riéndose.

—¿"Indecente"? —hace un puchero tomándome de las mejillas— ¿Que le hicieron a mi novio?

—Se considerada —me excuso— estoy convaleciente.

—Bueno pero hay maneras de satisfacernos... —pasea la mano por mis muslos— tengo muchas ganas, anda ¿Sí?

—Que no se puede —le quito la mano— no seas intensa.

—Bueno... —se levanta— siento que ya no te provoco, ¿Sabes? Has cambiado mucho.

—¿No te ibas a bañar?

Se va molesta y me valen sus rabietas.

Me levanto asomándome en la ventana buscando indicios de la mujer que quiero ver pero no hay rastros de ella.

—Te amo —Siena me planta un beso en la espalda— ¿Te gusta la cabaña? Se que te gustan las antigüedades y pensé en ti cuando la alquilé.

Le beso la frente asintiendo.

Se va a la cocina a sacar la despensa.

—¿Anastasia viene? —saco lo que tengo atorado desde que llegué.

—Sí —se le forma una sonrisa— por favor sin discusiones, háblense bonito.

La última discusión viene a mi mente recordándome cómo la cagué. Probablemente me odia más de lo que ya me odiaba.