Ya era hora de irse a casa, el albino estaba guardando sus libros mientras algunos de los alumnos se dirigían a los clubes y otros directamente a casa. Luego de su extraña "indirecta", el príncipe y él no habían ni cruzado mirada, la tensión era muy alta y no podían nisiquiera verse de lo incómodo y de la vergüenza que tenían.
-Hiroshy.-Violet jugaba con su cabello mientras balanceaba sus piernas, estaba sentada sobre el escritorio del ojidorado.-¿Iras al club de gimnasia?.
-hmm...
Es cierto, no lo había pensado bien. Hacía ya unos meses que no se ponía en práctica sobre la gimnasia, y en síntesis había olvidado su existencia.
-Tal vez eche un vistazo.-Dijo guardando su libro de Inglés.
-Puedo acompañarte, o alguien más puede hacerlo.-Miró de reojo al príncipe.
-Violet, tenemos que ir al club nosotros.-Le recordó mientras tomaba yogurt de su vasito.
Se hizo un silencio corto, simbolizando la posible derrota de la príncesa.
-Podemos ir con él, de todas formas el gimnasio de esgrima está frente al de gimnasia.
Violet se paró y tomó su maletín, mientras miraba a Hiroshy pararse también.
Israel suspiró y caminó hacia la puerta, mientras una ojiblanca muy animada lo seguía junto con Hiroshy. Hacía frío afuera, como de costumbre, solo que esta vez la abrumadora baja temperatura lograba pulir las estrellas del cielo.
Hiroshy las observó hasta que llegaron las escaleras, donde las ventanas desaparecían un poco. Al salir, tuvo que reacomodarse la bufanda por el frío. Violet también se quejó por el frío mientras temblaba.
-¿Por qué Lions es tan frío..?-Frotó sus brazos con sus manos.
-Por qué es el punto más frío del universo. Y aquí hace más frío que en el Universo 5.-Contestó a la queja tortuosa.
El rubio caminaba como si nada, solo tenía una mano metida en el bosillo de su abrigo. El joven lo observó detenidamente mientras caminaban, bajo la luz lunar aún era un hombre más bello, y la pose que adoptaba para caminar lo hacía lucir autoritario y muy apuesto, digno de un príncipe. El largo abrigo que lo protegía sobre el uniforme escolar del frío, lo hacía ver elegante y sobretodo, la forma en la que tenía amarrado el cabello...
"Es como se lo até yo el otro día..." Se ruborizó un poco, pero luego sacudió la cabeza.
Tal vez le era más cómodo así, o le ajustaba mejor el cabello. O al revés, pero no podría tener un significado.
Llegaron al predio, donde habían varias instalaciones. Violet señaló el edificio de la izquierda.
-Ese es el gimnasio de gimnasia.-Sonrío, mientras lo incitaba a entrar.
-Es muy... grande.-Miró sorprendido.
-Lo sé.-Israel se acomodó en su lugar.-Vámonos, Violet.
Se dió media vuelta y entró al gimnasio de enfrente. La pelivioleta le dió ánimos y siguió los mismos pasos que su amigo. El albino tomó aire y abrió un poco la puerta, observó que había alumnos ejercitando, pero no encontró a la joven profesora.
-¿Hum? ¿Hiroshy?.-La peliazul se le acercó, obligándolo a darse la vuelta.
-Profesora Kim.-Habló con un tono penoso.
-¿Por qué no entras?.-Sonrió amigablemente.-Vamos, pasa.
Tomó a Hiroshy del brazo y ambos entraron en el gimnasio. El piso de vinílico de un color grisáceo, las marcas de vaselina en las varas y la pista de trapecio tan reluciente, el olor le vino a la mente su viejo gimnasio de su escuela.
"Espera, ¿pista de... trapecio?." Se quedó perplejo.
-Vengan todos.-Llamó Yeo-jun.-Les quiero presentar a alguien, será su compañero desde ahora.
Miró a Hiroshy incitando a que hable, este miró al resto de jóvenes que lo rodeaban, ansiosos por sus palabras.
-Hola, mi nombre es Hiroshy Akeeshi...-Hizo una pequeña pausa sin saber que más decir.-Soy de Cuarto año Elytte y es un placer ser de su equipo, espero que no nos llevemos mal.
Habló simple y cortante, como si de un noble se tratara.
Mientras tanto, en otra parte muy lejana al centro de Lions, en NeithCrith, una muchacha rubia y de lindos ojos gríses caminaba por la acera. No había nadie al rededor, solo la joven que escuchaba música.
Se acomodó su corto cabello mientras tarareaba la canción que producía melodía en sus audífonos. Siguió caminando mientras los pasos de sus zapatos con plataforma retumbaban contra la acera gricásea y rocosa, iluminada por una luz tenue de color amarillo de vez en cuando. La luz hacía un zumbido similar al de una abeja, como las abejas reinas.
La noche tan hermosa y la luna tan inalcanzable, hacían lucir a la señorita. Hasta que derrepente, sintió algo frío en el pecho, bajó la cabeza y lo vió: un pedazo de metal largo que atravesaba su pecho, dejando su camisa húmeda y sucia. El dolor la hizo gritar hasta que posiblemente se haya cortado las cuerdas vocales, el metal de aquella arma se fue hacia atrás lentamente, para hacerle sentir más dolor.
La joven señorita quedó desplomada en el suelo, desangrandose, mientras pedía con sus últimos alientos auxilio.
Al cabo de unos 20 minutos comenzó a nevar y aquel acontecimiento predijo la presencia del emperador Di lessi. Sus ojos azules se encontraron con el cadáver sin vida de la joven, los miembros de Los Rojidorados (1) que acompañaban al albino observaron con él, hasta que una voz grave se acercó a ellos.
-¿Qué es esta vez?.
La voz malhumorada hizo presencia con un hombre adulto de tez pálida y hermosos ojos azul, como el océano, y un hermoso cabello negro trenzado. La mirada seria e irritada se postró en la joven, mientras el resto de Rojidorados saludaban con un saludo militar típico su presencia.
-Aday...-Saludó cortés el más joven.-Puede adivinar a su placer.
Ambos contemplaron la imágen de la joven asesinada, el pelinegro chasqueó los dientes, mientras su ropa se ajustaba a la posición de los brazos cruzados, producto de su musculatura.
-Rubia y de ojos grices o verde claro, ¿verdad?.-Miró al joven Emperador, el cuál asintió.-Lo sabía.
-No creo que haya que decirle...-Acomodó sus guantes, mientras el viento hacía sonar el pequeño cazcabel de su Kanzashi de cristal azul.-La última vez lucía muy asustada.
-Ah, hablas de Tory.-Se agachó para examinar el cuerpo de la joven.-Eso lo veré yo, si pregunta dile que hable conmigo.
Leonard soltó una risita.
-Aday, los dos sabemos que, su esposa es imposible de declinar.
El ojiazul suspiró.
-Detesto tener que darte la razón, Leonard.
Viva estoy. ;p
Los Rojidorados: Son una élite imperial-real, los cuales los civíles no saben mucho sobre ellos, trabajan devotamente en el imperio, y en su mayoría son familias que han recibido los dones de algún o algunos dioses, y por ende se enlistan como soldados para servir en cualquier circunstancia al Imperio o Reino.
Su nombre proviene de "Roji" por ser comandados por la General Damisha, alias Signo Leo o Leo; al tener el cabello literalmente de lava, fucionó el rojo con el dorado. "Dorado" proviene del color de la Diosa de la Vida, que alguna vez gobernó el Multiverso 8.
Ciao ciao!
ESTÁS LEYENDO
Just Us
Fanfiction¿Que tan mal puede salir una relación entre un príncipe traumatizado-suicida y un becario distante y ansioso? El libro entero está dedicado a Avril.