XXIV

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Hiroshy estaba de cabeza, literalmente. Tenía las manos apoyadas en el suelo, sosteniendo todo su peso, miraba concentrado las maderas del gimnasio que conformaban el suelo, estirando cada vez más sus piernas lo más que podía. Pero mentalmente si estaba de cabeza, ¿cómo se atrevía a hacer eso el príncipe? Aprisionarlo contra él, besarlo con tanta rudeza...

Y romper su preciada botella.

Supuso que ya no debería darle besos de despedida, aunque tampoco sabía a ciencia cierta por qué lo besó para despedirse o por qué le devolvió el beso con tanta rudeza. Suspiró y volvió a contar donde se había quedado, tratando de no pensar en el beso.

Ese beso tan apasionado, ahora se aseguraba de que los labios del príncipe si sabían a vainilla y chocolate, o tal vez sabían así porque había comido algo con esos dos gustos. Sobre todo, la forma en la que casi lo hace faltar a su clase de gimnasia fue tremenda.

Cerró los ojos un momento, volvió a sentir el calor en su rostro y pudo jurar que volvió a sentir la mano del rubio en su espalda, bajando lentamente, atrayéndolo más a él mientras se abría paso en su boca.

Soltó un suspiro, el cual lo sintió caliente al dejarlo ir.

-¡Akeeshi!.

El grito de su compañero lo sacó de sus pensamientos, cuando abrió los ojos lo vio preocupado.

-¿Por qué gritas? Casi me haces caer.

-B-Bueno... Akeeshi-senpai no respondía.-Dijo preocupado.-L-Lo siento.

El albino suspiró y llevó una de sus piernas hacia atrás y luego hacia abajo, casi al mismo tiempo hizo lo mismo con la otra pierna, mostrando elegancia al volver a pararse. Miró con una expresión seria al chico que tenía frente suyo.

-No me llames así, eres mayor que yo, Jin.

-P-Pero, yo voy al tercer año y...

-¿Y? Tienes diecisiete.-Se cruzó de brazos.-Yo quince.

El chico de cabello castaño suspiró con un leve rubor en las mejillas, desde que Hiroshy llegó al gimnasio y demostró su profesionalidad en la gimnasia se quedó atónito. Aunque no sabía exactamente que le atraía en específico del joven becario, si su flexibilidad, su facilidad en entender las cosas, experiencia o sus bellos ojos dorados.

-Lo siento...

-No es nada.-Suspiró.-No te preocupes... Solo no me acostumbro.

La risa del mayor resonó en los oídos de Hiroshy, haciéndolo reír también, solo que más leve. Lo ayudó a pararse y caminaron juntos hablando de cosas triviales, camino a tomar un poco de agua.

-¿Tienes planes para mañana?.-Dijo un poco animado.-Uh... ¿Dónde está tu botella?.

A Hiroshy se le subieron los colores a la cara muy rápido, volvió a sentir caliente las manos y las mejillas, recordando el beso rudo que recibió.

-Se rompió.-Pasó sus manos detrás de la espalda, entrelazándolas.

-¿Se rompió...? ¿Cómo?.

Hiroshy aclaró la garganta, un poco disgustado, quería desviar el tema.

-Cayó al piso.

-¿Se te cayó?.

No lo recordaba a ciencia cierta, el arrebato fue rápido.

-Am... Sí.

-¿Y esa respuesta?

Hiroshy frunció el ceño.

-¿Y por qué las preguntas?.

El chico frente a sí sonrió y luego rió.

-Bueno, solo quería conversar de algo...-Le ofreció la botella de agua que tenía en la mano.-Akeeshi-senpai se ve muy adorable.

El albino se ruborizó más, y le quitó la botella en un manotazo, mientras desviaba la mirada. El castaño se lo quedó mirando confundido.

-¿Pasó algo?.

-No, cállate.-Bebió agua de la botella y se la devolvió.

-¡Junior, Hiroshy!.-La profesora Kim Yeo-Jun los llamó.

La clase ya estaba terminando y ahora estaban elongando, el albino se abrió de piernas y llevó su peso hacia el centro, sintiendo como gran parte de su torso tocaba el suelo frío. Soltó un suspiro y luego de contar hasta veinte se enderezó lentamente.

Cuando terminó tomó su pierna derecha y la pasó sobre la otra, la atrajo lo más que pudo a su pecho mientras perfilaba su tronco. Comenzó a contar lentamente mientras cerraba sus ojos...

"1... 2... 3... 4... ¿Me habrá esperado...?"

Abrió los ojos decepcionado de si mismo, mientras los colores se le subían a la cara.

-Muy bien eso es todo por hoy.-La ojiesmeralda se levantó del suelo.-Pueden irse.

Hiroshy se incorporó y se sacudió la ropa, se acercó a una banca cercana para tomar su abrigo que había dejado allí anteriormente. Se lo puso y caminó hacia afuera, pero Jin lo siguió mientras hablaba.

-Senpai no me respondió si tenía planes.-Dijo sonriendo.

-Bueno de hecho... Son las nueve de la noche.

La expresión de Hiroshy se tornó sarcástica y fulminante. El joven castaño de ojos pantanosos soltó una pequeña risita mientras se rascaba el cabello, un tanto nervioso.

-Pero podría acompañarte hasta la estación de tren.

La sugerencia llegó a los oídos del joven príncipe, que esperaba paciente con su celular en mano. La voz lejana del joven se escuchaba lejana, pero aun así llamó la atención del rubio, que rápidamente levantó la mirada.

La puerta del gimnasio se abrió y observó la silueta del albino. Este venía conversando con un compañero de su club, pero se lo veía muy contento hablando con él y sobre todo muy cercano a él.

Sintió un gusto amargo en la boca y su mirada calma se cambió por una llena de molestia, su bella mirada aguamarina se rebajó, sus cejas se fruncieron levemente en una expresión de disgusto y sus labios optaron una forma negativa.

Escuchó la risa del menor y eso lo hizo molestar más, aquellos ojos de un bello color dorado que brillaban cuando Hiroshy se ponía feliz le hizo sentir mal, por qué no estaba feliz con él, si no con otra persona.

Suspiró y aclaró la garganta, haciendo notar su presencia. Tomó a Hiroshy de la cintura y lo atrajo a él, le dedicó una pequeña mirada al joven castaño de ojos verde oscuro y luego habló:

-Me parece que Hiroshy tiene planes muy importantes conmigo.

La tensión creció entre ellos y el albino sonrió, muy nervioso.

-O-Oh... Lo siento, en ese caso-Israel ni siquiera lo dejó terminar de hablar.

-Vámonos.-Tomó al albino de la mano y salieron hacia la entrada de la academia.

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