¿Hablar?" Repitió en su mente.
-Claro, ¿de qué quieres...?-Aclaró su garganta.-¿De qué quieres hablar?.
El albino pasó sus manos por detrás de su espalda, un poco nervioso y desvió la mirada al suelo del gimnasio donde se encontraban sin dejar de mirar, como si fuera la cosa más interesante del mundo.
Ese gesto le pareció al joven príncipe un poco adorable, así que sonrió como consecuencia inconscientemente.
-Bueno...-Murmuró-Yo...
Hizo una pausa, no sabía como empezar a contarle.
-¿Tú...?-Insistió mientras tomaba asiento en una banca cercana a ellos.
-¿C-Cómo te sientes...?.
-¿Cómo me siento? Bueno... Cansado, creo.
Su tono era muy dudoso, pero aún así respondió con la mayor naturalidad posible. Hiroshy parecía temeroso de hablar y no quería preocuparlo, pero francamente aún no sabía por que había tomado ese tono.
Se suponía que ambos habían empezado a llevar bien su relación, hasta eran más cercanos y él solía hablar con Hiroshy hasta altas horas de la noche. Mejor dicho, solía obligar a Hiroshy a hablar con él a altas horas de la noche, ya que lo sacaba de su momento de estudio y tareas, a parte de su poca hora de sueño.
-No... No me refiero a eso.-Lo miró obviando.-Me refiero a...
Descendió leve y lentamente su mirada una vez más hacia el suelo, mientras suspiraba.
-¿Violet?.
Se hizo un silencio largo e incómodo, lo suficientemente largo para que Israel se diera cuenta de que había acertado a la deducción que dio, o mejor dicho la deducción que hizo. Y lo suficientemente incómodo para que Hiroshy pudiera dar su respuesta ante la adivinanza que le dio al rubio.
-Sí.-Respondió casi en un susurro, sintiendo el peso de la situación en sus palabras.
Israel suspiró y desvió la mirada, luego miró al albino y le sonrió tiernamente, buscó sus manos, las abrió como una invitación a que Hiroshy para que las tomara. El menor al ver el gesto dejó con cuidado sus manos sobre las manos cubiertas por la seda.
Ese toque les dio una sensación de tranquilidad, sacándoles una pequeña sonrisa a ambos. La mirada aguamarina de Israel se posó en el rostro del albino, buscando la mirada dorada, admirando su rostro blanquecino cubierto por un rubor rojizo en diferentes tonos que se notaba cada vez más.
-Hiroshy...-Lo llamó en un tono juguetón.-Mirame.
Levantó un poco su cabeza para mirar al hombre que tenía frente a sí, tenía vergüenza de verlo por alguna extraña razón, pero no podía negar aquella belleza que tenía enfrente. Sentía que mientras más lo mirara, más facciones de hermosura encontraba en él.
-Estoy bien, Hiroshy.-Su tono era tranquilizante, era armonioso y le transmitía paz al albino.
Pero esa paz duró poco rato, pues notó la mirada de Israel cansada y con poco brillo (aunque francamente nunca había visto que tuviera brillo), además de sentir las manos que sostenían con delicadeza y cariño las suyas un poco temblorosas.
-Tengo una idea.-Miró hacia otro lado, buscando testigos en el gimnasio.
-¿Qué vas a hacer?.-Miró en las mismas direcciones en las que miraba Hiroshy.
-Sabes, cuando me siento mal suelo comer algo rico para levantarme un poco el ánimo.-Le sonrió.
-¿Y qué sueles comer?.-Meditó.-¿Pan con una botella de salsa picante?.
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Just Us
Fanfiction¿Que tan mal puede salir una relación entre un príncipe traumatizado-suicida y un becario distante y ansioso? El libro entero está dedicado a Avril.