Just Us

V

Dedicado a Avril.

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Luego de las clases, llegó el receso. Hiroshy aprovechó para ir a la biblioteca, necesitaba estudiar de manera obligatoria Física.

Solo habían tocado temas de física alrededor de dos veces en su último año escolar, no entendía nada de ella y si quería tener un buen promedio debería rendirse y ponerse a estudiar para la ocasión.

Mientras guardaba sus libros dejó salir un suspiro de cansancio, ya se podía imaginar la escena de él leyendo sobre física y no entender nada.

Su suspiro llamó la atención del Príncipe, este lo miró, extrañado. Abrió la boca para hablar, esperando que las palabras salieran, pero no tenía nada que decir. Francamente nunca supo como iniciar una conversación con otras personas.

Nisiquiera sabía como tenía amigos, que el iniciará una conversación era demasiado pedir. No era alguien de interés y tenia el justo de personas que quería a su alrededor.

Pero ese no era el problema.

El problema era que no podía hablar directamente con él albino sin ayuda de alguna otra persona. No sabia de que hablar y algo simplemente le impedía hablarle, aunque francamente no sabía que era.

Para que se lo imaginen, durante el tiempo que el profesor de Matemáticas se ausentó, Violet estuvo hablando de manera entrometidamente asfixiante con Hiroshy, preguntándole cosas aburridas y absurdas. Israel solo participaba si Violet o William le preguntaban algo, aunque no sabia como reaccionar ante las preguntas del albino.

Su dulce voz lo hipnotiza, de manera extraña, hace que no se concentre en lo que dice, si no en lo que ven sus ojos.

Sus labios con un tono leve de rosa, eran finos y muy adorables, su piel blancuza, sus ojos brillaban cual oro y su cabello caía elegante sobre él; el uniforme le quedaba un poco grande y lo hacía lucir muy abrazable.

–¿Pasa algo?–Hiroshy lo miró, dándose cuenta de que lo llevaba viendo desde hace rato.

Israel se dió cuenta de que lo estaba mirando de más, y un leve sonrojó apareció en sus mejillas, producto de su vergüenza. Desvió la mirada y negó levemente.

–¿Esta bien..?–Dijo Hiroshy no muy convencido y se levantó de su silla, restandole importancia.

Bajó por los escalones y salió del salón de clases y caminó en silencio hacia la biblioteca. Al llegar se dió cuenta de que era más espaciosa y grande de lo que pensaba.

Se sorprendió por la gran variedad de libros, hasta necesitaban indicaciones para poder guiarse de lo grande que era. Muy elegante y exagerado.

Había mucha gente, todos estaban hablando en silencio y algunos estaba haciendo tareas o leyendo. Se acercó a la bibliotecaria y preguntó por los libros de física.

–Sube las escaleras y ve a la izquierda, entra en la primera puerta que veas.–Dijo la amable anciana.

Hiroshy asintió y se fue hacia arriba.

Era muy lindo todo, había libros que no podría conseguir ni en un millón de años. Eso le fascinaba, no podría ver la hora en que los tuviera en sus manos para leerlo.

"No, no. Ahora debes estudiar física." Pensó, autoregañandose.

Llegó a la puerta que tenía sobre el umbral "Física y Química". Entró y comenzó a buscar con la mirada, encontró rápido los libros que necesitaba, se llevó los que más completos estaban y cuando iba a salir lo detuvo un rostro familiar.