XXII

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-Oiga, Emperador, eso es daño a la propiedad cultural de Misury.-Una brisa helada inundó la habitación mientras hablaba.

Seguido de eso una ráfaga de hielo que recorrió el cuerpo del emperador, inmovilizándolo. Avanzó hasta él pisoteando la puerta, a medida que se adentraba al aula de clases, en la habitación comenzaba a bajar de manera exagerada la temperatura. Israel se apartó y apartó a Hiroshy de su camino, resguardándolo a su lado.

"Que frío..." pensó el albino, sintiéndose débil.

-Oiga, está un poco grandecito como para causar estragos en las escuelas.

De un movimiento rápido logró bajar al rubio de su agarre, dejándolo descansar en el suelo con cuidado o de lo contrario Violet lo mataría. Hiroshy, aún en un estado de shock, pudo ir a socorrer al joven que quedó en el suelo. Se recostó en el pecho de William y agudizó sus sentidos para poder oir.

"Aún respira." Dijo aliviado.

-Tory se va a enfadar cuando se entere de esto.-Leo sonrió burlón mientras lo veía con las manos entrelazadas por sus dedos detrás de su espalda.

Giró para ver al albino más joven socorrer al novio de su amiga, pero veía como temblaba y las ojeras que se le hacían. Lo miró con aires de superioridad y soltó una leve risita, que inundó la sala vacía con escarcha.

"Es de una raza baja, pero soporta muy bien la potencia elemental".

Israel se acercó a Hiroshy con cautela, apoyando sus manos cubiertas por la cálida seda fina de sus guantes en sus hombros, tratando de transmitirle calor. Miró hacia arriba viendo la mirada flameante en ira del Emperador de Edelí, preguntándose lo que pasó.

-Oye, cabellos lindos.-La voz de Leo lo sacó de su pensamientos.-Llévalo hacia afuera, pidieron una ambulancia para William.

No se había dado cuenta del estado de Hiroshy, lo ayudó a levantarse y salieron del aula. Lo sacó hasta los balcones rodeados de plantas y bellas flores, donde el aire era un poco más cálido. Se sentaron en una banca cerca de los cerezo de abajo, donde dejó a Hiroshy descansar.

-¿Te sientes mejor?.

-Sí... Bueno, nunca había sentido un frío tan abrasador, pero creo que no era para tanto.

Miró hacia los cerezos del jardín que dividía las instalaciones de la escuela y los edificios del internado, donde había maquinaria reconstruyendo el lugar (según el director, remodelando). Hiroshy dejo caer su mano, tocando levemente la del rubio.

Dirigió la mirada a su mano, se ruborizó un poco.

"Los guantes de Nick lucen muy caros..." Pensó.

El príncipe en cambio, sacó la mano, como si se hubiese quemado, para desviar la mirada. Suspiró sintiendo como si el dióxido de carbono que exhaló era muy caliente.

Una pequeña risita se le escapó a Hiroshy, que volvió a mirar los cerezos, mientras una suave brisa le acariciaba el cabello. Israel se volteó levemente a mirarlo, su cabello blanco se mezclaba con sus mechones frontales, tenía un par de los rosados pétalos en su cabeza y su rubor hacía adorable su sonrisa.

Y sus ojos, Ah...

Nunca los había visto así, sentía que se le iba el aliento. Ese dorado digno del oro más fino y caro que tenía por color de ojos, era tan hermoso a la luz del sol... Sentía que podían brillar más que las luces de la magnate Lions. Su rubor rojizo se intensificó mientras lo observaba.

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