XIII

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El día estaba siendo tranquilo para los jóvenes, William finalmente hizo aparición en el salón de clases, logrando que Violet no se le despegara. Y hablando de Violet, ella tuvo cierto episodio ansioso.

-Por favor.-Lloriqueó.

-No.-El tono del príncipe era firme, mientras hacía su tarea de Inglés.

-¡Vamos Israel te lo ruego!.-Se desplomó sobre el escritorio.

Con un poco de molestia Hiroshy miró a William, indicándole que por favor calmara a su novia, a lo cual negó levemente la cabeza, huyendo.

-¿Me recuerdas por qué gritas?.-Habló un poco malhumorado.

-Es que, es que.-Violet se volvió hacia atrás tímida mientras chocaba sus dedos entre sí.-H-Han estado ocurriendo asesinatos en las ciudades más importantes, y no creo estar a salvo.

-¿En serio?.-Frunció el seño.-Violet, sabes los cargos que hay por matar a princesas, ¿verdad?.

-Explicate bien Violet.-El rubió subrayó dos palabras con su lapicera.-Los asesinatos curiosamente son de personas físicamente parecidas a princesas y príncipes o de familias como de William.

-¡Exacto!.-La ojiblanca lo señaló.-Hay muchas mujeres idénticas a mí... ¿Y si creen que no soy la princesa y me asesinan?.

-Sigo sin entender que tiene que ver Nick en esto.

-¡No me deja quedarme en el palacio con él!.-Volvió a lloriquear.

El albino suspiró.

-¿Y por qué no te quedas con William?.

-La finca de William queda lejos.-Volvió a quedarse tímida.-¡El palacio queda más cerca!.

-Una vez más Vay, no.-Israel levantó la mirada para pronunciar con mucha satisfacción el "no".

-Solo esta noche...-Puso su mejor cara de cachorrito.

-Solo quieres venir por que Leo esta ahí ¿verdad?.-Acomodó sus libros.

-¿Qué?.-La cara de la princesa adoptó una mueca de confusión.-¿Leo está en Lions? ¡Hablé con él ayer y me contó sobre..!-Frunció el seño, su cabello comenzó a electrificarse por su enojo.

-Vay, estás positiva.-William se protegió con una hoja.

-Sabes, mejor quédate hoy, quiero ver el espectáculo.

William e Israel rieron mientras Hiroshy se quedaba pensando quien era ese tal Leo.

Al mismo tiempo, en el Gran Palacio de Xeodhora se encontraba el tan mencionado albino de ojos azules, sintiendo leves temblores y el sabor a metal en la boca.

"Violet está hablando sobre mí..." Estornudó mientras caminaba, llamando la atención de su acompañante.

-¿Te sientes bien Leo?.-La dulce voz lo trajo al mundo.

La mirada Aguamarina de la Emperatriz se posicionó en él, su cabello dorado ondulandose en las puntas, sus dos mechones negros frontales cayendo sobre su pronunciado pecho, su aureola oscura rodeando parte de su cabeza, aprisionando sus dos pequeños cuernos tan oscuros como su aureola y su arpón con forma de estrella rodeando sus piernas, camuflándose en el tono oscuro de su vestido negro con retoques dorados.

-Sí, no te preocupes, tal vez pasé mucho tiempo afuera por la noche.

Volvieron a caminar hasta llegar a la sala de reuniones donde el resto de Imperiales los esperaban.

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