La caminata era silenciosa, solo se escuchaba el croar de los sappeling (1). Ninguno quería mirarse ni hablarse, Hiroshy solo repasaba la lista de ingredientes en su cabeza sin atreverse a mirar a Israel.
"¿Cómo puede hacer eso?".
Se escuchó el celular del príncipe sonar una y otra vez, hasta que finalmente lo sacó de su bolsillo y lo puso en silencio. Tomó la mano de Hiroshy para acelerar el paso, pero ese toque minúsculo hizo sentir mil y un cosas en la cabeza del albino, creando en si un torbellino de emociones.
-¿Te molesta si caminamos más rápido?.
Era una pregunta simple y sarcástica, pero el ojidorado no lo veía así. Sus mejillas se volvieron rojas antes de negar con la cabeza y agachar la mirada, acelerando el paso.
Al llegar al supermercado, todo era muy variado e inmenso, francamente Hiroshy no sabía por donde empezar. Aunque, para la mala suerte todo estaba innecesaria y jodidamente caro. El menor quiso dar la vuelta al darse cuenta de eso.
-Será mejor irse...-Observó al príncipe.-Aquí es todo muy... Caro.
-¿No tienes dinero?.
El albino negó casi melancólico.
-Bueno, y si tuvieras dinero... ¿Qué comprarías?.
Hiroshy lo observó por unos momentos, inexpresivo, pero cuando captó la indirecta del rubio sus ojos dorados lagrimearon un poco de la emoción. Ante la reacción Israel solo rió suavemente y se adentró en el supermercado.
Primero fueron a la sección de carnes, allí compraron el primer corte sin hueso de vaca que Hiroshy vio, luego compraron pan, compraron seis huevos junto tomates cherri. Tomó unas hojas de lechuga cortadas que estaban en bandejas y las dejó en el el carrito, el príncipe lo seguía como un niño pequeño por detrás, deleitándose con la mirada juzgante del menor al ver los precios.
Hiroshy dobló por el pasillo en el sector de condimentos, se acercó al lado izquierdo de los estantes y buscó con la mirada la salsa picante. Al encontrarla extendió la mano para tomarla, pero al mismo tiempo vio una mano arrugada tomarla también. Dirigió la mirada en dirección a la mano y vio a la mujer anciana mirarlo, frunció el ceño y entrecerró los ojos. Hiroshy la imitó y apretó el recipiente.
"Es mío"
-Suéltalo, niño.
-Suéltelo usted, yo lo toqué primero.
Ambos se dedicaron varias miradas, Israel al observar la situación soltó una risa encantadora. Ese acto le llamó la atención a la mujer de avanzada edad, ese acto fue luz verde para el albino que jaló la botella con más fuerza, zafándola del agarre de la anciana.
Acto seguido, se fueron del lugar.
Ya en la caja, el príncipe imperial estaba buscando la aplicación de pago en su celular, hasta que se puso a pensar; claramente él y Hiroshy habían venido hasta el supermercado a comprar para cocinar el platillo misterioso del albino (que él sugirió) y que lo prepararían en la casa del ojidorado cuando claramente su madre le dijo que fuera a casa directamente.
"Comprar..." Repitió en su mente observando al albino jugar con las ruedas del carrito de compras, moviéndolas con su pie.
Hiroshy se porta muy bien con él, lo escucha y lo ayuda de vez en cuando (mejor dicho, cuando el príncipe consigue abrirse), a veces lo consiente un poco y se pone cariñoso con él.
"Eso casi nunca pasa." Recapacitó.
Pero ahora iba a cocinarle un plato para que no se sienta mal por la desaparición repentina de su mejor amiga, y eso significaba que omitiría su estudio diario solo por él cuando claramente el menor nunca lo interrumpía por nada del mundo.

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Just Us
Fanfic¿Que tan mal puede salir una relación entre un príncipe traumatizado-suicida y un becario distante y ansioso? El libro entero está dedicado a Avril.