Luisa no quiso ir con nosotros al pueblo, haciéndose a una gran cantidad de excusas para no acompañarnos. Es común que complazca a mamá en casi todo, en esta ocasión fue diferente. Ella no creía buena idea ir a servicio dominical con los Mallory cuando no era parte de la familia.
—Tendrás que cambiar eso —aconseja mamá que va el asiento de atrás —Tendrás que hacerla Mallory y rápido. —el consejo se convierte en orden, logrando una risa fuerte en papá e incomodidad en mí.
—No me digas que no te gusta, muchacho —se mofa mi padre —te hemos visto espiarla cuando crees que nadie te ve.
—Eso me convierte en mirón, no en enamorado —me defiendo. —Luisa es hermosa, no voy a negarlo.
—Escupe ese, pero, Patrick—bufa mamá.
—No lo hay, es miedo. —replica papá —no puedes encerrarte en la soledad, solo porque te parezca cómoda.
Luisa es capaz de hacer reír a cualquiera, no voy a negar que me atrae más de lo común. Su ausencia se siente, su presencia aún más, sus bromas, locuras y su sonrisa, hacen de cualquier día de mierda, llevadero.
Lo que vivo con ella, es diferente a todas las demás relaciones. Sería la mujer perfecta si no sintiera que ocultara algo. Incluso, mi madre se ha dado cuenta de ello. Sus misteriosas llamadas y como se aleja al recibirlas. Las carcajadas que se escuchan, lo feliz que se muestra al colgar.
—Hay otro hombre en la vida de ella —respondo luego de pensarlo un poco y ganándome el silencio dentro del auto —es algo que no pueden negar.
—Ese alguien es cobarde, por no la protege de su padre —razona mi madre y papá me observa sin decir nada —pueden darle la pelea, no le eres indiferente.
—Tengo suficiente humillación con ese viaje a París —les confieso —si es para mí, llegará, no planeo forzar las cosas ni rogar.
Incluso si no existe alguien, no es un buen momento para comprometerme. Hasta tanto no aclare un par de cosas turbias que he vivido, no podría pensar en formar una relación. Una relación me distraería, descuidaría a mis padres y los pondría en riesgo.
Observo el sobre gris entregado por Travis y suspiro. Los siguientes minutos los ocupo en llegar a casa y poder darles una hojeada. Por mi cabeza han pasado un centenar de personas que quieran hacerme daño a mí o los míos.
Siendo los Taylor y Alfred Vass quienes encabecen la lista, pero ¿Por qué? Los Taylor por dañarles el negocio con Magdalena y Alfred ¿Es suficiente motivo quitarle el rancho a su hija? Lo dudo. Luisa le entregó un documento en donde cedía los derechos del rancho, aquello era suficiente para que no la volviera a buscar.
Además, el primer ataque sucedió mucho antes de la segunda llegada de Luisa. No puede ser por la primera, yo no me encontraba en el rancho cuando eso sucedió. Sin mencionar que ella solo arribó al rancho por lo de la comida de agradecimiento y la revisión a la yegua.
—Es posible que sea lo que dice, amigos —habla mi padre malinterpretando mi silencio y afirmo —de ser así, tienes el camino libre y no lo sabrás, hasta que no le preguntes.
No le respondo, estoy concentrado en pasar la curva y en vigilar el terreno. Cambio a segunda cuando llego a la pendiente que me llegara directo a casa, pero sigo sin relajarme.
—Me agrada vivir en la ignorancia. —respondo una vez llego a la cima y tras liberar el aire.
Un acto que no pasa desapercibido en mamá, ya que enarca una ceja y mira a los alrededores. He realizado este camino miles de veces, me conozco palmo a palmo cada rincón. Muchos de los árboles han crecido ante mis ojos, pero jamás he conservado tanto miedo como el de estos días.
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Indomable
RomancePatrick se ha resguardado en la tranquilidad que su soltería y el rancho Mallory le brindan; jamás imaginó que ayudar a una mujer y su caballo tirarían a tierra esos deseos. Luisa es una mujer hermosa, envuelta en una nube de misterio y mucha rebel...