Narrador
El pequeño Enzo se ha quedado dormido en los hombros de su abuela. El escándalo del jardín no fue impedimento para su siesta de las diez. Fue registrado con el nombre Enzo Mallory Odam, según sus padres, una manera de perpetuar el apellido Mallory.
Su cuerpo regordete, con mejillas rosas y una capa de cabello castaño cubriendo su cabeza reposa en mitad de la cama. Su orgullosa abuela ubica barricadas mientras se deleita con su imagen dormida. Largas pestañas cubren sus hermosos ojos color miel y en sus labios se esposa una sonrisa obligando a Alice a sonreír.
—¿Cuántas veces voy a rodar este arco? —se queja Travis.
—Me desesperas, no me dejas pensar —replica Magdalena. —estoy buscando el mejor lugar.
Se asoma por la ventana guiada por las risas de Magdalena y Luisa. Varias mesas a medio terminar, arreglos de florales, lámparas, colgantes, guirnaldas y demás adornos dispersados por todos lados.
Madalena, Travis, Jake, los novios y todo el personal del rancho decidieron que ellos mismos adornarían el sitio en que se celebraría la boda. ¿El resultado? El retumbar de las risas exorcizando los malos días vividos.
—El sacerdote estará aquí —Magdalena se detiene en un sitio y apunta al frente —Tus esperas a Luisa en este lugar.
—Ok. —señala Patrick.
—¿Dónde quieres ese camino de flores? —pregunta su esposo.
—Por la derecha —su dedo apunta el camino mientras sonríe —quiero una alfombra de muchas flores.
—Sus deseos son órdenes —dice Travis tomando un ramo y viendo a los dos hombres que esperan junto a él —a la cuenta de tres... uno.
—Tres —le interrumpe Jake retirando de sus manos el ramo y lanzándolo a los pies de Patrick.
Los dos avanzan por el sendero destrozando rosas y margaritas, logrando en segundos y en medio de risas la tan deseada alfombra de rosas de Magdalena. Su hija exorciza sus demonios al elaborar esta boda, una forma de destruir lo vivido hace años por parte de Augusto Taylor.
Sonríe a la imagen de sus tres pequeños reír y golpearse con flores, con un Malcolm como espectador silencioso. Sin que lo desee, su mente viaja a esa poca y se instala allí. Los recuerdos tienen el poder de hacerle sollozar, fue tanta la presión y el acoso que temió perdería a su hijo una vez más.
El hallazgo de tres heridos y una víctima mortal hizo que el rancho se llenase de policías, peritos y cuerpo criminal. Los periodistas queriendo cubrir la noticia o colándose en sus terrenos en búsqueda de alguna pista que los oficiales no hubieran encontrado.
En una completa locura se convirtió para los ocupantes del Mallory, lo vivido. Con Landon y Senna en estado crítico y Percy Simons fallecido. Luisa se convirtió en la única persona que podía narrar lo sucedido.
Su recuperación se veía interrumpida constantemente con la llegada de oficiales que requerían su declaración. Alice no llegó a contarlas, pero fueron muchas las veces que su pequeña tuvo que revivir ese día infernal.
Aún hoy, Alice recuerda el último de esas entrevistas y como se quebró en los brazos de Patrick.
Narró como fue interceptada por Simons, perdió el conocimiento y despertó en una cabaña atada a una silla. No estaba sola, Percy Simons estaba en la misma habitación, con un arma en una mano y el móvil en la otra.
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Indomable
RomancePatrick se ha resguardado en la tranquilidad que su soltería y el rancho Mallory le brindan; jamás imaginó que ayudar a una mujer y su caballo tirarían a tierra esos deseos. Luisa es una mujer hermosa, envuelta en una nube de misterio y mucha rebel...