Semanas después...
Mi paso por la habitación de Los Mallory, me deja verlos preparándose para salir. La premura por salir de casa se trunca ante la imagen enternecedora de la pareja, arreglándose mutuamente.
Alice acomoda el cuello de la camisa de su esposo y este hace lo propio con su peinado. La ternura que capto en esa imagen me saca una sonrisa, los Mallory desbordan amor por todos lados. Magdalena y Patrick tuvieron la dicha de crecer en un hogar hermoso.
—Buenos días, cariño —sacudo la cabeza al escuchar el saludo de Alice.
—Buenos días —respondo ocultando la vergüenza de haber sido pillada, espiándolos.
—Visitaremos a Magdalena, de regreso pasaremos al hospital —describe y afirmo ——hoy le quitan el respirador a Jake.
—Patrick, me lo dijo ayer.
—Las siguientes horas son importantes para su salud y traslado. —sigue diciendo el señor Mallory —se lo llevarán en cuanto tengan el aval médico.
—Queremos despedirnos de él —continúa Alice —¿Vienes con nosotros?
—¿Puedo? —pregunto dando un paso al frente.
—¡Por supuesto! —mencionan al tiempo con una sonrisa en los labios.
—Tienes tiempo a desayunar, existen un par de cosas que debemos hacer antes de partir.
No espero a que lo digan dos veces, giro sobre mis talones y cruzo el largo pasillo en tiempo récord. El descenso por las escaleras es en las mismas condiciones, llamando la atención del personal de servicio, que, entre sorprendido y divertido, presencian mi correría por la casa.
—El Joven ha preguntado por usted —comenta Martha, una de las chicas de servicio.
—Después lo busco... —respondo a pocos pasos de la cocina.
—Ha llegado dos veces a preguntar si ha despertado...
Cinco metros son los que me separan cuando la voz de la chica me detiene. Bajo los hombros y derrotado giro hacia ella que se encuentra en los límites entre el salón principal y el de visitas. Retuerce las manos en su delantal y sonríe tímida.
—Por favor, no esperé a que venga una tercera —ruega.
¿Qué sucedería si lo hace? Me pregunto, mientras observo su comportamiento temeroso. No es un hombre violento, aunque sí exigente, tampoco he visto el primer signo de maltrato o comportamiento injusto ¿A qué le teme?
—¿Le tienes miedo a Patrick? —no puedo evitar preguntar y la sonrisa tímida, pasa a una nerviosa.
—Cuando tiene que ver con usted —comenta en tono bajo, tanto que me cuesta escucharle —no suele ser sensato.
—Entiendo —resoplo y miro sobre mis hombros hacia las escaleras —iré al pueblo con la señora Alice y el señor Malcolm, me esperarán mientras desayuno.
No cuento con el tiempo para jugar a las escondidas con Patrick. Es lo que significa buscarlo en estos momentos, su obsesión por el trabajo lo ubican en cualquier punto del rancho, cercano o lejos. Sin mencionar la presencia de su sombra, Amaia. Una mujer a la que detesto cada día más.
—Deseo ver a Jake, —le confieso lanzando un suspiro —podría ser la última vez en meses en que lo vea —me veo declarando con ella viéndome en silencio. —¿Sabes para qué me necesita? —niega.
—Insistió en que fuera con él en cuanto despertará —mira por encima de mis hombros, se abstrae unos segundos y al regresar la atención a mí, está sonriendo —tendrá que esperar mientras le preparan el desayuno.
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Indomable
RomancePatrick se ha resguardado en la tranquilidad que su soltería y el rancho Mallory le brindan; jamás imaginó que ayudar a una mujer y su caballo tirarían a tierra esos deseos. Luisa es una mujer hermosa, envuelta en una nube de misterio y mucha rebel...