Capítulo 98-La Llegada del Faraón

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"Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: ¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!". Ozymandias. Poema de Percy Bysshe Shelley.

Cryokinesis: Orationes Animae Hibernicae (Oraciones del Alma Invernal)

Salomón le lanzó a Quin Shi Huang una ventisca de viento congelante mediante un simple soplido, incluso con las altas temperaturas de Israel, todo se congelaba a su paso. El Primer Emperador de China se protegió con su técnica especial, Qūchú Yīqiè Xié'è de Wéifēng (Una Brisa que Aleja Todos los Males), con la cual giraba sobre su propio eje para recubrirse por completo de una barrera de Maná que desviaba toda Taumaturgia que fuera hacia él.

¡Zhàn Kǎi. Nǔ móshì: Sǐwáng yín yǔ! (Armadura de Combate. Modo de Ballesta: Lluvia de Muerte Plateada) —exclamó Quin Shi Huang, transformando su armadura creada mediante alquimia en una ballesta con un barril repleto de cientos de flechas, disparándolas cual metralleta.

Fumuskinesis: Ephemeral Discessus (Desaparición de lo Efímero).

El cuerpo de Salomón se deshizo por completo en humo, apareciendo detrás de Quin Shi Huang, activando la Sefirot Geburáh (Heroísmo) para así potenciar sus habilidades físicas, pero Quin Shi Huang reaccionó a tiempo, convirtiendo en menos de un segundo la ballesta otra vez en su armadura, iniciando un combate cuerpo a cuerpo en el cual a pesar del aumento del Rey Salomón, el Primer Emperador de China era capaz de reaccionar y desviar sus ataques debido a tener una mayor experiencia en las artes marciales.

—Te falta precisión y elegancia, las artes marciales israelitas parecen un chiste cuando tú las usas —dijo Quin Shi Huang con tono burlón.

—En eso te doy la razón —replicó Salomón con serenidad—, pero nunca debes subestimar a un Mago. 

Salomón realizó una finta en uno de sus golpes, logrando atrapar con su fuerte agarre la mano derecha de Quin Shi Huang.

Fotokinesis: Priamus Stellae David (Resplandor de la Estrella de David) —conjuró con una sonrisa maliciosa.

Debido a su agarre y la poca distancia entre ambos, al Primer Emperador de China únicamente le dio tiempo a cubrirse por completo con su armadura. El conjuro explotó entre ambos, Salomón salió menos herido al venir de su propio Maná, mientras que Quin Shi Huang salió volando varios metros con partes de su armadura dañadas, dejando las quemaduras que le provocó el conjuró de Salomón.

—Maldito... eso me lo vas a pagar —musitó el Emperador, levantándose con algo de dificultad del suelo y materializando un bloque de oro con símbolos alquímicos e inscripciones en chino—. Zāihuò de Shí Rén Shòu (Bestia Come Hombres de la Calamidad).

El bloque cayó al suelo, transformándose en un antiguo autómata chino con la forma de un toro de cinco metros de alto, con ojos rojos y cuernos afilados como lanzas. La enorme bestia expulsó vapor ardiente por los orificios nasales y se lanzó en embestida hacia Salomón.

Psammokinesis: Antiquae Sandae Deorum (Antiguas Arenas de los Dioses)

Salomón conjuró un muro de arena pare detener el ataque de la bestia, pero para su sorpresa la bestia destruyó su defensa al instante y por poco lo atropella de no haber convertido su cuerpo en humo.

Parece que aquel monstruo tiene una Cadena de Mando que únicamente le permite atacar en línea recta a cambio de una potencia enorme de ataque —pensó Salomón, analizando a la invocación del Emperador con la Sefirot Biná (Entendimiento)—. Bastante interesante.

LA MÁS GRANDE EPOPEYA: El Retorno de las Leyendas. VOL 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora