"Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti". Friedrich Nietzsche.
Guarida de Oda Nobunaga...
Kira estaba boquiabierta a lo que veía, lo cual es decir mucho, considerando que Kira era una agente de un servicio de inteligencia y como tal, había visto de todo en todos sus años de servicio. Incluso cuando llegó La Más Grande Epopeya, ella mantuvo su actitud estoica, pero nunca imaginó que uno de los miembros de su equipo era capaz de hacer tal cosa.
Hayakawa Ryoma obtuvo una musculatura más marcada, escamas azules y negras por todo el cuerpo, cuernos, garras, alas y una cola. Su mirada se había vuelto mucho más salvaje y gruñía como un depredador.
—¡Ryoma, ¿qué está pasando?! —exclamó Kira, poniéndose en guardia y preparándose para lo peor.
El chico dirigió su mirada hacia Haru y sin que la kunoichi pudiera reaccinar, le arrancó la cabeza con sus propias manos, desatando un chorro de sangre masivo.
—¡¿Qué carajo eres?! —exclamó Aki, presa del pánico—. ¡Ninjutsu: Senkō! (Destello)
Aki quería decapitarlo lo más rápido posible, pero lo único que consiguió fue que las garras de Ryoma atravesaran su pecho por completo.
Acto seguido, Ryoma fue tras Fuyu, a quien le desgarró el cuello con sus colmillos para luego partirla a la mitad.
Kira Pavlichenko estaba impactada, se dió cuenta que no era el Ryoma que había conocido, sino algo mucho más salvaje y brutal. Tras masacrar a los tres miembros restantes de Las Cuatro Estaciones como si nada, aquella bestia sacada de una novela de fantasía soltó un rugido tan fuerte que la mujer rusa tuvo que cubrirse los oídos mientras la tierra temblaba debajo de él.
Aquel ser no se detuvo, sino que posó su mirada hacia Kira y sin previo aviso la atacó con sus garras. Kira se defendía bloqueando y desviando sus ataques con su Penckat Silat, pero no pudo evitar sudar frío al notar que ahora Ryoma había ganado una fuerza incluso mayor a la suya.
Kira evitó un zarpazo de milagro, retrocediendo, únicamente su camisa salió dañada.
—Carajo, esto no es nada bueno —murmuró Kira, frunciendo el ceño—. No me queda más opción que dejarlo inconsciente.
"Ryoma" tomó una gran bocanada de aire para luego lanzar una poderosa llamarada de fuego, casi tan fuerte como la que usaba Jacques de Molay en París. Kira la evitó moviéndose a gran velocidad, acortando distancias con el chico y lanzándole un codazo en la barbilla.
El chico cayó al suelo de rodillas, trató de ponerse de pie inmediatamente, pero desde su perspectiva el mundo parecía estar al revés y cayó de boca una vez más. En su mente nublada por la bestialidad y la violencia no entendía lo que aquella mujer había hecho, para el chico dragón, Kira ahora mismo era como una bruja con trucos aterradores.
—Será mejor que te quedes en el suelo, no quiero lastimarte más de la cuenta, Ryoma, ¿me entiendes? —declaró Kira, tratando de razonar con él—. Sé que estás ahí, niño, reacciona en este instante soldado.
La bestia únicamente le gruñó de regreso, levantándose con algo de dificultad del suelo y yendo a atacar de forma salvaje a Kira.
—Bueno, no me dejas otra opción, espero que puedas perdornarme por esto, solo te pido que no mueras —dijo Kira, preparándose para recibir al chico dragón.
Kira manipuló su propió cuerpo, contrayendo todos los músculos y tendones de su brazo como si fueran un resorte, cuando Ryoma se acercó lo suficiente a su rango, liberó toda la fuerza acumulada en un solo golpe.
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LA MÁS GRANDE EPOPEYA: El Retorno de las Leyendas. VOL 1.
FantasyEn el año 2050, un evento extraordinario ocurrió por todo el mundo. Todos los televisores, teléfonos, radios y computadoras del mundo transmitieron un mismo mensaje. Un hombre que se hacía llamar "Hístor, el Dios de las Historias", anunció que dentr...