Capítulo 87-El Hijo del Dios del Trueno VS El Séptimo Avatar de Visnú

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"Llena de tormentos está la vida humana, y no hay descanso en nuestras penalidades; y si tan dulce es vivir, a lo mejor nos envuelven las tinieblas de la muerte". Eurípides.

Hace miles de años en el Panteón Griego...

En las antiguas tierras de Grecia, había una mujer llamada Alcmena, esposa de Anfitrión, descendiente directa del héroe Perseo. Un día, el Dios del Trueno, Zeus, adoptó la apariencia de su marido y se acostó con ella, tras encapricharse por su belleza. Meses más tarde, Alcmena dio a luz a hermanos mellizos, a quienes llamó Ificles y Alcides; Anfitrión sospechaba que Alcides en realidad no era su hijo, sino el hijo de algún Dios, debido a que había nacido con el cabello celeste y ojos dorados, por lo que puso dos serpientes en su cuna para probar su teoría, incluso siendo un recién nacido, el pequeño Alcides las estranguló con sus propias manos pensando que le habían dado un juguete.

Sabiendo que Alcides era un Semi-Dios, Anfitrión decidió no matarlo por temor a enfadar a los Dioses del Olimpo, pero aún así nunca lo trató con cariño, solamente con indiferencia. Los únicos que lo amaron durante su infancia, fueron su madre Alcmena y su hermano Ificles. 

Con el pasar del tiempo, Alcides se fue haciendo cada vez más fuerte, desarrollando un amor inquebrantable por el combate, destacándose en el Pancracio, así como también en el combate con armas, siendo sus armas favoritas el arco y el garrote. Fue esa gran pasión por el combate y por las aventuras, lo que lo llevaría abandonar su hogar en su adolescencia, queriendo viajar por las tierras de Grecia en busca de desafíos para volverse más fuerte.

A sus dieciocho años, llegó a las tierras de Beocia, donde había un temible león monstruoso que muchos milenios después sería conocido como el León de Citerón. El animal salvaje había aniquilado a cientos de ganados y asesinado a todos los cazadores que habían intentado ponerle un freno. Alcides se emocionó bastante por aquel desafío que suponía tal monstruo, por lo que decidió aventurarse en esas tierras para poder cazarlo y derrotarlo, consiguiéndolo después de más cincuenta días de búsqueda. Al derrotarlo, Alcides lo desolló y ofreció su carne en sacrificio a los Dioses, tras eso, regresó a la ciudad, mostrando a su gente que ahora vestía la piel del animal como ropa.

Aquella hazaña hizo que su fama llegara a todos los rincones de Grecia, todo el mundo empezó a considerar a Alcides como un legendario héroe a la par de Perseo, pero esos títulos realmente no le interesaban, solo le importaba la emoción y el desafío de cada aventura, por eso, no dudo años después en unirse al grupo de héroes conocido como Los Argonautas, liderados por Jason para buscar el Vellocino de Oro. Sin embargo, tuvo que retirarse antes del viaje debido a la misteriosa desaparición de uno de sus amigos, años después se arrepentiría de no haber indagado más ello, debido a una tragedia que ocurriría.

A sus veintidós años, se casó con Mégara, tras haber derrotado al cruel Rey Orcómeno, enemigo del Rey de Tebas y este le dio la mano de su hija en matrimonio. En un principio Alcides se negó, no queriendo que ninguna mujer se viera obligada a estar con él, pero Mégara le aseguró estar enamorada de él después de todas las cosas que había hecho por Tebas, por lo que los dos se terminaron casando, teniendo varios hijos, Terímaco, Creontíades y Deicoonte.

Lamentablemente, la vida de Alcides cambiaría por completo por culpa de una persona: Hera, Diosa Griega del Matrimonio, la Feminidad, el Cielo y las Estrellas, la esposa de Zeus.

Lamentablemente, la vida de Alcides cambiaría por completo por culpa de una persona: Hera, Diosa Griega del Matrimonio, la Feminidad, el Cielo y las Estrellas, la esposa de Zeus

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