Capítulo 72-El Choque de los Poderosos

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"Una gema no puede ser pulida sin fricción, ni un hombre perfeccionado sin pruebas". Séneca.

Cerro de San Cristóbal...

La facción de Fahrenheit 451 inició su salvaje y fuerte contraataque contra los monstruos y los asesinos de Atila el Grande, para así salvar a Perú y al resto de Sudamérica de sus garras. Desde su guarida en el Cerro San Cristóbal, Tupac Amaru observaba todo con una sonrisa siniestra, pero una presencia le hace darse la vuelta ya que era similar a la parca.

—Ahora yo seré tu oponente, Túpac Amaru II —declaró Kira Pavlichenko, con las manos en la cintura mientras sonreía con ferocidad.

—Ahora yo seré tu oponente, Túpac Amaru II —declaró Kira Pavlichenko, con las manos en la cintura mientras sonreía con ferocidad

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—Admiro bastante vuestra determinación, Srta. Pavlichenko, su reputación le precede —dijo Tupac Amaru, cruzado de brazos, sonriente al igual que Kira—. Sin embargo, ¿está consciente del desafío que tiene por delante? Fui de los primeros en hacer temblar a la monarquía española, El Hombre Inquebrantable, El Más Fuerte de Perú.

 Sin embargo, ¿está consciente del desafío que tiene por delante? Fui de los primeros en hacer temblar a la monarquía española, El Hombre Inquebrantable, El Más Fuerte de Perú

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—Y yo soy la Mujer Más Fuerte de la Sociedad Humana Moderna —respondió alzándose de hombros—. Cualquier muro que tenga por delante solo tengo que derribarlo y seguir avanzando, por eso sigo en constante evolución.

—Hohoho... muy bien, entonces que dé inicio nuestra gloriosa batalla por el destino de Sudamérica y por la reclamación de nuestros títulos —proclamó Túpac Amaru.

Las auras de ambos hicieron que el ambiente se sintiera pesado y asfixiante. Kira miraba a túpac Amaru como una gigantesca ave rapaz, mientras que el legendario líder militar miraba a la mujer rusa como si fuera la mismísima muerte. Este no solo era un combate por el destino del país y el continente, sino también una batalla por su reclamación del título del más fuerte.

Tras veinte segundos de iniciado el combate, ambos avanzaron lentamente hacia el otro, pasando a trotar y luego a correr lo más rápido que podían, culminando con un choque de sus puños que desató un boom sónico.

—¡Mírate, lo aguantaste! —exclamaron los dos al unísono con euforia.

Kira no lo iba a negar, quería disfrutar este combate. Anoche cuando estaban en el hotel, Antonio José de Sucre les contó que Túpac Amaru posiblemente sea la Leyenda más poderosa del siglo XVIII y que ni siquiera él podría derrotarlo si llegara a usar toda su fuerza, esto emocionó a Kira como nunca antes le había sucedido. Debido a los traumas que obtuvo por su traición y tortura en Rusia, había perdido la antigua pasión que tenía por el combate, después de eso solo luchaba para matar, sobrevivir y salvar al mundo, pero ahora se sentía mucho más libre de aquellas cadenas que otros le pusieron, quería volver a superar sus límites enfrentándose a una Leyenda, no usaría el Astra Modelo Tres del Dr. Von Stromheim a menos que sea estrictamente necesario por ese motivo y también, porque podía sentir como Atila el Grande los estaba observando y necesitaba mantener su as en secreto por los momentos, del resto, pelearía de la mejor que forma que ella sabe.

LA MÁS GRANDE EPOPEYA: El Retorno de las Leyendas. VOL 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora