Capítulo 54-Marioneta Asesina

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"Uno de los arrepentimientos más grandes de la vida es convertirte en lo que otros quieren que te conviertas, en vez de ser tú mismo". Shannon L. Adler.

Sótano del crucero lanzamisiles...

El feroz tiroteo entre Dwayne Milestone y Francis Drake llegó a su más alto clímax, todo se decidiría quién de los dos es la pistola más rápida del mundo. Ambos estaban inmóviles en sus lugares, a una distancia de dos metros del otro, la tensión era palpable en el aire, Francis Drake se jugaba el todo por el todo en aquel momento, su orgullo como un inglés, su leyenda como uno de los más grandes corsarios y su propio ego, no dejaría que aquella persona, similar a las que solía vender por grandes cantidades de dinero, no, para Francis Drake, él era superior a los de su raza. Por su parte, Dwayne decidió dejarse llevarse por la situación, al ser gran fan de las películas western, no quería perder la oportunidad de poder recrear una escena sacada de ese tipo de filmes. A diferencia del corsario, Dwayne estaba completamente tranquilo, su mente estaba más allá, visualizando la victoria, dejando atras cosas como el orgullo y el ego, para él eran vanalidades, él no se había convertido en el Hombre Más Fuerte de América dejándose llevar por el ego.

Ambos tenían sus manos a la altura de las caderas, Dwayne tenía sus dos revólvers Deadeye en sus fundas. Francias Drake sudaba como cerdo en matadero, sabía que cualquier paso en falso podría resultar en su muerte.

—¿Estás listo, Draque? A mi señal, desenfundamos —decretó Dwayne, con una mirada que ardía en una determinación dorada.

—Adelante, solo da la señal para que pueda llenarte de plomo y pólvora —replicó con una sonrisa maquiavélica.

—Uno... dos... tres... ¡desenfunda!

¡Crown Chains. Slavery! (Cadenas de la Corona. Esclavitud)

Francis Drake trató de atrapar a Dwayne entre sus fantasmagóricas cadenas, pero gracias a su elevada Pre-Iniciativa, El Pacifista esquivó su ataque a traición, moviéndose a gran velocidad por todo el sótano del crucero lanzamisiles. Tomando impulso con sus dos piernas contra una de las paredes del lugar, se impulsó para matar de una vez por todas al corsario inglés, pero el Draque lo recibió con su poderosa llamarada de fuego que cargó al máximo, comenzando un incendio que llenó de humo todo el lugar. El Draque empezó a reír pensando que había ganado finalmente, pero a sus espaldas, entre el humo y las llamas, Dwayne Milestone le apuntó directo en la nuca.

—Una cosa que aprendí en el FBI tras matar a múltiples cerdos corruptos es... no celebres hasta que confirmes al cien por ciento que tu objetivo está muerto —dijo Dwayne, con una sonrisa feroz.

El gatillo fue jalado y antes de que Francis Drake pudiera gritar el mayor insulto de su vida hacia Dwayne, obtuvo un agujero en toda su cabeza. Su cadáver cayó al suelo y se hizo polvo al instante, pero el incendió siguió propagándose, por lo que Dwayne se apresuró a salir de allí para evitar asfixiarse con el humo.

Cubierta del crucero lanzamisiles...

El duelo entre pirata y Mago se había volteado a favor de Alastor Thorn, al ya haber leído el estilo de su oponente, pudiendo contrarrestar sus golpes con sus técnicas de agarre y lanzamiento.

—Te diré algo, Henry Morgan, comparado con cierto idiota, tus golpes son como los de una almohada —dijo con tono burlón.

—No cantes victoria tan rápido, Alastor Thorn —replicó Henry Morgan, arreglándose la muñeca que el Mago inglés le había dislocado en capítulos anteriores.

Ambos volvieron a sus posturas, Henry Morgan adoptó una más del boxeo tradicional, mientras que Alastor decidió pelear usando su bastón Helios. Ambos acortaron distancias poco a poco, hasta que solo tenía unos cuantos centímetros entre ellos. El primero en atacar fue el pirata de ropas negras, usando un increíble juego de pies considerando el constante balanceo del crucero lanzamisiles, moviéndose entre los laterales y el frente de Alastor, lanzando una serie de Jabs, combinados con patadas a las piernas y golpes de palma con la mano izquierda. El Mago inglés bloqueaba y desviaba cada uno de sus golpes gracias a su bastón, solamente buscaba una pequeña apertura para acabar el combate.

LA MÁS GRANDE EPOPEYA: El Retorno de las Leyendas. VOL 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora