Capítulo 6

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El silencio reinó en la habitación por unos minutos, mismos en los que Freen se permitió admirar la angelical belleza de Rebecca. El silencio fue interrumpido por la voz Rawe de la chica de ojos cafés.

-¿Crees que mamá llegará tarde? -preguntó Rebecca bostezando nuevamente-.

Freen había perdido la cuenta de cuántas veces vio a Rebecca bostezar en los últimos diez minutos.

-Ya debe estar por regresar, ¿por qué no descansas un poco? Has tenido un día agotador y aún te quedan unas horas para que acabe -dijo Freen serenamente-.

-Porque mamá me acuesta y se acuesta conmigo -explicó Rebecca-. Me cuenta historias igual que papá.

-Ella ya debería estar viniendo. -dijo Freen, llevando su mano al cabello de Rebecca y acariciándolo.

-¿Puedes ponerme a dormir como lo hace mamá? -preguntó con voz débil, casi cerrando los ojos de tanto sueño.

-Claro -dijo Freen-. Yo simplemente, bueno, no sé cómo lo hace -Confesó un poco avergonzada.

-Acuéstate aquí conmigo -instruyó Rebecca-. Freen la miró temerosa, pero over sus ojos rojos por el sueño, la hicieron cumplir con su pedido.

Freen subió suavemente a la cama y se acostó junto a Rebecca, observando a la menor moverse y acostarse sobre su pecho.

-Hoy vi a mucha gente, Freen -dijo Rebecca, teniendo ya los ojos cerrados-.

-Por eso estás tan cansado, imagino -Rebecca asintió-.

-¿Puedes contarme una historia? -preguntó suavemente y Freen llevó una mano a su cabello, acariciándolo lentamente y sonrió ante la petición-.

-Había una vez, una hermosa princesa...

Cuando Rawe regresó a la habitación, su sonrisa se abrió de manera tierna, al encontrar a Rebecca durmiendo sobre Freen. Dedujo que Rebecca le había pedido que le contara una historia. ¡Oh, cómo amaba los cuentos!

Lo más hermoso de todo fue que Freen también dormía plácidamente, con un brazo alrededor de la espalda de Rebecca, como protegiéndola de los males del mundo.

La mujer sintió pena por tener que despertar a Freen, dedujo que la pelinegra había dormido poco, única y exclusivamente porque había pasado la noche en el hospital con ella y Rebecca.

-Cariño... -Llamó la mujer, sacudiendo su cuerpo suavemente-. Freen se despertó sobresaltada: los ojos muy abiertos y el corazón acelerado.

-¡Oh! Señora Rawe. Lo siento mucho -Freen se dispuso a decir-. Ella quería que yo...

-Le contaras una historia... -completó Rawe sonriendo-. Lo sé, no te preocupes. Gracias por eso -dijo tranquilizando a Freen-. Sólo te desperté porque supongo que quieres comer algo y necesitas volver a tus prácticas.

Los ojos de Freen se abrieron y miró su reloj de pulsera, desenredándose con cuidado de Rebecca y bajándose de la cama.

-Gracias por despertarme. Realmente necesito irme -dijo Freen bostezando-. Todavía se sentía muy cansada, pero ¿Qué podía hacer?

-Gracias por cuidarla. Odia estar sola.

-Lo supuse -dijo que vio a varias personas hoy, comentó Freen al ver a Rawe asentir-.

-Sí. El psiquiatra, el psicólogo, la prensa, varios médicos diferentes. Por eso pospuse ver al fisioterapeuta, que en este caso eres tú -dijo Rawe con una sonrisa maternal-.

-Me imagino que todos quieren verla.

-A ella no le importaba, pero cuando la prensa le preguntó si se sentía lista para regresara su vida, incluida su vida amorosa, pues se puso a llorar.

-¿Le preguntaron eso? -Freen se sobresaltó-. -¿Cómo se atreven? No saben que ella..

-Oh, cariño, lo saben, pero estas ratas harían cualquier cosa por audiencia. Les prohibí venir aquí después de eso -Freen asintió, ahora más tranquila.

-Salgo en cuatro horas -dijo Freen, un poco avergonzada por lo que se atrevió a decir-. Quiero que hoy vaya a casa, coma bien, se de un baño relajante y descanse. Me quedaré con ella.

-De ninguna manera -dijo Rawe seriamente-. Sé lo cansada que estás, querida.

-Pero al menos pude dormir un poco. Mañana empezamos fisioterapia, necesitará todo nuestro apoyo, si duerme estará al cien por ciento -dijo Freen-.

-Pero tú eres la fisioterapeuta, también necesitarás estar al 100% -replicó Rawe-.

-Y lo estaré. Dormiré mientras ella duerme -explicó Freen-. Y si no estoy al 100%, en cualquier caso, no estaré sola, tendré el apoyo del Sr. Suppapong.

Rawe suspiró y miró a su hija.

-¿Estás segura? -preguntó-. Quiero decir, ya has hecho demasiado por ella y...

-Lo estoy -dijo de antemano al ver a Rawe mirándola-.

-Cualquier cosa, por pequeña que sea, llámame -dijo al ver aparecer una sonrisa en el rostro de Freen.

-Necesitaré su número de teléfono -tres golpes en la puerta, que ya estaba abierta, hicieron que ambas miraran en la dirección del sonido-.

-¿Señora Armstrong? -preguntó la voz de Saint solo por preguntar, después de todo sabía quién era la mujer.

-¿Sí?

-Me gustaría hablarte de la fisioterapia -Rawe frunció el ceño-.

-Señora, sé que usted quiere que sea Freen -comenzó acercándose, hablando como si la pelinegra no estuviera allí-. -Pero conmigo tendremos un progreso más rápido y más eficiente -Rawe asintió y sonrió.

-Ya hablé con Heng y Freen. Ya está todo arreglado.

-¡Oh! Y me alegra mucho saber que entonces ayudarás a Freen -dijo al ver al hombre torcer la boca en señal de desaprobación-.

-Quería decir que sugiero que sea yo el fisioterapeuta principal -dijo secamente, haciendo que Freen suspirara y pusiera sus manos en su abrigo-.

-Bueno, creo que no pago una cantidad astronómica mensual a este hospital para que me sugiera algo, cuando claramente el Director del hospital me confirmó que Freen es perfectamente capaz.

-Y lo es, sin embargo...

-Que sea capaz es suficiente para mí. Gracias -dijo seriamente-. Nos vemos mañana y, como dije, me alegra que estés ahí para ayudar a Freen.

-Señora Rawe, hasta luego -dijo Freen algo avergonzada por Saint al ver a la mujer asentir. Los ojos avellana miraron a Rebecca y sonrió al ver la expresión serena en su rostro. Caminó hacia la castaña y se inclinó, dejándole un beso en la frente, haciendo sonreír a Rawe.

Freen definitivamente cuidaría bien a su hija en las terapias, pero algo dentro de ella decía que ese cuidado iba más allá de la barrera del profesionalismo y eso a Rawe le gustó absolutamente.

En un parpadeo [FreenBecky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora