En un parpadeo [FreenBecky]

Capítulo 20

En ese momento Freen había colocado a Rebecca recostada, con ambas piernas encima de la pelota suiza. Con movimientos circulares, hizo girar las piernas de Rebecca sobre la pelota y le enseñó cómo hacerlo más tarde.

Dime si algo te molesta, ¿vale? -preguntó Freen y Rebecca asintió, fascinada al sentir su cuerpo moverse así-. Fue una broma divertida. Sus ojos alternaban entre sus piernas y Freen, quien tenía una expresión suavizada pero concentrada en su rostro.

Rebecca suspiró, Freen se veía muy hermosa con ese traje blanco que solía usar en el hospital.

Sus ojos no dejaron de notar el tirante negro del traje de baño de Freen, ligeramente expuesto, que le recordaba que pronto entrarían a la piscina.

Freen le sonrió y su mente divagó hacia algo que necesitaba urgentemente compartir con Freen, era algo crucial.

-La maestra me enseñó muchas cosas y hasta me dejó escribir con un bolígrafo. ¿Puedes creerlo? -dijo Rebecca muy emocionada por ese simple hecho, considerando que cuando tenía seis años solo escribía con lápiz-.

-¡Eso es realmente increíble! -dijo Freen riendo, sosteniendo con cuidado un poco por debajo de la rodilla de la niña para seguir rotando su cuerpo-.

-También tuve clase esta mañana. Y esta vez fue con tres personas de la edad de mamá -Freen frunció el ceño y miró a Rawe-.

-Recién están aprendiendo a leer y escribir y pensé que sería genial para ella relacionarse con personas mayores -explicó al ver a Freen asentir-.

-La señora Ruldoff me dijo que viera series para adolescentes -dijo Rebecca sonriendo-.

-Increíble, pero vamos. ¿Crees que puedes hacer esto sola? -preguntó Freen al ver a Rebecca hacer una mueca-.

-¿Ver series? -preguntó confundida al escuchar una dulce risa salir de los labios de Freen-.

-No, Rebecca. Me refería a los movimientos -explicó con una sonrisa-.

-No sé. Si lo estás haciendo tu ya me hace sentir dolor, ¿te imaginas si lo hiciera sola?

-¿Estás con dolor? ¿Por qué no me lo dijiste? -preguntó Freen preocupada-. ¿Dónde te duele?

-Mi vientre -dijo Rebecca, llevando una mano al borde de su camisa y levantándola-. Aquí -colocó su mano sobre su vientre, haciendo que Freen frunciera el ceño-.

-¿Cuándo empezó este dolor? -preguntó Freen-.

-Cuando empezaste a moverme así...

Se quedó quieta por unos segundos, sin decir nada ni siquiera moverse, hasta que sus pestañas comenzaron su famoso espectáculo, tocándose lo más rápido que podían.

-¡Mami! -dijo en voz alta-.

-¿Sí? -preguntó Rawe, sorprendida por el tono desesperado en la voz de su hija-.

-Yo... Yo... Su respiración comenzó a acelerarse y entonces la chica rompió a llorar, haciendo que ambos la miraran preocupados.

-Yo no quería. ¡Lo juro! -dijo todavía llorando-.

¿Que le ocurrió? Estaba bien hasta hace unos segundos, pensó Rawe.

-¿Qué pasó, querida? -preguntó Rawe, agachándose junto a su hija-.

-Rebecca, pase lo que pase, está bien -dijo Freen suavemente, viendo a Rebecca sacudir la cabeza frenéticamente-. ¿Qué paso?

-Yo... -un pequeño sollozo fue ahogado-. Creo que me oriné en la ropa...

Los ojos de Rawe se abrieron ante la declaración y sus ojos automáticamente bajaron al área, pero estaba seca.

-Cariño, no te orinaste. Está seco -informó, viendo a Rebecca sollozar nuevamente y secarse una lágrima antes de levantar la cabeza y verlo por sí misma-.

-Pero lo sentí -afirmó, no convencida por lo que observó-. Sus manos fueron a la cintura de sus pantalones cortos de lycra, subiéndolos junto con sus bragas, solo para que sus ojos se abrieran y comenzaran a llorar compulsivamente.

-Hija, ¿qué...?

-Me voy a morir, mamá -dijo Rebecca, llorando aún más, haciendo un esfuerzo extra para sacar las piernas de la pelota-. ¿Me ayudas? -preguntó sintiendo como la mujer la abrazaba y acercaba su cuerpo a su regazo.

-Creo que tengo una idea de lo que está pasando aquí -dijo Freen un poco consternada-.

-Hay sangre... -dijo Rebecca entre sollozos, haciendo que Rawe entrara en razón-. Una pequeña sonrisa divertida apareció en los labios de Freen antes de levantarse e ir a su bolso.

-Toma -dijo apenas regresó, entregándole a Rawe un tampon-. Está cerca de venirme y por eso estoy en guardia.

-Hija, no te estás muriendo, mi amor -dijo Rawe, pero fue en vano, el llanto continuó.

-Rebecca, les pasa a todas las mujeres cuando crecen -dijo Freen sentándose a su lado y acariciando su espalda-. A mí también me va a pasar en unos días. Es algo que viene todos los meses -explicó al ver a Rebecca girarse hacia ella, centrando toda su atención en sus ojos-.

-¿Todos los meses? -preguntó dejando escapar un sollozo involuntariamente. Sus ojos rojizos hicieron que Freen sintiera la urgencia de calmar a la menor-.

-Sí -dijo Freen, tomando su mano y llevándola a sus labios, depositando un beso en la piel-.

-¿Entonces no voy a morir? -preguntó Rebecca al ver la otra mano de Freen secarle las lágrimas-.

-Todos moriremos algún día, pero no por esto -dijo Freen sonriendo, viendo la mirada asustada de Rebecca convertirse en confusión-.

-¿Y qué hago ahora?

-Le di a tu madre un paquetito y ella te enseñará a usarlo. Hay duchas en el baño de la izquierda.

-¿Pero qué pasa con el dolor? ¿Es normal?

-Se llaman cólicos y algunas de nosotras, lamentablemente, los padecemos -dijo haciendo una mueca-. Ve con tu madre a darte una ducha y ponte la ropa que usarías después de la piscina. Voy a ir a la otra ala del hospital a buscar un medicamento para tu dolor y estarás bien, ¿vale?

-Freen, ¿me frotarás la barriga más tarde? -preguntó con una mueca de dolor y Freen asintió-.

-Lo haré, angelito -dijo rodeando a la niña con sus brazos y ayudando a Rawe a colocarla en la silla-. Nos vemos en unos minutos.

-¿No es lejos? Duele mucho -preguntó sintiendo los suaves labios de Freen tocar la piel de su rostro-.

-Voy tan rápido que ni siquiera te darás cuenta de que fui -dijo sintiendo a Rebecca entrelazar sus dedos por unos segundos-.

-De acuerdo -dijo soltando los dedos de Freen cuando su madre comenzó a alejar la silla de la niña-. ¡Puedo verte, Freen! -gritó desde lejos, haciendo reír graciosamente a Freen antes de correr en busca de la medicina que le prometió a Rebecca-.