Capítulo 44

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-Entonces, Rebecca, ¿Cómo te va? Tuve que tomarme un descanso del trabajo y no supe nada más de tí -dijo la mujer-.

-Estoy muy feliz. Aunque me perdía en tus clases, me prestabas mucha atención, mientras que la señora Wofford parece odiarme -confesó Rebecca, riendo-.

-Debe ser la edad. ¿Quieres tomar algo? ¿Champán? ¿Vino? ¿Cerveza? -preguntó la mujer y Rebecca hizo una mueca-.

-No creo que deba hacerlo -dijo Rebecca-. Quiero decir, ¿tú vas a beber?

-Así es -respondió Heidi-.

-No deberías, dijiste que me ibas a llevar en auto -dijo Rebecca y la chica la miró-.

-Un vaso no hará daño. ¿Nunca has roto las reglas? -preguntó Heidi riendo, pero fue interrumpida por el ruido del celular de Rebecca-.

-Solo un minuto.

-Ah, entonces dime: ¿Qué quieres decir con que estás saliendo con ella? -dijo riendo-. Ese fisioterapeuta no fue muy ético, ¿eh?

-¿Por qué lo dices? -preguntó Rebecca confundida-.

-Porque salir con un paciente no está bien.

-Entonces, menos mal que ya no soy su paciente -dijo Rebecca y la chica asintió-.

-¡Vamos! ¡Tómate una copa de vino conmigo! -insistió Heidi y la boca de Rebecca se torció-.

-Pero sólo uno, ¿vale?

-Está bien -dijo la mujer, entregándole un vaso a Rebecca y tomando uno para ella-. Hace calor aquí, ¿no? -preguntó después de terminar el vaso-.

-Un poco -dijo Rebecca al ver a la mujer quitarse la chaqueta de su cuerpo-.

-Pero luego, me quedé dos días para enseñarle lo que tú aprendiste en media hora -dijo Heidi riendo mientras hablaban y Rebecca sonrió-. Es muy estúpida, a veces no tengo paciencia -Rebecca terminó su sonrisa de inmediato, frunciendo el ceño-.

-Freen dijo que cada uno toma una cantidad de tiempo diferente. No deberías ofenderla así.

-Por supuesto, lo siento -dijo Heidi aclarándose la garganta-. Debe ser el alcohol.

-Creo que preferiré llamar a mi madre para que me recoja. Ya es tu tercera copa -dijo Rebecca, viendo a Heidi llenar otro vaso-.

-Conduzco bien incluso cuando bebo.

-No lo entiendes, ¿verdad? -preguntó Rebecca un poco irritada-. Estuve en coma durante catorce años debido a un accidente automovilístico. ¿De verdad crees que voy a estar tranquila cuando tú estás bebiendo?

-Oye, lo siento -dijo Heidi suspirando y soltando el vaso-. Prometo no beber más.

-¿Pinky promise?

-Bien, sí -dijo Heidi un poco confundida y Rebecca asintió al ver a la otra sentarse-. En fin, ¿viste cómo me miró tu novia? No creo que le agradara mucho. ¿Se enojará si te quedas un poco más? Compré tres libros que te encantarán.

-Freen no se enojará conmigo por esto.

-¿Confía así en ti? La mirada en sus ojos no parecía aprobar que vinieras aquí.

-Es un poco sobreprotectora, pero la entiendo. Ella está trabajando en ese lado.

-¿Estás segura? -preguntó Heidi y Rebecca asintió-. Entonces iré a buscarlos.


Rebecca asintió, sin notar que su teléfono celular mostraba "batería baja".


[...]


-Hola Rawe -dijo Freen con una sonrisa agotada en su rostro-. Sólo vine a saludar a Rebecca porque dije que pasaría, pero estoy demasiado cansada para quedarme.

-Eh, pensé que se quedaba en tu casa -dijo Rawe confundida-. Ella no volvió a casa.

-Se quedó con Heidi, una de sus profesoras -dijo Freen-.

-Oh. Creo que te refieres a la ex profesora, después de todo, ella no ha enseñado a Rebecca desde hace unos meses -Freen asintió, sonriendo débilmente-.

"Un poco de confusión al presentarse, normal." Pensó Freen.

-Pasa, la llamaré -Freen asintió y entró a la casa, sentándose en el sofa mientras Rawe usaba el teléfono-. Me envió directamente al correo de voz.

-Debe estar descargado -dijo Freen-. ¿Es esta Amanda alguien de confianza?

-Es una buena chica con un currículum impecable, pero no conozco su vida personal -dijo Rawe y Freen asintió-.

-Debe haber perdido la noción del tiempo -dijo la pelinegra-. Parecía como si no se hubieran visto en mucho tiempo. ¿Te importa si espero un poco? Ella se enfadaría si no hiciera lo que dije que haría, en este caso: Venir aquí.

-Por supuesto -dijo Rawe sentándose al lado de Freen-. Hablaron durante casi una hora y una sonrisa triste cruzó los labios de Freen al ver que ya había pasado mucho tiempo.

-Volveré otro día, Rebecca debe estar divirtiéndose y me encantaría esperar, pero estoy muy cansada -dijo levantándose-. ¿Necesita algo?

-No te preocupes por mí, querida. Estoy bien -dijo Rawe, sonriendo suavemente-.

-Entonces me iré ahora. Dile que me avise cuando llegue, ¿por favor? Así estoy menos preocupada.

-Le diré -dijo Rawe al ver a Freen inclinarse y darle un beso en la mejilla antes de irse-.

Rawe estaba viendo la televisión cuando vió que un taxi se detenía y la puerta se abría, y luego Rebecca subió.

-¿Dónde has estado, señorita?

-Con Heidi, mamá. Tiene una colección de libros -dijo Rebecca con los ojos brillantes-. Mañana me pidió que fuera allí otra vez.

-Ah... -dijo Rawe-. Freen estuvo aquí -Rebecca cerró los ojos e hizo una mueca-.

-Lo olvidé totalmente -dijo Rebecca-. No vi descargarse mi celular y cuando lo hice ya era de noche.

-Ella me pidió decirte que la llamaras cuando llegaras -Rebecca asintió y corrió hacia las escaleras-. ¡Rebecca! Mantén los ojos abiertos, niña. Puedes ser ingenua a veces, pero vi cómo te miraba Amanda.

-Ella es solo mi amiga, mamá. Lo juro -Rawe sonrió y asintió-.

-Lo sé, mi amor, confío en ti. Sólo digo que tengas cuidado y mantengas los ojos abiertos.

-Sí señora -dijo Rebecca, subiendo las escaleras y llamando a Freen del teléfono fijo-. Dio varios pitidos, Freen probablemente estaba durmiendo o en la ducha y luego Rebecca conectó su teléfono celular y le envió un mensaje a su novia.


Lamento no haber llegado a tiempo. 

Mi celular murió y perdí la noción del tiempo. 

¿Vienes a verme mañana por la mañana? 

Te amo.

En un parpadeo [FreenBecky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora