Capítulo 13

210 45 14
                                    

-¿Listo? -preguntó Rawe al ver a Rebecca asentir con una expresión confusa-.

-Sí, pero... creo que estoy defectuosa -dijo Rebecca mirando su propia intimidad-.

-¿Cómo? -preguntó Rawe-.

-Todavía tengo ganas de orinar -dijo al ver a Rawe arquear una ceja-.

-Entonces, hazlo.

-¡No puedo! -negó Rebecca-.

-¿Pero no querías? -preguntó Rawe y Rebecca asintió-.

-Pero creo que está atascado -dijo resoplando con total frustración-.

-Mi amor, ¿a qué te refieres con atascado? Creo que hablaré con tu doctor -dijo Rawe, considerando posibles contagios-.

-Creo que Freen puede ayudarme -dijo Rebecca al ver a su madre confundida aún más-.

-¿Y cómo puede ayudarte?

-Su masaje me dio ganas de orinar. Debería funcionar de nuevo.

Si Rawe pudiera ponerse más roja de lo que ya estaba, lo haría. Cerró los ojos y se dio cuenta de lo que realmente había sucedido.

-Dime una cosa, hija, ¿sentiste calor? -preguntó Rawe objetivamente-.

-¿Cómo sabes? ¿Tú también mamá? -preguntó Rebecca-.

-¿Se te aceleró el corazón?

-¿Eres psíquica? -preguntó Rebecca confundida-.

Soy demasiado joven para oír eso -se dijo Rawe, riendo-.

-No creo que lo seas, mamá -dijo Rebecca, ajena a los pensamientos de su madre-.

-Cariño, lo que sentiste no fueron ganas de orinar, fue algo más adulto -explicó Rawe-.

-Entonces ¿Qué es?

Quiero correrme -pensó, pero no podía explicárselo a su hija con esas palabras-.

-¿Recuerdas lo que mamá te explicó acerca de que a veces tu cerebro pelea con la otra parte?

-Pero dijiste que tomaría tiempo para que suceda -dijo Rebecca, todavía confundida-.

-Resulta que aparentemente hay algo cercano a nosotros que parece gustarle a tu cerebro adulto -dijo Rawe-.

¿Cómo le explicarías esto a tu hija?

-¿El masaje de Freen? -preguntó recordando el toque de la pelinegra en su piel, sintiendo su cuerpo encenderse nuevamente.

-El "Freen", en general -dijo Rawe-. No es posible... -dijo levantándose y sacudiendo la cabeza-. No sirvo para esto, deberías tener seis años, por Dios -dijo resoplando, avergonzada-. Veré si Freen te explica esto mejor, si no, lo consultaré con Vanessa.

-¿Por qué?

-Porque si mamá parpadeara como tú, probablemente este sería un momento en el que sucedería un episodio así.

-No entendí -dijo Rebecca-.

-Mamá es mala explicando -dijo Rawe riendo-.

-¡Oh!

-¡Vamos, volvamos!


[...]


La puerta de la habitación se cerró bruscamente y por ella entró un Saint irritado y desbordado, con una bolsa de snacks naturales y un portavasos con zumo de naranja natural.

En un parpadeo [FreenBecky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora