Capítulo 29

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-¿Tienes frío? -preguntó Freen cuando vio a Rebecca apretar más la manta y acurrucarse más cerca de su cuerpo-.

Estaban en el dormitorio de ella y de Nam, mientras que los demás permanecían en la sala de estar.

-No -dijo Rebecca, besando a Freen en los labios nuevamente-. Calidez, en realidad -susurró, envolviendo su brazo izquierdo alrededor del cuerpo de Freen.

Su lengua volvió a pedir paso y Freen cedió, llevando su mano a la cintura de Rebecca y acariciando la zona.

Freen jadeó cuando Rebecca se movió para acercar sus cuerpos, haciendo que su pierna, que estaba en medio de la de Freen, rozara su área íntima.

Esto no debería estar pasando, pensó Freen.

No debería estar tan emocionada, pero lo estaba, después de todo, Rebecca se estaba encariñando cada vez más con el beso, haciéndola perder el aliento.

Terminó sin resistirse y mordió el labio inferior de Rebecca. Las yemas de sus dedos debían ser blancas, tal era la fuerza que aplicó a la tela de la blusa de Rebecca.

-Rebecca... -intentó decir en voz alta, pero su voz salió más baja y ronca de lo que debería-. ¿Hay alguna manera de alejarnos un poco?

-No, la cama es pequeña, Freen -advirtió, con su boca aún en la de Freen-. ¿Qué pasó? -preguntó Rebecca confundida-. ¿No te gusta así de cerca?

-Me encanta -Freen fue sincera, pero se arrepintió de tal sinceridad cuando Rebecca comenzó a repartir besos en su rostro y en las comisuras de sus labios-.

-A mí también -dijo Rebecca, acariciando la espalda de Freen de una manera normal, pero lo que hizo que Freen se sintiera muy enojada consigo misma en ese momento-.

No debería estar pensando en eso con Rebecca todavía.

Pasó demasiado tiempo sin tener relaciones sexuales, era la única explicación para emocionarse por cosas tan tontas.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el roce de la nariz de Rebecca contra la suya, en una linda caricia, que fue acompañada de una enorme sonrisa.

-No te gusta mucho besarme, ¿verdad? -preguntó Rebecca-.

-¿Por qué crees eso? -preguntó la mayor sorprendida.

-Esta es la segunda vez que te siento extraña después de que nos besáramos así. ¿Puedes enseñarme cómo hacerlo bien? Quiero que lo disfrutes tanto como yo, Freen.

-Me encanta besarte, Rebecca. Te besaría todo el día si pudiera. Lo siento si me sientes extraña -dijo, tocando su frente con la de Rebecca-.

-Está bien, pero si quieres enseñarme a besar mejor, te juro que seré voluntaria como estudiante -Freen se rió fuertemente esta vez-.

-No necesitas clases, eres perfecta en lo que haces -dijo Freen, dándole un largo beso a Rebecca-. ¿Y qué te hace pensar que califico para un puesto docente? -preguntó en tono de broma-.

-Porque tu besito es muy lindo -dijo Rebecca con su boca muy cerca de la de Freen-.

-¿Muy parecido al tuyo? -preguntó Freen sonriendo y Rebecca se rió-.

-Freen, no puedo besarme para saberlo.

-Pero yo puedo -dijo Freen moviendo su rostro y juntando sus bocas-.

Rebecca no protestó, todo lo contrario, abrió la boca en dos segundos, profundizando el beso entre ellas.

Se besaron durante largos minutos, simplemente disfrutando la sensación de estar juntas, después de todo el fin de semana no duraría para siempre y no tendrían todo el tiempo del mundo.

En un parpadeo [FreenBecky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora