Lazo Inquebrantable

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En la alborada de Konoha, donde los primeros rayos de sol acarician suavemente las casas y los árboles, dos figuras se destacan en la serenidad del hogar Uzumaki-Uchiha.

Naruto y Sasuke, unidos por un amor que ha superado los más oscuros desafíos, comparten una vida de armonía y comprensión. Sus manos se entrelazan como raíces de un mismo árbol, firmes y fuertes, arraigadas en la tierra fértil de su historia compartida.

Naruto, con su sonrisa resplandeciente y su energía incansable, es el sol que ilumina cada rincón de su hogar. Sasuke, con su mirada serena y su presencia tranquila, es la luna que trae paz y equilibrio en las noches más oscuras. Juntos, son un eclipse perfecto, una danza eterna entre luz y sombra, amor y desafío.

En las mañanas, el hogar se llena de la risa contagiosa de Naruto y el silencioso aprecio de Sasuke. Sus vidas cotidianas son un ballet armonioso de rutinas compartidas: el desayuno preparado con esmero, las conversaciones sobre los sueños que ambos han tenido, y los momentos de silencio cómplice mientras ven despertar a sus hijos.

Boruto, el hijo nacido del amor y la ciencia, es una chispa brillante en su familia. Con sus dieciséis años, su cabello rubio y ojos celestes heredados de su padre biológico, Naruto, es una combinación de energía y determinación. Boruto es un torbellino de juventud, un cometa que cruza el cielo dejando una estela de promesas y desafíos.

Kawaki, el hijo adoptivo, es una figura enigmática. Con su cabello negro y ojos oscuros, es una sombra que contrasta con la luz de Boruto. Adoptado por Naruto y Sasuke, Kawaki ha encontrado un refugio en su hogar, pero su corazón está marcado por cicatrices profundas.

La envidia y los celos se enredan en su ser como hiedra venenosa, creciendo lentamente, alimentada por sus inseguridades y su deseo de ser el centro del mundo de Naruto.

La vida escolar de Boruto es un mosaico vibrante de colores y emociones. En el instituto de Konoha, es una figura destacada, conocido por su habilidad en la lucha y su carisma natural. Para sus compañeros, es un líder nato, una estrella que brilla intensamente en el firmamento de la juventud.

Mitsuki, su compañero y novio, es su norte y su ancla. Mitsuki es la calma en la tormenta de Boruto, un reflejo de serenidad en el tumulto de la adolescencia. Con su cabello celeste azulado y ojos dorados, Mitsuki es como la luna reflejada en un lago tranquilo, una presencia constante y reconfortante. Su relación es un poema escrito con miradas y sonrisas, una sinfonía de corazones latiendo al unísono.

Boruto y Mitsuki comparten momentos de complicidad en los pasillos de la escuela, susurros furtivos y risas compartidas. Son dos almas que han encontrado en el otro una razón para soñar y un refugio en medio del caos. Su amor es un fuego que arde con fuerza, una estrella que guía sus caminos.

Sin embargo, en el horizonte de esta aparente felicidad, se cierne una nube oscura. Kawaki, con su corazón lleno de resentimiento, observa desde las sombras, sus ojos brillando con una mezcla de dolor y celos.

Para Kawaki, Boruto es el reflejo de todo lo que desea pero teme nunca tener: el amor incondicional de Naruto, la admiración de Sasuke, y la atención de todos a su alrededor.

Las tensiones entre Boruto y Kawaki son como un río subterráneo, fluyendo silenciosamente pero con una fuerza que amenaza con desbordarse. En cada interacción, en cada mirada furtiva, se percibe la creciente animosidad.

Kawaki, con su sonrisa torcida y sus palabras cargadas de veneno, siembra dudas y discordia, su envidia es un mar en calma antes de la tormenta.

Boruto, ajeno al veneno que se filtra en su hogar, se concentra en su vida con Mitsuki y sus sueños. Pero en el corazón de Kawaki, la oscuridad crece, alimentada por la idea de que solo puede ser feliz si Boruto es infeliz. Los celos son serpientes que se enroscan en su alma, susurrándole promesas de poder y venganza.

El primer signo de la tormenta que se avecina se manifiesta una tarde, cuando Boruto y Kawaki se encuentran solos en la casa. Las palabras se convierten en espadas afiladas, los reproches en lanzas. Boruto, con su naturaleza impulsiva, no puede evitar confrontar a Kawaki, exigiendo saber el origen de su resentimiento.

Kawaki, con una frialdad calculada, responde con una sonrisa que no llega a sus ojos, insinuando que Boruto no conoce el verdadero significado de la pérdida y el sufrimiento. Sus palabras son como un veneno lento, infiltrándose en la mente de Boruto, sembrando la semilla de la duda.

Mientras el sol se oculta tras el horizonte, las sombras en el hogar Uzumaki-Uchiha se alargan, presagiando el conflicto inminente. Naruto y Sasuke, ajenos a la tormenta que se está gestando, continúan con su vida, confiando en la fuerza de su amor para superar cualquier desafío. Pero en el corazón de Kawaki, la oscuridad sigue creciendo, esperando el momento perfecto para desatar su furia.

En este hogar lleno de luz y amor, las sombras empiezan a danzar, prometiendo pruebas y desafíos que pondrán a prueba los lazos que mantienen unida a esta familia. El camino hacia la redención y el perdón será largo y tortuoso, y solo el tiempo revelará si el amor puede realmente vencer a la oscuridad que amenaza con destruirlo todo.

Así, comienza la odisea de Boruto, en un viaje de autodescubrimiento, amor y desesperación, donde cada paso lo acercará más a la verdad oculta en el corazón de aquellos que más ama.

Así, comienza la odisea de Boruto, en un viaje de autodescubrimiento, amor y desesperación, donde cada paso lo acercará más a la verdad oculta en el corazón de aquellos que más ama

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