forty one

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Una noche, mientras Felix y Seojun estaban en casa, Beckham y sus hombres irrumpieron la mansión y se los llevaron. Cuando Eunwoo e Hyunjin se enteraron, explotaron de rabia.

—¡Esto es culpa mía! —gritó Eunwoo, golpeando la pared. —No debí haber dejado que esto llegara tan lejos.

Hyunjin lo sujetó por los hombros, tratando de calmarlo. —Eunwoo, vamos a encontrarlos. No podemos perder la cabeza ahora.

De repente, el teléfono de Eunwoo sonó. Era su primo Jaehyun. —Tengo a tus dos tesoros, Eunwoo —dijo Jaehyun con una voz fría.

—¿Qué mierda, Jaehyun? ¿Por qué los tienes tú? —preguntó Eunwoo, su voz temblando de rabia.

—¿No te das una idea? Me quitaste todo, esa empresa era mía, pero tuviste al bastardo de tu hijo y todo se jodió. Y nuestro querido abuelo decidió jodernos la vida antes de morirse con ese testamento —respondió Jaehyun.

—¿Qué quieres?

—A ti, a la empresa, a todo tu dinero, tu poder. Quiero que me devuelvas todo lo que es mío.

Eunwoo sintió una mezcla de rabia y desesperación. —No te saldrás con la tuya, Jaehyun. Voy a encontrarlos y voy a acabar contigo. Y dile al estúpido de Beckham que es hombre muerto.

—Beckham es mi mejor hombre. Me contó que ahora tu esposito es la perra del bastardo de Hyunjin, ¿Es así? —se escuchó cómo Jaehyun se reía desde la otra línea.

—No les hagas nada o será tu fin.

                             [...]

Eunwoo, decidido a enmendar sus errores, fue en busca de su primo, su hijo y su ex esposo. Hyunjin fue con él, cuidando de que no fueran descubiertos. Al llegar al lugar donde estaban retenidos, vieron a Seojun con Felix.

—Todo va a estar bien —dijo Eunwoo, tratando de calmar a Seojun mientras Felix lo miraba con una mezcla de alivio y preocupación.

Jaehyun apareció, sonriendo maliciosamente. —Así que viniste, Eunwoo. Sabía que lo harías. Dudaba que vinieras por el rubio, pero sé que el bodoque es tu debilidad.

Eunwoo lo enfrentó, su voz llena de determinación. —Deja ir a Felix y Seojun. Esto es entre tú y yo. No tienen por qué estar aquí. Traje todo lo que necesitas para tomar el mando de Diamonds.

Jaehyun se rió, su sonrisa desapareciendo rápidamente. —No, esto es entre todos nosotros. He esperado mucho tiempo para esto. Para verte sufrir debo de tener a tu bastardo también.

Jaehyun dio unos pasos hacia atrás donde se encontraban Felix y Seojun, haciendo que el corazón de Eunwoo se acelerara.

Una vez que su primo estuvo junto a Felix, quien sostenía a Seojun fuerte contra su pecho, lo tomó del cabello tirando fuerte de este.

—¡No lo toques, idiota! —gritó Eunwoo, intentando acercarse, pero fue retenido por unos hombres.

—¿Ahora te preocupas? ¿Después de que lo entregaste al viejo de Beckham para que lo disfrute?

—No lo lastimes, por favor.

—Me gusta eso. Que supliques, pero está bien, afortunadamente no me va eso de lastimar a las personas así que son tuyos —empujó a Felix y este caminó rápido hacia donde estaba Eunwoo, siendo recibido por él, rodeándolo con su brazo a ambos para luego ponerlo detrás suyo.

—Dile a tus hombres que dejen que se vayan.

—Papá... —Seojun llamó a Eunwoo y este lo observó por unos segundos, tratando de guardar la calma.

—Tienes que ir con papi, ¿de acuerdo? Papá tiene que hacer unas cosas.

—Tienes que despedirte de papá, bodoque. Puede que solo te quedes con uno —habló Jaehyun.

Felix palideció al escuchar eso y buscó la mirada de Eunwoo, que estaba puesta en Seojun.

—Eun... —Felix intentó llamar la atención de su ex esposo, pero este estaba perdido en sus pensamientos.

—Cuídalo, por favor. Seojun es lo más lindo que tengo en mi vida, es el mejor regalo que me diste. Gracias, Felix, y perdón por todo.

Felix comenzó a llorar al ver que Eunwoo lloraba como nunca antes lo había visto.

—Prométeme que vas a ser muy feliz —dejó un beso en la sien de Felix.

—Tienes que salir con nosotros —suplicó Felix.

Eunwoo se acercó hasta su oído y le susurró.

—Hyunjin está afuera esperándote. Detrás de esa puerta está tu felicidad. Al menos déjame hacer esto para remediar mis estupideces.

—No quiero. Tienes que venir con nosotros. No puedes dejar a tu hijo.

—¿Quién dijo que voy a dejarlo? Tú te quedarás con él. Estarán bien, lo prometo.

—¡No! Él te necesita... Es un bebé. ¿Qué voy a decirle? Por favor... No hagas esto.

—La ayuda todavía no llega. No podemos contra todos estos hombres, son demasiados.

Dejó nuevamente un beso en la sien de Felix y otro en la de Seojun.

—Crece grande y fuerte, mi pequeño pastelito. Papá te cuidará siempre, ¿de acuerdo?

—¿Van a irse o también se irán contigo? —interrumpió Jaehyun.

Los hombres de Jaehyun se acercaron hasta Felix para sacarlo hacia afuera, sintiendo cómo su corazón se rompía en mil pedazos al ver a Eunwoo llorar y despedirse de ambos.

Seojun comenzó a llorar cuando vio cómo se alejaba de su padre. Al llegar afuera, se encontraron con Hyunjin, quien rápidamente corrió a abrazarlos y hacer que subieran a la camioneta.

—Eunwoo tiene que salir de ahí, él va... —no pudo ni siquiera terminar de decir la frase que el ruido de dos disparos lo hizo brincar y sintió las sirenas a lo lejos.

Hyunjin cerró la puerta del automóvil y corrió hacia adentro en busca de su hermano.

Felix se quedó en su lugar, estático, abrazando a su hijo. Su cuerpo temblaba y sus manos estaban frías.

LFCDA | Hyunlix AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora