thirty seven

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Hyunjin después de recibir los mensajes de Changbin condujo a toda velocidad hacia el restaurante. Al llegar, se encontró con los guardaespaldas de Beckham bloqueando la entrada. Sin pensarlo dos veces, comenzó a luchar contra ellos, su furia dándole una fuerza increíble.

—¡Quítense del medio! —gritó Hyunjin, golpeando a uno de los guardaespaldas con toda su fuerza.

Finalmente, logró abrirse paso y entró en la habitación justo cuando Beckham estaba tratando de forzar a Felix. La rabia de Hyunjin alcanzó su punto máximo.

—¡Aléjate de él maldito cerdo! —rugió Hyunjin, lanzándose sobre Beckham y golpeándolo con una fuerza brutal.

Beckham cayó al suelo, su nariz sangrando. Intentó levantarse, pero Hyunjin lo sujetó por el cuello, su voz temblando de furia. —Si vuelves a tocar a Felix, te juro que te mataré idiota.

Beckham sonrió débilmente, tosiendo. —Eres... un salvaje. No sabes... en qué te estás metiendo pequeño imbécil.

Hyunjin lo golpeó de nuevo, esta vez más fuerte. —No me importa quién eres ni cuánto poder crees que tienes. Si vuelves a acercarte a Felix, no vivirás para contarlo.

Felix, con lágrimas en los ojos, se acercó a Hyunjin y lo tomó del brazo. —Hyunjin, por favor. Vámonos de aquí.

Hyunjin miró a Felix, su expresión suavizándose ligeramente. —Vamos, Felix. Nos vamos.

Mientras salían, Beckham se quedó en el suelo, su rostro una mezcla de dolor y furia. Hyunjin y Felix se apresuraron a salir del edificio, dejando atrás la escena de caos y violencia.

En el auto, Felix todavía estaba temblando, y Hyunjin trató de calmarlo, aunque él mismo estaba lleno de adrenalina y rabia. Sabía que la noche no había terminado, y que habría consecuencias por lo que había hecho. Pero en ese momento, lo único que importaba era mantener a Felix a salvo.

                                [...]

En el camino de regreso, la culpa y el miedo comenzaron a consumir a Eunwoo. Cada kilómetro que avanzaba, su arrepentimiento crecía. Finalmente, giró el auto y condujo de vuelta al restaurante, su corazón latiendo frenéticamente. Al llegar, encontró a Beckham en malas condiciones, tratando de recuperarse.

—¿Dónde está Felix? —demandó Eunwoo, su voz llena de desesperación.

Beckham, aún recuperándose, se rió de manera despectiva. —Tu pequeña puta desapareció.

La furia de Eunwoo se desbordó y golpeó a Beckham de nuevo, dejándolo aún más herido. —¡¿Qué dijiste?! —gritó Eunwoo, su voz temblando de rabia.

Beckham tosió, una sonrisa maliciosa en su rostro. —Lo que oíste. Se fue con su salvador. Pero tú ya sabías que esto podía pasar, ¿no? Al final la perra que tienes por esposo eligió irse con su amante, tu hermano.

Eunwoo lo golpeó nuevamente, esta vez con tanta fuerza que sintió el dolor en sus propios nudillos. —¡Cállate! ¡No tienes derecho a hablar de él así!

Beckham intentó levantarse, pero Eunwoo lo empujó de nuevo al suelo. —¡Eres un maldito traidor! ¡Me hiciste esto a propósito!

—Tú aceptaste el trato —murmuró Beckham, su voz apenas un susurro. —Tú fuiste el que lo trajo aquí, tú entregaste a tu esposo.

Eunwoo se detuvo, sus ojos llenos de lágrimas de rabia y arrepentimiento. —¡Vete al infierno! ¡Quédate con tu sucio dinero! —gritó, dando una última patada a Beckham antes de girar sobre sus talones y salir del restaurante.

Mientras caminaba hacia su auto, Eunwoo sintió una mezcla de furia y desesperación. Sabía que había cometido un error irreparable, y solo esperaba que no fuera demasiado tarde para enmendar algo de su daño.

LFCDA | Hyunlix AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora