Luciérnaga

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Liam

Había puesto mis ojos sobre aquella chica desde el momento en que llegó. Había llegado a la ciudad hace algunas semanas y me tenía embobado, aunque nunca lo diría en voz alta. No sé que había en ella que tanto me llamaba la atención, ¿eran sus rizos? ¿sus profundos hoyuelos? ¿sus ojos color café, en los que me perdía cada vez que la miraba?

Sumido en aquellos pensamientos, sonó el timbre, que nos indicaba que había llegado la hora de descanso.

Sin embargo, no me moví de mi sitio, no hasta que todos se fueron. Una vez solo en el aula, me levanté de la silla y, después de cerrar la puerta, me dirigí directamente al sitio de Margot, en busca de alguna pista que me ayude a descubrir algo sobre ella. Por muy insignificante que fuera. No encontré gran cosa, excepto una fotografía, en la que aparecían unos 10 adolescentes en una aparente estación de esquí . No tardé en distinguirla entre la multitud, iluminando todo su alrededor, como una luciérnaga en la oscuridad. A su lado se encontraba un chico alto, musculoso y realmente atractivo. No pude evitar sentirme celoso. Mierda. No me importaba lo más mínimo. Guardé la polaroid en su mochila, un poco molesto y dispuesto a irme, pero vi asomar lo que parecía la esquina de un libro desde dentro de su mochila. Tiré de él hasta conseguir ver la portada. "¿Fabricante de lágrimas?" No había oído hablar de el nunca antes. Lo abrí por una página al azar, esperando encontrar alguna pista que me dejase ver a través de ella. Que me dejara resolverla. Entonces me topé con un posit y una frase subrayada.


<<He mirado al amor y he sentido miedo. Tenía ramos de rosas en los vasos sanguíneos y lunares en la piel, como puntos suspensivos de frases nunca dichas>>

Margot

Estaba hablando con mis amigas cuando me di cuenta de que había dejado en clase mi botella de agua, y estaba sedienta.

Entré en el aula, sumida en mis pensamientos, cuando vi una sombra moverse alrededor de mi sitio.
¿Qué diablos...? ¡Era Liam!

- ¿Qué haces rebuscando entre mis cosas, capullo? - le espeté
- No estaba rebuscando entre tus cosas, no todo gira en torno a ti, ¿sabes, Lucciola*? - dijo, con un tono de superioridad.
- Vete de mi asiento. Ya.- Gruñí
- Lo dices como si yo quisiera quedarme. No estaba husmeando tus cosas, estaba buscando un bolígrafo que había perdido - Se excusó, aunque algo en sus ojos me decía que era mentira.

Acto seguido, sin darme tiempo a reaccionar, salió de la habitación, dejándola en un absoluto silencio.

* Lucciola: En italiano, luciérnaga. Insecto coleóptero de algo más de un centímetro de largo, cuya hembra, que carece de alas y tiene forma de gusano. Despide una luz fosforescente. Símbolo de esperanza, magia y belleza

Una Nueva Vida En Las AfuerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora