Luego de la fiesta del domingo y mi inesperada tregua con Christopher, comenzamos a intercambiar mensajes. ¿Es raro? Probablemente, sí. Pero lo cierto es que lo estaba disfrutando más de lo que esperaba. En estos dos días de conversaciones, me había demostrado que podía ser una persona amable y divertida, algo que nunca imaginé de él. Por supuesto, Briana no tiene idea de esto. La verdad es que no quiero decirle que Slora y yo ahora somos, bueno, algo así como amigos. Si se entera, empezará a molestarme con el típico "te lo dije, no es tan malo". Y aunque tendría razón, no estoy preparada para lidiar con eso ahora mismo.
—¡Liv! ¡Liv! —me llamó Briana, sacándome de mis pensamientos.
—¿Qué? ¿Qué pasa? —respondí, algo aturdida.
—No me estás escuchando, estás en las nubes... o mejor dicho, embobada con tu celular. Desde ayer no te has despegado de él —levantó las cejas, con una expresión de curiosidad—. ¿Estás saliendo con alguien?
—¿Qué? Claro que no —respondí rápidamente, llevándome un bocado de pasta Alfredo a la boca para evitar hablar más de la cuenta.
—¿Es el chico misterioso que te trajo después de la fiesta?
El domingo, regresé a casa con Slora. Solo me dio un aventón, pero no se lo conté a nadie. Les envié un mensaje al grupo que tenemos en común, avisando que alguien me llevaría, para que no se preocuparan. Cuando preguntaron con quién, simplemente respondí que era un chico que había conocido en la fiesta.
Ni siquiera estoy completamente segura de por qué no quiero que sepan que fue Slora quien me trajo a casa, o con quién he estado mensajeando. No es nada malo. Solo... no quiero que lo sepan. Aún no.
—¡No! —mentí—. El chico que me trajo solo fue amable, ni siquiera recuerdo su nombre.
Aja, claro. Sobre todo porque no eres una de las pocas personas que saben su nombre completo. "Christopher William James Slora".
Cállate subconciencia.
—¿Entonces con quién te la has pasado mensajeando? ¿Es Jason?
—¡Dios, no! —exclamé, indignada—. Estoy hablando con una amiga de la secundaria —mentí una vez más—. Perdimos contacto hace años, pero ayer nos encontramos por Instagram y desde entonces no hemos parado de ponernos al día. Eso es todo.
Briana me miró con escepticismo, pero finalmente suspiró.
—Está bien, te creo. Pero dile que te dé un respiro, ¿sí? Has estado tan concentrada en esa conversación que ni siquiera hemos podido hablar bien nosotras.
Dejé el celular sobre la mesa y me incliné hacia ella, lista para prestarle atención.
—¿De qué quieres hablar? —pregunté, curiosa.
Briana soltó un suspiro profundo y dejó su tenedor en el plato, como si estuviera preparando algo importante.
—De John.
—¿John? ¿Pasó algo en la fiesta o...?
—Me besó.
—¡Diablos, Bri! —exclamé, sorprendida—. ¿Y la cláusula? Si alguien los vio y los rumores empiezan a circular, podrías perder tu empleo.
No es como que tú no hayas roto antes esa clausula...
Shhh
—Lo sé, lo sé. Me siento como una tonta. Me dejé llevar... tal vez fue el alcohol, su perfume, la nostalgia, no sé. —Briana masajeó sus sienes con frustración—. Ahora estoy aterrada. No sé qué va a pasar mañana.
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LA FORMA EN QUE TE AMO
Teen FictionOlivia es una recien egresada de la universidad de Chicago, su sueño siempre ha sido trabajar como publicista para las mejores marcas del mundo. Le ofrecen la oportunidad de trabajar con uno de los equipos mas importantes de la NFL. Sin dudarlo, el...