Sálvame (+18)

CAPITULO 28

Montar a caballo fue tan emocionante como aterrador Pero se convirtió en una experiencia agradable ya que tenía a Alexander a mi lado. Ayer anduvimos por una parte de la hacienda y sí que es extensa me mostró los establos habían muchos caballos, hermosos ejemplares me contó que su principal negocio era la crianza de caballos pura sangre además de que tienen mucho ganado toros, vacas que algunas incluso ya tienen terneros, hay también cerdos y gallinas la hacienda en verdad es muy próspera y quién se encarga de todo esto es el Señor Miguel, era realmente impresionante. Hoy decidió traerme al río lo veo y en este momento tengo ganas de meterme a bañar.

- Podemos meternos un rato, sí. - le dije con ganas inmensas de que acepte.
- Solo un rato recuerda que nos están esperando, está bien. - dijo y Asentí, bajó del caballo y me ayudó hacer lo mismo.

Me dispuse a quitarme la ropa quedando solo con la interior y él hizo lo mismo quedando en boxer, nos acercamos al río y apenas metí un pie el agua y me erize, estaba helada que me hizo pensarla pero era más el deseó de meterme que seguí adelante, Alexander me sostuvo todo el tiempo ya que no podía nadar, así estuvimos por un rato disfrutando de la sabrosa agua hasta que me informó que debíamos regresar.

En cuanto llegamos me sorprendió ver a Angelo sentado en el mesón de afuera ya que se iba hacer una barbacoa.

- Hola Angelo. - dije y me acerque a él para saludarlo con un fuerte abrazo.
- Hola mi preciosa Isabel. - dijo abrazándome y dándome un beso en la mejilla.
- No pensé que te vería aquí, Alexander no me dijo que vendrías.
- Bueno lo decidí a última hora es que tengo algo que hablar con mi adorado primo. - dijo mirándome con una sonrisa.
- Sí es así vamos al despacho. -  le dijo Alexander a Angelo - espérame aquí ya regresó, está bien. - me dijo dándome un beso corto en los labios.
- Pero primero iré a cambiarme. - informé. Él asintió y se fué con Angelo mientras yo me dispuse ir a cambiarme.

Después de que nos reunimos nuevamente nos dispusimos a preparar todo para hacer la barbacoa, la verdad fue bueno ver como entré todos preparamos el almuerzo que no es por presumir pero nos quedó sabroso, vivir la experiencia de convivir en familia es algo que nunca imaginé que podría vivir, fue tan maravilloso que me hizo pensar que el destino me estaba recompensando por todo lo malo que viví antes de conocer a Alexander.

Ya en la tarde decidimos retirarnos a descansar unas horas para reponer energía como lo solicitó Angelo ya que expresó sentirse agotado después de largo viaje.

Después de despertar de tan relajante siesta nos dispusimos a arreglarnos para ir al comedor a cenar junto a Angelo y los padres de Alexander. En cuanto llegamos me llevé una no muy grata sorpresa pues en ahí estaba Vanessa sentada en la mesa junto a Angelo, que tenía cara de pocos amigos y lo entendía pues está mujer era experta en amargarme la vida con su presencia.

- Hola buenas noches. - saludo con una sonrisa lobuna en sus labios.
- Buenas noches. - respondí por educación aunque lo que quería era correrla del lugar no podía hacerlo, así que me dispuse a tomar asiento junto a Alexander en el comedor.
- Que haces aquí Vanessa? - preguntó Alexander tajante, volví a verlo y estaba serio esperando la respuesta de Vanessa.
- He venido hasta aquí a visitarlos, me enteré que habías venido y quise darte una sorpresa como siempre lo hago. - respondió mirándolo coqueta, sí que era una cínica.
- Pensé que había quedado claro que no quería ningún tipo de relación contigo de ahora en más. - dijo Alexander y la cara de ella era un poema pues creó que nunca se imaginó que Alexánder la trataría así frente a sus padres. Yo solo guarde silencio pero por dentro lo disfrutaba, los padres de Alexander estaban igual de sorprendidos y Angelo bueno se notaba que disfrutaba la situación pero él no se tomaba la molestias de ocultarlo ya que en su rostro tenía una gran sonrisa.
- No puede ser que por esta mujer quieras terminar conmigo. - contestó Vanessa con disgusto.
- Cuando hablas así pareciera que tenemos o tuvimos algún tipo de relación amorosa, lo cual está lejos de la realidad así que no sé porque tanto drama, te pido que hagas el favor de lárgate para que podamos cenar en paz. - respondió Alexander en tono brusco que me sorprendió hasta a mí.
- Alexander, por favor como puedes ser tan grosero? - dijo la Sra. Ivanov mirándolo de manera incrédula.
- Ella sabe porque la trató así. - contestó tranquilamente .
- Sí lo sé, pero tus padres de seguro no, porqué no se los dices? - dijo desafiando lo con la mirada.
- Es mejor que no vayas por ese camino. - respondió Alexander mirándola fijamente y yo empecé a tener nervios por lo que podía decir.
- Lo que pasá señores es que aquí su hijo se molestó porque me enteré de la vida que llevaba está mujer aquí presente y quise ayudarlo sacándola de su vida para que no tuviera problemas en el futuro. - dijo y yo ya estaba temblando deseando realmente que se volviera muda - Alexánder la compró y saco de un burdel de mala muerte donde era bailarina Pero además de eso prestaba sus servicios a los hombres, ella no es más que una vulgar prostituta. - terminó de decir y yo sentí que me ardía la cara de vergüenza, como podría ver de nuevo a la cara a los padres de Alexander solo deseaba que me tragara la tierra en ese instante.
- Quieres denigrarla diciendo eso, cuando tienes cola que te pise al menos ella lo hacía porque la obligaban Pero tú, a tí lo puta se ta da natural. - dijo Angelo mirándola molestó por lo que había dicho.
- Angelo, por Dios respeta es una dama. - dijo Juliette.
- El dinero y apellido no convierten en una dama a una mujer y ella está lejos de serlo. - dijo Angelo en tono despectivo. Vanessa lo miraba con odió.
- Lo que pasa es que siempre me has deseado y como nunca me has podido tener estás dolido, ya que no caería tan bajo con alguien como tú. - pincho Vanessa.
- Que risa me das, deseó lo que es difícil de obtener, no lo que cualquiera tuvo porque eres más fácil que la tabla del uno.
- devolvió Angelo y la verdad hasta sentía pena por ella. Porque aunque se la daba de gran dama parece que su reputación la presede.