CAPITULO 30

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Estaba con Angelo y mi padre en la sala tomando una copa de whisky relajado hablando un poco de negocio.

- Todo va bien en los negocios, la carga ya salió? - preguntó mi padre aún le gusta ser participe de todo lo que hacemos.
- Sí, padre no te preocupes todo está bajo control. - dije pues Bruno y Angelo manejaban todo bien sin dejar cabos sueltos.
- Pero no está demás cerciorarse, ya les he dicho que cualquier consulta o si necesitan un consejo pueden decírmelo.
- Lo sabemos tío, tu eres un buen consejero. Además de mi padre que también está al pendiente de todo.
- Nos preocupamos por ustedes porque todavía son jóvenes les falta por recorrer todo el camino que nosotros ya hemos recorrido.
- Y está bien, porque así aprendemos más de ustedes, eso es algo que apreció mucho créeme. - dije sinceramente.
- Y el otro asunto, ya está encaminado? Esperó no salgan las cosas mal porque de ser así tendrán problemas conmigo y créanme no lo querrán.
- Calma padre todo está listo, solo estamos esperando que el pez muerda el ansuelo.
- Tío, tienes mi palabra de garantía que todo saldrá como queremos.

En eso aparecieron las dos mujeres que amó en esta vida, mi madre traía a Isabel tomada del brazo.

- Señores vengo a anunciar que está bella señorita y yo saldremos de compra, necesito unas cosas así que regresamos dentro de unas horas, está bien.
- Está bien cariño, la seguridad está lista así que ve tranquila. - dijo mi padre a lo cual mi madre se acercó para darle un besó.
- Volveremos pronto.
- Cada vez que una mujer dice eso, siempre termina siendo horas. - dijo Angelo en tono divertido.
- Isabel van en el auto con Anton y Mike está bien, no te vayas a separar de ellos entendiste. - dije mirándola fijamente.
- Sí amor, no te preocupes. - dijo y se acercó a darme un pequeño besó. Luego salieron las dos se miraban tan contentas juntas y eso me agradaba.
- Bueno las cartas están hechadas. - dijo Angelo y yo simplemente Asentí.

Unos veinte minutos después entró corriendo uno de los escoltas.
- Señor, el auto de las señoras fue emboscado a unos km de aquí.
- Ya están todos listos. - dije tomándome el trago que tenía en la mano de una vez.
- Sí señor.
- Bueno que empieze la cacería. - dijo Angelo con una sonrisa malévola.

Salimos de la mansión con los hombres de Angelo, en dirección a acabar de una vez por todas con la escoria de César.

Isabel.

Iba tranquilamente platicando con la mamá de Alexander, decidí acompañarla a petición de ella de compras ya que deseaba que pasaramos un tiempo solo las dos.

- Me encanta esto siempre quise tener una hija para pasar tiempo con ella y hacer este tipo de cosas.
- Me alegra poder hacerle compañía.
- Sabes podemos hacerlo de vez en cuando, me gustaría pasar tiempo contigo, para compartir y conocerte más, eres una linda niña me agradastes desde el momento que te conocí, así que deseó que me tomes en cuenta para ayudarte a organizar la boda cuando mi hijo te pida matrimonio. - dijo tan segura que yo solo la miré sorprendida pues no me había pasado por la cabeza éso.
- Pues la verdad no sé que decir, Alexander no.... No sé si desea casarse, no me ha dicho nada al respecto, ni siquiera hablamos de ese tema. - dije un poco confundida sin saber que responder.
- Quizás ahora no porque necesitan conocerse un poco más el uno al otro, tú debes terminar tus estudios. - la miré fijamente pues no sabía que supiera esos detalles - no te sorprendas tanto Alexander me ha contado debes saber algo muy importante y es que en la familia no hay secretos tenlo en cuenta porque ya eres parte de la familia. Así que estoy....- no terminó de decir nada porque de repente el auto hizo un giro brusco frenando en seco, la otra camioneta estába parqueada un poco más adelanté, frente a ella estaba una camioneta y detras de nosotros otra camioneta cerrando el paso en eso se bajaron hombres armados y empezaron a disparar sin control alguno, Juliette me hizo agachar y ella quedó encima de mí.

- No se preocupen, quédense así la camioneta es blindada las balas no la atravesarán. - dijo Mike Pero yo estaba asustada, tanto que empecé a llorar sentí tanto pánico que agarré fuertemente la falda de Juliette.
- Calma no pasará nada pronto vendrán a ayudarnos. - dijo sobándome la espalda para tranquilizarme. En eso se escuchó chirridos de llantas y la balacera aumentó.
- Ya están aquí Alexander y Angelo, estaremos bien. - dijo Juliette y yo levanté un poco la cabeza para ver qué pasaba, fue todo tan rápido que de un momento a otro todo estuvo bajo control, habían muertos y otros estaban sometidos. En eso se acercó uno de los escoltas a la puerta del auto y Anton bajo de él.

Estaban conversando cuando en eso apareció Alexánder y Juliette abrió la puerta.

- Están bien las dos? - dijo rápidamente.
- Sí estamos bien, un poco asustadas Pero ilesas. - respondió a su hijo y yo todavía me sentía aturdida por todo.
- Isabel - pronunció mi nombre pero yo estaba aterrada aún que no pude contestar, sentí cuando Juliette se apartó de mí y en su lugar me abrazó Alexander. - Ya está todo bien, no tengas miedo yo estoy aquí.
- Fue....fue...fue horrible pensé que iba a morir, que íbamos a morir. - y empecé a llorar - me asusté tanto.
- Ya pasó, todo terminó sí, te prometí que nada te pasaría, solo fue el susto, está bien, vamos las llevaré devuelta a la casa. - y así bajamos del auto que cuando lo miré desde afuera estaba todo abollado, camine junto con Alexander hasta el otro vehículo, Juliette ya había subido en él y nosotros hicimos lo mismo emprendiendo la marcha de regresó.

Una vez llegamos el papá de Alexander estaba en la entrada y salió al encuentro de su esposa abrazándola y diciéndole si se encontraba bien a lo que ella asintió, entramos y nos sentamos en la sala, ya me sentía más tranquila, nos llevaron una taza de té para los nervios lo cual agradecí mucho.

- Que fue lo que pasó? Dónde está Angelo? Tú mamá dijo que iba contigo. - pregunté un poco más tranquila.
- Bueno se está encargando de la escoria de César y de los hombres que estaban con él.
- César? Que es lo que quería? - pregunté confusa.
- A tí, no te había contado nada pero César fue el que asesino a Bianca lo hizo como advertencia de que tú eras la próxima.
- Pero porqué? Si yo nunca le hice nada fue él quien me hizo daño. - dije derramando unas lágrimas.
- Lo sé, pero ese hombre es un psicópata aunque creó que quería dañarte para vengarse porque le pedí a Angelo que lo eliminará. Ahora ya está en nuestro poder así que no debes temer más, te prometí que te protegería y es algo que voy a cumplir mientras viva. - dijo dándome un abrazó y un beso en la cabeza.
- Gracias Alexander, te amó. - dije abrazándolo más fuerte.
- Yo también te amó con mi vida....

Sálvame (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora