Capítulo 145

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Hangun estaba ordenando los aperitivos de Chanha. Pasteles de arroz cocinados por la propia Moon, una variedad de frituras y zumo de naranja y pomelo. Todas eran las cosas favoritas de Chanha. A diferencia de Chanha, que movía su tenedor con diligencia, Hangun no tocaba la comida. No le interesa mucho la comida picante o salada. Hoy, como de costumbre, sólo tomaba café, que aparentaba ser zumo de naranja.

"¡Papá!"

"¿Mm?"

Chanha agarró un pastel de arroz grueso y lo llevó a la boca de Hangun. Hangun lo comió sin pensarlo dos veces, ya que si era su hijo quien se lo daba, estaba dispuesto a beber incluso veneno. Así que no dudó en comer ese pastel de arroz con sabor salado.

Chanha acarició la barbilla de Hangun con la punta de sus dedos.

"¿Te guta?"

"Sí. Me gusta porque me lo diste tú."

Hangun acarició con suavidad la frente redonda de Chanha y la besó fugazmente. Chanha sonrió con una risita chillona e inocente.

La mesa parecía grande, pero ya estaba vacía. Recientemente, Chanha había estado comiendo mucho. No es que comiera poco desde un principio, pero ahora estaba comiendo mucho en realidad, y eso era un problema. A veces, le daban cólicos y se saltaba la cena. Eso era un problema. A causa de eso Hangun empujó disimuladamente el cesto de frituras hacia un lado.

"Chanha, si comes demasiado, no podrás cenar esta noche".

"No. Voy a comer todo. Chana tiene hambre y quiere comer".

Chanha sacó su barriga. A pesar de que era un poco embarazoso, su barriga se proyectaba hacia afuera. Santo Dios ¿No era eso adorable? Hangun rápidamente subió el suéter de Chanha, rodeó con su brazo su cintura y le dio un montón de besos suaves en su pancita.

"¡Aaaa, papáaaa!"

"Muac, papá necesita aplanar la panza de Chanha".

Papá se estaba comiendo a Chanha. Hangun mostró sus dientes y fingió darle mordiscos a la panza de Chanha. Chanha se inclinó hacia atrás y se rió. Aunque empujaba a Hangun con sus brazos regordetes, no podía hacer que se moviera. Finalmente, Chanha se quedó sin energía y solo estiró sus extremidades. En ese momento Hangun lo dejó ir y entonces Chanha se levantó como si hubiera estado esperando esa acción y extendió su brazo con su tenedor.

"Hmm..."

Hangun miró a Chanha, que estaba tragando un pastel de arroz. No sabía qué hacer, porque si lo dejaba comer así, no podría parar. Tenía que hacer algo para detenerlo. Sin embargo, cuando veía que comía así, ya nada le importaba.

Hangun levantó a Chanha y lo sentó en su regazo. Chanha empezó a comer de nuevo.

"Jefe."

Sung llegó allí. Hangun frunció el ceño. No quería que interrumpieran el tiempo que pasaba con Chanha por nada del mundo. Con una rápida mirada Hangun preguntó qué estaba pasando.

"Averigüé la identidad de esos alfas del hospital."

Hangun giró la cabeza hacia Sung.

"¿Quiénes son?"

"El segundo hijo de la Corporación Shinju y el tercer hijo de Seguros Il-yeong."

Los ojos de Hangun se estrecharon. No eran empresas que mantuvieran relación con el Grupo Hanho. Eran empresas pequeñas que apenas lograban mantener su nombre en la lista de empresas importantes. La existencia de Yeha podía ser un secreto conocido para ellos, pero nadie jamás podría atreverse a soñar con tener contacto con él. ¿Era posible que alguien estuviera detrás de él? Pero no había nadie así.

Cuando Dios nos creó, no se equivocóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora