6 de enero.
Fina y Esther estaban dirigiéndose hacia su rincón preferido. Un pequeño bosque bien resguardado del paseo principal a la ladera del río Tajo. Después de haberse visto bastante menos de lo que a Esther le hubiera gustado durante las fiestas navideñas, buscaron la tarde del día de reyes para estar juntas. Fina habría preferido estar en la casa grande y buscar el momento de poder volver a coincidir con Marta, más aún, cuando su regreso a Niza estaba ya tan próximo. Pero, sabía que otro plantón a Esther sólo le conllevaría más problemas. Llevaban una cesta de mimbre llena de comida y una manta para poder sentarse bajo un árbol.
- ¿Nos sentamos aquí? Preguntó Esther.
- Sí, me parece bien. Desde aquí no se ve el camino principal y estamos resguardadas. Toma, coge la manta de ahí. Le pidió la morena.
Colocaron bien la manta, se descalzaron y se sentaron en ella. Fina abrió la cesta, sacó algo de fruta, queso y pan. Esther observó a la morena.
- ¿Dónde tienes la cabeza? Por qué está claro que aquí no. Inquirió la pelirroja.
- ¿Qué dices? Estoy aquí contigo. No sé a qué te refieres. Protestó defensivamente la morena.
- Fina, no quiero discutir, pero llevas todo el camino hasta aquí casi sin hablar, tienes el semblante triste. ¿Es por doña Marta, verdad?
- Bueno Esther, se va mañana y es verdad que eso me apena. Ya te dije que es como una hermana mayor para mi y añoraré poder hablar con ella, que me aconseje... Ya sabes. Me sentiré algo sola.
- Claro, ya lo entiendo. Pero tú no estás sola. Me tienes a mi, cada día, siempre. Dijo Esther acercándose a Fina y plantándole un cariñoso beso en los labios. Fina esbozó una sonrisa y se tumbó sobre la manta.
- A ver, ¿qué más has pensado sobre el viaje a París? Preguntó la morena desviando la conversación anterior.
- Pues mira. Respondió con entusiasmo la pelirroja. - He pensado que ya debemos ponernos a practicar con el francés. En la biblioteca de Toledo hay fascículos que podemos coger para ir aprendiendo lo más básico e irnos defendiendo con el idioma. Mi amiga me ha dicho que en las galerías Armand no tendremos problemas para entrar a trabajar, siempre buscan chicas tanto para el almacén como para ser dependientas. Les interesan las españolas para que puedan atender a los clientes del sur de América. Además, ella nos deja una habitación de su piso hasta que encontremos algo para nosotras dos.
- !!Vaya¡¡ Lo tienes todo pensado, ¿y esa cabecita ha pensado ya cuando se querría ir?
- También. Respondió Esther con bastante euforia. - Lo tengo todo pensado. Debemos ahorrar tres meses más. Calculo que para abril podremos irnos. Hay que comprar los billetes de Madrid a Irún y de allí a Paris. Después, también es necesario que tengamos algo de dinero para mantenernos un mes si no hemos encontrado trabajo antes ninguna de las dos. Aunque espero que no sea así.
- Perfecto todo. Fue lo único que Fina respondió, con la mirada perdida y mil dudas en la cabeza.
La tarde pasó. Las dos chicas volvieron hacia la colonia. Esther se quedó en su habitación pero Fina no dudó en ir a la casa grande. Quería y necesitaba poder despedirse de Marta.
En los jardines que daban acceso a la entrada del servicio, Fina observó una silueta sentada en unos de los bancos de piedra que adornaban el espacio. Era oscuro y un pequeño farol de gasolina iluminaba un poco el rincón. Al acercarse más, se dio cuenta que era la mediana de los de la Reina. Se le iluminó la cara y aceleró el paso hacía ella.
- ¡¡Hola doña Marta!! ¿Ya tiene el equipaje preparado?
- ¡¡Fina!! Hola, ¿de dónde vienes tan contenta?, ¿has estado con ese chico? Preguntó la rubia.
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SIEMPRE FUISTE TÚ
ФанфикFina Valero con 13 años presencia el enlace de Marta de la Reina con Jaime Berenguer. No puede evitar que se le parta el corazón. Desde que tiene uso de razón ama a la mediana de los de la Reina. Con el paso de los años, ¿seguirá intacto su amor por...