12 de febrero
Tal como había informado a Marta, llegó el día en que Jaime iba a volver al barco. La noche anterior, en la cena familiar de celebración por la recuperación de Marta y su vuelta a la casa, el Dr. Berenguer soltó la bomba. Ni él ni Marta querían dar opción de reacción a don Damián. Era lo mejor. Ambos sabían que el patriarca discutiría dicha decisión y seguro que haría por entrometerse.
- Familia, he de daros una notícia. Mañana me voy a Barcelona para embarcarme nuevamente en la marina mercante. Todos los allí presentes enmudecieron de golpe.
- ¿Pero de qué estás hablando, Jaime? Como era de esperar, don Damián fue el primero en romper el silencio. - Eso no puede ser. Debes quedarte al lado de tu mujer. Ella ha estado a punto de morir, ¿y ahora la dejas sola? Habló con un tono bastabte airado.
Marta se removió incómoda en su silla. No quería que su marido tuviera que pasar por eso cuando ella era la culpable de que el Dr. Berenguer hubiera decidido irse.
- Padre, está todo bien. Jaime y yo lo hemos hablado y es lo mejor. Además es algo que sólo nos atañe a él y a mi, a nadie más.
- Pero hija, estábais intentando formar una familia, y ahora de repente, después de tu recuperación que os tendría que haber unido más, tomáis esta decisión. Has estado a punto de morir. No lo entiendo y no me gusta. ¿Qué va a decir o pensar la gente?
- Con todos los respetos señor. Volvió a intervenir Jaime. - Como le ha dicho su hija, es algo que sólo nos atañe a nosotros dos. A nadie más. Nos da lo mismo lo que la gente piense o diga.
- Ha tenido que pasar algo. ¿Es que ya no os queréis? ¿Ha sucedido algo entre vosotros, verdad? ¿Tiene algo que ver lo que pasó, justo antes del accidente, entre Marta y esa trabajadora de la fábrica? Ante esa pregunta del patriarca, a Marta se le encendieron todas las alarmas. Su padre no debía indagar más.
- Si que nos queremos padre. Y como ya le hemos dicho los dos, a usted no le incumbe. Respondió su hija alzando el tono de voz, harta de la insistencia de su padre. - Pero ahora mismo esto es lo mejor para nosotros dos, lo entienda usted o no.
Don Damián ya no habló más, pero no se quedó conforme con las explicaciones. El resto de la familia, llenó el momento de incomodidad vivido en la mesa con mensajes típicos hacia Jaime.
- Te echaremos de menos. Que tengas mucha suerte. Ven a visitarnos pronto. Dijeron los hermanos y las cuñadas de Marta.
Ya en la habitación Jaime y Marta volvieron a hablar.
- Jaime, siento mucho que mi padre se haya puesto así. Me sabe muy mal que él te pueda ver como el culpable o como el que abandona a su mujer.
- Marta, no me importa lo que piense tu padre ni nadie. Es nuestra vida, y la viviremos como nosotros dos decidamos. Nada más. Ya no le demos más vueltas.
- Te echaré de menos. Eres un hombre bondadoso.
- Yo también a ti. Sé que ya te lo dije, pero tu padre..., bueno ya has visto cómo ha reaccionado, no creo que se quede conforme, puede que investigue o haga algo para entender el por qué de nuestra decisión. Tenéis que vigilar, Marta.
- Lo sé. Iremos con mucho cuidado. Mi padre es capaz de cualquier cosa con tal de salirse con la suya y que el buen nombre de la Reina no se vea afectado o manchado.
El matrimonio se abrazó y se despidió. Jaime se marchó a la habitación de invitados a dormir. Su partida hacia el puerto Barcelona era muy pronto por la mañana.
Ya de madrugada Marta bajó a la cocina. Había quedado con Fina que estaba durmiendo, desde que se ocupó de la rubia durante las noches en el hospital, en su antigua habitación en la zona de servicio de la casa.
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SIEMPRE FUISTE TÚ
FanfictionFina Valero con 13 años presencia el enlace de Marta de la Reina con Jaime Berenguer. No puede evitar que se le parta el corazón. Desde que tiene uso de razón ama a la mediana de los de la Reina. Con el paso de los años, ¿seguirá intacto su amor por...