Capitulo 20. Marzo de 1957. Planes de futuro

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7 de marzo

Fina estaba eufórica. Acababa de salir con su padre de firmar el contrato de alquiler de un pequeño, pero acogedor, apartamento en Madrid. La ilusión y alegría de la toledana no podían ser mayor y, aunque lo hubiera querido, no hubiera podido ocultar su felicidad.

- Padre, soy tan feliz.

- Lo sé, hija mía. Se te ve muy feliz. Y eso me hace feliz a mí. Además de volver a tenerte cerca de mí. Dijo Isidro.

El padre de Fina se alegraba mucho de la felicidad de su hija. Pero tenía miedo que ésta se pudiera ver truncada en cualquier momento.

- Padre, ¿a qué viene esa cara? Preguntó Fina con preocupación.

- Nada cariño, estoy muy contento por ti, te veo tan feliz que eso me alegra mucho. Sólo me da miedo que tengáis un descuido y algo pueda salir mal. Sabéis el peligro que corréis si cualquiera os descubre, ¿verdad?

- Lo sé padre. Iremos con cuidado, pero por primera vez en mi vida soy realmente feliz. No quiero salir de esta burbuja.

- Eres muy valiente Fina. Estoy muy orgulloso de ti. Disfruta mucho de este momento, te lo mereces, sólo tened mucho cuidado.

- Lo tendremos padre, se lo prometo.

Después de la firma del alquiler, Fina regresó a su trabajo e Isidro al suyo. Como la morena debía recuperar el par de horas perdidas con el tema del alquiler, no sería hasta el anochecer, que la hija del chófer de los de la Reina se vería con Marta, ya directamente en el hotel de Illescas. La toledana quería dar una sorpresa a su amor. Aunque las dos habían ido juntas a mirar apartamentos durante esos días, la hija de don Damián desconocía que aquella mañana Fina ya había ido a firmar el alquiler del apartamento que más les había gustado a ambas. Era un apartamento muy bonito, a estrenar y amueblado. Tenía baño completo, cocina, una salita de estar, un comedor y una habitación de matrimonio muy bien equipada. Además, era el que más cerca quedaba del trabajo de Fina.

La morena fue la primera en llegar al hotel para poder así dar una sorpresa a Marta. Se dispuso a preparar la habitación lo más románticamente que pudo. Había llevado consigo algo de comida, unas velas, una botella de champán y unas fresas. En la habitación había un viejo tocadiscos y a Fina se le había ocurrido coger también el disco que hacia unos días la rubia le había regalado de Gloria Lasso y Luís Mariano.
En ese momento Marta golpeó la puerta de la habitación, Fina fue a abrir.

- Buenas noches mi amor, te estaba esperando. Dijo la morena, cerrando la puerta con la llave después que Marta entrara en la habitación.

- Buenas noches mi vida. Perdona, he tenido que lidiar con unos documentos que mi hermano Jesús me ha hecho llegar a última hora y no he podido salir antes. Dijo la de la Reina disculpándose mientras se acercaba a Fina para darle un cálido beso en los labios.

- Mmmm... Cuánto me gustan tus besos, Marta. ¿Tienes hambre? Preguntó la morena.

- ¿De qué tipo de hambre estamos hablando? Bromeó Marta. Bueno, da igual, en cualquiera de los dos casos la respuesta es sí, me muero de hambre.

Fina no pudo evitar reirse ante el comentario deshinibido de la rubia.

- De momento señora, nos limitaremos a comer la comida que he traído. He preparado la mesa. Ven, dame tu abrigo. Marta obedeció. Fina lo colgó, encendió las velas de la mesa y apagó el resto de luces de la habitación.

- ¿Qué es todo esto? Preguntó la rubia al ver una mesa llena de comida, el champán y las fresas. Me encanta, es muy romántico Fina, pero ¿celebramos algo especial?

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