Capítulo 26. Abril y mayo de 1957. Adios Madrid II

844 67 5
                                    

29 de abril

- Dígame.

- Fina, mi amor.

- ¡¡Marta!! Cómo necesitaba oir tu voz. Estaba esperando tu llamada. ¿Estás bien?

- Si cariño, estoy bien. Echándote de menos y muriéndome por estar contigo. Muy enfadada con mi padre. No nos hemos vuelto a dirigir una palabra. Para mi ya no existe.

- Y yo, mi vida, también te echo mucho de menos. Mi padre me ha explicado vuestro encuentro en la cantina de esta mañana. Mi amor, él ya ha comprado los billetes, me marcho el martes a primera hora de la mañana. Mi padre vendrá en unos días, en cuanto solucione algunas cosas de bancos, el arrendamiento de este apartamento y algunas cosas más.

- Perfecto. Yo acabo de hablar con Jaime. Como esperaba no va a poner ningún impedimento a que vivamos en el ático de Niza. Mi amor, en cuanto reciba la carta de Jaime reclamando que nos encontremos en Niza para vivir allí, hablaré con mi padre y me iré en tu busca. Lo estoy deseando.

- Y yo mi vida. Lo estoy deseando también. Marta... Fina no sabía cómo plantearle esa pregunta. - ¿No te arrepentirás de dejar tu vida en Toledo, la fábrica, todo lo que has conseguido...?

- Fina, mi vida eres tú. Todo lo demás no me importa si no puedo estar a tu lado para compartirlo. Empezaremos de nuevo y tendremos nuevos proyectos. Pero siempre juntas cariño. Cuando desperté del coma te dije que ya nada ni nadie me iba a separar de ti jamás.

- Te quiero tanto, te amo Marta.

- Y yo a ti mi vida. Te volveré a llamar mañana antes de tu viaje a París.

Ambas mujeres se despidieron repitiendo lo mucho que se amaban.
En el apartamento de Madrid la morena explicó a su padre todo lo que Marta le había dicho en relación a don Jaime y al ático de Niza.

- Padre, si usted quiere quedarse aquí yo lo entendería.

- Fina, yo ya no puedo trabajar para don Damián. Excepto a Digna, no tengo a nadie más aquí. Prefiero irme contigo si tú quieres, claro.

- Evidentemente que quiero, padre. Usted es, junto con Marta, lo más importante de mi vida.

- Hija, yo no os molestaré. Tengo ahorros y podré vivir en un pequeño apartamento los años que me queden.

- Padre, ya hablaremos de eso. Usted no molesta.

- Hija, no es lo mejor para una pareja que el padre de una de ellas viva en la misma casa. No te preocupes por mi. Estaremos juntos tanto como aquí.

- Le quiero padre, le quiero mucho.

- Y yo a ti hija mía. Respondió Isidro abrazando a su hija.

Después de hablar con Fina, Marta se marchó de la fábrica y se dirigió a la casa grande para poder empezar a organizar su futuro junto al amor de su vida.

- Buenas noches tía. ¿Está mi padre en casa?

- Marta, buenas noches. No, está en Madrid en una cena de negocios. Seguramente duerma allí y venga pronto por la mañana.

- Perfecto. Tía he de explicarle algo.

- Lo sé todo, Isidro me lo ha explicado esta mañana. Ese miserable de tu padre...

- Ya ve tía, no hay nada que el gran Damián de la Reina no consiga hacer con tal que el apellido de la familia no se vea afectado por un escándalo. No le importa la familia sólo el apellido y la reputación de la empresa. Tía... Marta tenía algo de miedo en la voz. - ¿A usted no le importa cómo soy?

SIEMPRE FUISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora